Casa donde vivía Yosvani Muñoz Robaina junto a su madre. (14ymedio) |
Un suceso ha estremecido la ciudad de Pinar del Río y
puesto en el centro del debate el tema de la intolerancia y la
homofobia. En la madrugada del 26 de abril Yosvani Muñoz Robaina,
transexual de 24 años de edad y conocido como La Eterna,
murió a consecuencia de una andanada de piedras que le lanzó un grupo
de adolescentes, mientras la víctima se encontraba en el parque Roberto
Amarán.
El suceso ha provocado la indignación de la
comunidad LGBT pinareña y levantado un sinnúmero de rumores, dado el
silencio de las autoridades, sobre el carácter del crimen homofóbico o
crimen pasional del asesinato. Para aclarar los sucesos, 14ymedio
ha visitado a la madre de Muñoz Robaina, quien se encontraba en un
estado de tristeza profunda, pero aún así quiso dar su testimonio para
este diario.
Berta Robaina es una mujer recia de más
de cincuenta años, curtida por el trabajo y que no deja de preguntarse
por qué tuvo qué pasarle algo así a su hijo. Vivían juntos en una
modesta casa de bajo costo, frente a la Fábrica de Piezas de Repuesto en
las cercanías del Reparto Cuba Libre, conocido también como El Rancho.
Yosvani era “la alegría de la casa”, según cuenta su madre con las
profundas huellas del dolor en el rostro.
El suceso ha provocado la indignación de la comunidad LGBT pinareña
Al preguntarle sobre quiénes fueron
los perpetradores del ataque que le costó la vida a su hijo, la mujer
aguanta las lágrimas y asegura que “eran un grupo de muchachitos que no
tenían algo mejor que hacer que agredir a personas que nunca se metían
con nadie”. Lo absurdo de la situación ha dejado a la señora con una
mezcla de sufrimiento por la pérdida y confusión ante la realidad de que
un hecho así haya llegado a ocurrir.
Sobre el tema
de los muchos rumores que corren por la ciudad sobre la verdadera causa
de la muerte, Berta aclara que “Yosvani tenia muchas pedradas en el
cuerpo, incluso en la cabeza, fue llevado sin conocimiento para el
policlínico Pedro Borras, cerca de las dos de la madrugada del 26 de
abril”. Allí moriría una hora después como consecuencia de las heridas
recibidas.
"la pedrada que le causó la muerte no fue la de la cabeza, como se creía, sino una que le impactó en el bazo y literalmente se lo reventó"
“Cuando terminaron la autopsia,”
cuenta la madre, “sobre las seis de la mañana, me informaron que la
pedrada que le causó la muerte no fue la de la cabeza, como se creía,
sino una que le impactó en el bazo y literalmente se lo reventó,
produciéndole una hemorragia interna. Se quedó sin sangre”, explica la
señora casi en un suspiro. “Esto fue lo que me dijo la policía” precisa y
refiere que “lo enterramos el día 27”.
La policía
también informó a la madre que “habían tres adolescentes presos y de
ellos, dos eran los mayores sospechosos, uno tiene 13 años y el otro 17,
este último es el que me han dicho que confesó haberle dado la pedrada
fatal”. Aunque aclara que “no sé si esto es así o no, pero es lo que me
han dicho en el DTI del km 4 de la carretera a San Juan, que es donde
los tienen detenidos”.
Un hecho así debió dejar
muchos testigos a pesar de haber ocurrido de madrugada. Berta asegura
que “claro que hay, pero es que muchos tienen miedo, aunque en el
velorio y el entierro estuvieron a mi lado, pero aquí nadie quiere
problemas”. Explica que hasta el momento nadie ha venido a decirle “yo
sé quienes son y lo voy a decir”. La señora sin embargo apunta sobre el
silencio de los acompañantes de su hijo esa noche que “los entiendo,
porque todos ellos son discriminados y tienen miedo, lo mismo en los
trabajos, que en la calle, en donde quiera y eso no es justo, eso tiene
que cambiar”.
“lo único que yo pido es justicia, porque hoy le tocó a mi hijo pero mañana puede ser cualquiera de su comunidad”
El reclamo de Berta es claro, “lo
único que yo pido es justicia, porque hoy le tocó a mi hijo pero mañana
puede ser cualquiera de su comunidad”. La madre cuenta más detalles del
hijo fallecido “era muy pegado a mí, yo tengo tres hijos”, “bueno,
tenía, ahora tengo dos, pero esos otros tienen sus vidas, Yosvani fue el
que se quedó conmigo. Tú ves esta casita de bajo costo, él me ayudo
muchísimo con ella”.
Se extiende en los valores de
esa persona que ya no volverá a traspasar el umbral del hogar, sonriente
y bullicioso. “Todo el mundo lo quería porque era muy jaranero y sabía
mucho de cosméticos, modas y todo eso, siempre tenía atrás muchas
muchachitas de aquí del barrio pidiéndole consejos de belleza y esas
cosas”. “Ni sé lo que voy a hacer de ahora en adelante, la casa sin
Yosvani ya no tiene alegría, es un golpe muy duro, mi hijo era todo para
mí”.
A Yosvani le decían La Eterna e incluso La Invicta
“porque estuvo muchas veces al borde de la muerte por el VIH que
padecía, pero siempre se reponía y salía adelante, tenía unas tremendas
ganas de vivir”, asegura la señora. “Lo que es la vida, mira que batalló
contra la enfermedad y mira como muere, de una pedrada”, comenta con
indignación.
Berta no quiere ser fotografiada para
acompañar su testimonio con una imagen “¿Una foto mía, pa’ qué? No es
que tenga miedo, pero en estos momentos yo no estoy pa’ fotos”.
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