miércoles, mayo 13, 2015

Emilio Ichikawa » Afrancesados

Emilio Ichikawa 

 
Emilio Ichikawa
El mandatario francés François Hollande dijo en la Universidad de La Habana que “Compartimos los mismos movimientos de ideas, las mismas aspiraciones filosóficas. He­mos admirado a los mismos autores y leído los mismos libros…”. Cierto, pero la condición del vínculo civilizatorio hubiera quedado más clara en su dinámica y asimetría, si en su discurso de correspondencia el Rector de la Universidad de La Habana Gustavo Cobreiro hubiera especificado que los cubanos he­mos admirado a los mismos autores y leído los mismos libros… generalmente en traducciones españolas.
Porque España, incluso México, Argentina… y sobre todo EEUU (que en esto no tiene barrera lingüística), han funcionado habitualmente como mediadores en las relaciones entre Cuba y Francia. Entre Cuba y Europa. ¿O cómo explicar la presencia de Hollande en La Habana sino como premura política ante los pasos dados por el Presidente Obama hacia la isla desde el 17 de diciembre de 2014?
Todavía en los años ’80-‘90 del pasado Siglo XX fueron los norteamericanos quienes primero entendieron que el pensamiento postmoderno y su epistemología relativista podía ser el fundamento intelectual de la “deconstrucción del metarrelato” nacionalista y martiano del castrismo. Entonces la Oficina de Intereses de EEUU en La Habana circulaba artículos y libros de intelectuales orgánicos del Departamento de Estado como Francis Fukuyama, importándole menos los papalotes y los arbolitos de Navidad. Por supuesto, tampoco tardaron en comprender que a los cubanos no se les podía complicar demasiado. 
Así que de pronto La Habana se inundó no de “los mismos libros” que se leían en París; sino de esos libros en traducciones y ediciones en español de Tecnos, Taurus, Gedisa, etc. Traducciones de Lyotard, Derrida, Baudrillard… Ante lo que Fernando Rojas (un poco después de Hart), desesperaba con comicidad filosófica pero con clara visión política estratégica: “¡Hay que olvidar a Foucault!”.   
Veinte años después, con núcleos comunitarios de exiliados y emigrantes cubanos establecidos en EEUU, Inglaterra y Alemania, seguir pretendiendo los libros franceses (sobre todo en traducciones españolas) es reaccionario. De España solo harían falta libros españoles. Y catalanes, vascos, gallegos… Cuba está demográficamente inmiscuida en la política y la cultura de EEUU, a través de ellas en la civilización global, y no necesita intermediarios.
François Hollande hizo una visita de banda ancha a la isla; sin embargo no le interesó mucho una institución cubana que a juzgar por lo dicho debió estar entre las prioridades: La Asamblea Nacional de Cuba. Quizás para lo que estaba preparado, pues Hollande se acompañó en su viaje de Claude Bartolone, titular de la Asamblea Nacional de Francia.
A lo mejor le pareció fútil el poder legislativo en la isla; que palidece históricamente ante el poder ejecutivo de la Revolución de Fidel Castro. De hecho los cubanos hemos aplicado a los diputados de la Asamblea Nacional de Cuba la definición de “focas amaestradas”. Pero esa es otra de las cosas que tendrá que cambiar dentro del proceso marcado por el 17 de diciembre de 2014. Ya sea porque en un circo (inclusivo y reformista) las “focas amaestradas” son esenciales para la función; o porque las “transiciones democráticas” admiten el traspaso de poder real desde el foco autoritario al poder formal, como sucedió en la España postfranquista con la restauración de la monarquía; y en la URSS al permitirse que el parlamento soviético, la prensa, los partidos comunistas y los konsomoles locales ejercieran un poder hasta el momento solamente estatuido.  
Hoy miércoles 13 de mayo quedarán constituidas en Cuba las Asambleas Municipales del Poder Popular. Con sus Presidentes y Vicepresidentes; que luego, además de jugar un rol en el desempeño de las “comunas”, van a influir en la configuración de las Asambleas Provinciales.
La Ley Electoral de Cuba aparentemente no tiene fisuras para revertirla contra el Partido que la ha consolidado como “régimen”. Los llamados a reformar esa Ley Electoral no vienen solo de la oposición/disidencia cubana. Incluso me atrevo a decir que los principales reclamos no vienen fundamentalmente de ese sector. Tampoco de comunistas reformistas. No es un asunto político sino más bien académico: Son los estudiantes y profesores de Derecho quienes tienen ese tipo de preocupaciones. Al nivel donde (hasta ahora) tal reforma se puede considerar con seriedad. 
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-IMAGEN: La actriz Jacqueline Arenal en la versión cinematográfica de El Siglo de Las Luces; novela del “afrancesado” Alejo Carpentier: Tomada de “cubacine”

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