lunes, noviembre 03, 2014

Editorial: Cubanálisis-El Think-Tank, ocho años después

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Cubanálisis-El Think-Tank
Dr. Eugenio Yáñez
Fue el 6 de noviembre del 2006 cuando estuvimos on-line por primera vez. Era tanta nuestra inexperiencia y falta de conocimientos en el mundo digital, que comenzamos a “subir” la página a las 11:45 PM del día 5 de noviembre, con la intención de que estuviera accesible a los lectores a las 12:00 AM.  Sin embargo, solo logramos terminar ese nuestro primer intento, después de aprender innumerables maneras de como NO debería hacerse lo que pretendíamos, muy cerca de las 6:00 AM, cuando finalmente estuvo disponible a los lectores la primera edición de Cubanálisis-El Think-Tank.

De entonces hasta ahora podemos contar ocho años de trabajo continuo, nada fáciles, pero de los cuales podemos sentirnos muy satisfechos, ya que, a pesar de todas las dificultades, limitaciones, insuficiencias y quebrantos de salud, cada uno de estos 2,922 días Cubanálisis-El Think-Tank ha estado on-line, a pesar de que no contamos con colaboradores profesionales ni personas dedicadas a nuestra página web a tiempo completo, algo que no es muy común en las páginas digitales o blogueros dedicados al tema cubano, en la isla o fuera de ella.

En el 2013, cuando celebrábamos nuestros primeros siete años, señalamos: “Al comenzar solamente contábamos con una férrea voluntad de hacerlo, un sólido deseo de mantener siempre el compromiso con el rigor profesional y el análisis desapasionado, y una autoimpuesta obligación de ganar la confianza de los lectores en base a la seriedad de nuestro trabajo y una inquebrantable disciplina para estar presentes cada día en la lucha diaria por la comunicación responsable y por hacer una diferencia entre reproducir noticias y analizar información”. Nada ha cambiado en este último año, en el que ya cumplimos ocho… y seguimos.

A lo largo de estos años, en ocasiones quisieron chantajearnos. En otros momentos, amenazarnos y castigarnos con la excomunión, el diluvio universal y el caos. Si no se llegó a la noche de los cuchillos largos no fue por falta de intenciones ni de cuchillos, sino de oportunidades. En algunos otros casos, de endulzarnos la píldora con proyectos y utopías para finalmente pretender comprarnos, desviarnos del camino y convertir a Cubanálisis en una variante de revista del corazón y la nostalgia ridícula, o un raquítico modelo de “revistica” de superficialidades, farándula frívola, horóscopos, modas y recetas de cocina, a cambio de un supuesto soporte para la publicación.

Afortunadamente, nuestras ideas y objetivos estaban perfectamente definidos desde antes de comenzar en este proyecto, y ni las represalias, las amenazas o las manzanas envenenadas lograron desviarnos de nuestros propósitos y compromisos. 

A pesar del oleaje de esos tiempos borrascosos logramos seguir adelante, concientes de que nuestro destino es la libertad y la democracia en nuestra Patria, y la establecimiento y pleno funcionamiento de un Estado de derecho.

Por eso creemos que lo positivo no ha sido solamente mantenernos on-line durante todos estos años, sino el haberlo hecho sin ceder en los principios fundacionales que nos establecimos desde el primer momento.

Y habernos mantenido, además, con actualización diaria de nuestro sitio digital a través de “La noticia sobre Cuba que se debe seguir hoy”, y renovando cada semana los trabajos de fondo que se publican habitualmente en la sección “Análisis en El Think-Tank”, que ya en estos momentos suma más de 950 publicaciones de nuestros colaboradores, análisis que se mantienen todos disponibles para los lectores a través de un simple click en la barra “BUSQUE AQUÍ TODO LO PUBLICADO EN EL THINK-TANK”.

Además de los análisis de fondo, también actualizamos semanalmente el contenido de las secciones “Cuba en la prensa mundial”, “Periodistas independientes desde Cuba”, “Section in English” y “Castrismo”, donde se presentan diferentes selecciones de lo más significativo que se publica sobre el tema cubano en todo el mundo, en español y en inglés, y no solamente desde una perspectiva crítica e incisiva de la realidad cubana, sino también desde las percepciones y posiciones de los simpatizantes del régimen o desde la candidez de quienes pretenden hablar y escribir sobre Cuba sin tener ni los suficientes conocimientos ni las suficientes experiencias sobre las realidades de nuestro país.

No siempre reproducir un material en algunas de esas secciones implica reconocimiento de la calidad de un trabajo. En ocasiones representa todo lo contrario, pues en algunos casos lo hacemos para que los lectores puedan comprobar la cantidad de distorsiones, despistes y sandeces que se escriben sobre nuestro país en muchas partes del mundo, fundamentalmente a causa de la ignorancia,  la falta de información, o el servilismo al régimen.

Mucho más satisfactorio, a pesar de todo lo mencionado anteriormente, es el hecho de que hemos mantenido invariable, desde el primer día, nuestra política editorial, basada en el irrestricto respeto a la opinión de los autores que publicamos, la inmediata y precisa identificación de las fuentes de los trabajos que reproducimos, y nuestra capacidad de aceptar y respetar opiniones diferentes a las nuestras, siempre que se expresen de manera respetuosa y profesional.

Como dijimos desde el primer día, “El Think Tank de CUBANÁLISIS no compite contra nadie, ni en Internet ni en los medios tradicionales, ni pretende ser sustituto para nada. Simplemente, un complemento para el estudio del drama cubano y la búsqueda de soluciones.

El Think Tank de CUBANÁLISIS tiene su compromiso permanente solo con la nación cubana y su destino, la democracia y el Estado de derecho. Afortunadamente, no somos dueños de la verdad, y mucho menos en exclusiva. Concedemos espacio a todo razonamiento, sin etiquetas anacrónicas de derecha o izquierda, progresista o reaccionario, made in USA, Cuba, Europa, América Latina o cualquier parte del mundo. Consideramos opiniones alternativas como verdaderas herramientas para acercarse a conclusiones más acertadas, por lo que no necesitamos rechazarlas ni defendernos de ellas”.

Así lo hemos mantenido durante estos ocho años: no hemos ido contra nadie, en ninguna circunstancia, ni siquiera contra aquellos que han ido contra nosotros. Algunos nos atacan porque consideran que deben actuar así para de esa manera hacer prevalecer sus puntos de vista, y otros para ver si les respondemos y así pudieran recibir algún protagonismo que no tienen en el complejo mundo de las ideas alrededor del tema cubano.

Afortunadamente, desde el mismo comienzo de nuestro esfuerzo tuvimos claro que el contrincante al que nos enfrentábamos estaba representado por el poder dictatorial que se ejerce desde la Habana, sus brigadas de respuesta rápida, sus propagandistas disfrazados de periodistas oficialistas, los secuaces y jenízaros del régimen en todo el mundo, sus agentes de influencia, fundamentalmente en Estados Unidos, sus provocadores de a tres por un centavo que pululan en todo el territorio americano desde Key West hasta Alaska, incluyendo Hawai y Puerto Rico, y las inocentadas de sus tontos útiles en todo el mundo.

Nunca fueron contrincantes, ni lo son, ni lo serán, quienes se enfrentan a la dictadura de los hermanos Castro en cualquier campo y forma de combate, sea en las calles de la Isla, o en un humilde blog digital, en una modesta hoja de papel mimeografiada, o en algún evento académico o de asociaciones profesionales, en las páginas en español o inglés de alguna que otra publicación periodística impresa o digital en cualquier parte del mundo, de mayor o menor prestigio, o tras una cámara de televisión o un micrófono de radio.

Lo que no significa que tengamos que estar de acuerdo con todo lo que dicen o proponen esas personas en los medios de que disponen o que puedan utilizar. En este sentido callar no es otorgar, porque cuando todos aquellos que expresan sus puntos de vista no se están dirigiendo específicamente a nosotros, no tenemos que sentirnos obligados a saltar a la palestra cada vez que se diga algo que no sea de nuestro agrado o que no compartamos como punto de vista. Lo que, por otra parte, aun si deseáramos hacerlo, que no es el caso, sería imposible de lograr, dada la colosal cantidad de información y opiniones que continuamente se mueve alrededor del tema cubano.

También hemos sido consecuentes, desde el inicio, con el principio que proclamamos de que no “se repudia la percepción desde el lado contrario: será bienvenida si realmente es un análisis maduro y respetuoso. Pero rechazamos los insultos y ataques personales como forma de debate en este espacio cibernético. La crítica al régimen cubano no es razón suficiente para publicar en El Think Tank: barricadas y aquelarres no tienen oportunidades aquí”.
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