Mi hermano me manda una foto de Antonio Chao Flores, para mi serie 1959.
Es un muchacho rubio como ven que aún no tiene veinte años y que nos
mira con una sonrisa algo triste me parece y los ojos verdes. Chao
Flores combatió contra el ejército de Batista a favor de los llamados
revolucionarios y hasta alcanzó la portada de las revistas al triunfo de
los Castro por su juventud y por su carácter aguerrido.
Acusado de traición, por declararse anticomunista y alzarse en armas
contra los fidelistas, fue fusilado en la fortaleza de La Cabaña. Pocos
meses antes, herido en combate, le habían amputado una pierna. A la
hora de llevarlo a matar, los milicianos le quitaron las muletas con las
que se mantenía en pie y fue obligado a arrastrarse hasta el lugar de
la ejecución, según testigos. Al llegar al muro, Chao Flores, con
grandes esfuerzos, se puso en pie y enfrentó a los fusileros. Dicen que
sereno.
El oficial al mando del pelotón de fusilamiento consideró necesario darle tres tiros de gracia.
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