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Dr. Eugenio Yáñez
Fue
el 6 de noviembre del 2006 cuando estuvimos on-line por primera vez.
Era tanta nuestra inexperiencia y falta de conocimientos en el mundo
digital, que comenzamos a “subir” la página a las 11:45 PM del día 5
de noviembre, con la intención de que estuviera accesible a los
lectores a las 12:00 AM. Sin embargo, solo logramos terminar ese
nuestro primer intento, después de aprender innumerables maneras de
como NO debería hacerse lo que pretendíamos, muy cerca de las 6:00
AM, cuando finalmente estuvo disponible a los lectores la primera
edición de Cubanálisis-El Think-Tank.
De
entonces hasta ahora podemos contar ocho años de trabajo continuo,
nada fáciles, pero de los cuales podemos sentirnos muy satisfechos,
ya que, a pesar de todas las dificultades, limitaciones,
insuficiencias y quebrantos de salud, cada uno de estos 2,922 días
Cubanálisis-El Think-Tank ha estado on-line, a pesar de que
no contamos con colaboradores profesionales ni personas dedicadas a
nuestra página web a tiempo completo, algo que no es muy común en
las páginas digitales o blogueros dedicados al tema cubano, en la
isla o fuera de ella.
En
el 2013, cuando celebrábamos nuestros primeros siete años,
señalamos: “Al comenzar solamente contábamos con una férrea
voluntad de hacerlo, un sólido deseo de mantener siempre el
compromiso con el rigor profesional y el análisis desapasionado, y
una autoimpuesta obligación de ganar la confianza de los lectores en
base a la seriedad de nuestro trabajo y una inquebrantable
disciplina para estar presentes cada día en la lucha diaria por la
comunicación responsable y por hacer una diferencia entre reproducir
noticias y analizar información”. Nada ha cambiado en este
último año, en el que ya cumplimos ocho… y seguimos.
A lo
largo de estos años, en ocasiones quisieron chantajearnos. En otros
momentos, amenazarnos y castigarnos con la excomunión, el diluvio
universal y el caos. Si no se llegó a la noche de los cuchillos
largos no fue por falta de intenciones ni de cuchillos, sino de
oportunidades. En algunos otros casos, de endulzarnos la píldora con
proyectos y utopías para finalmente pretender comprarnos, desviarnos
del camino y convertir a Cubanálisis en una variante de
revista del corazón y la nostalgia ridícula, o un raquítico modelo
de “revistica” de superficialidades, farándula frívola, horóscopos,
modas y recetas de cocina, a cambio de un supuesto soporte para la
publicación.
Afortunadamente, nuestras ideas y objetivos estaban perfectamente
definidos desde antes de comenzar en este proyecto, y ni las
represalias, las amenazas o las manzanas envenenadas lograron
desviarnos de nuestros propósitos y compromisos.
A
pesar del oleaje de esos tiempos borrascosos logramos seguir
adelante, concientes de que nuestro destino es la libertad y la
democracia en nuestra Patria, y la establecimiento y pleno
funcionamiento de un Estado de derecho.
Por
eso creemos que lo positivo no ha sido solamente mantenernos on-line
durante todos estos años, sino el haberlo hecho sin ceder en los
principios fundacionales que nos establecimos desde el primer
momento.
Y
habernos mantenido, además, con actualización diaria de nuestro
sitio digital a través de “La noticia sobre Cuba que se debe seguir
hoy”, y renovando cada semana los trabajos de fondo que se publican
habitualmente en la sección “Análisis en El Think-Tank”, que ya en
estos momentos suma más de 950 publicaciones de
nuestros colaboradores, análisis que se mantienen todos disponibles
para los lectores a través de un simple click en la barra “BUSQUE
AQUÍ TODO LO PUBLICADO EN EL THINK-TANK”.
Además de los análisis de fondo, también actualizamos semanalmente
el contenido de las secciones “Cuba en la prensa mundial”,
“Periodistas independientes desde Cuba”, “Section in English” y
“Castrismo”, donde se presentan diferentes selecciones de lo más
significativo que se publica sobre el tema cubano en todo el mundo,
en español y en inglés, y no solamente desde una perspectiva crítica
e incisiva de la realidad cubana, sino también desde las
percepciones y posiciones de los simpatizantes del régimen o desde
la candidez de quienes pretenden hablar y escribir sobre Cuba sin
tener ni los suficientes conocimientos ni las suficientes
experiencias sobre las realidades de nuestro país.
No
siempre reproducir un material en algunas de esas secciones implica
reconocimiento de la calidad de un trabajo. En ocasiones representa
todo lo contrario, pues en algunos casos lo hacemos para que los
lectores puedan comprobar la cantidad de distorsiones, despistes y
sandeces que se escriben sobre nuestro país en muchas partes del
mundo, fundamentalmente a causa de la ignorancia, la falta de
información, o el servilismo al régimen.
Mucho más satisfactorio, a pesar de todo lo mencionado
anteriormente, es el hecho de que hemos mantenido invariable, desde
el primer día, nuestra política editorial, basada en el irrestricto
respeto a la opinión de los autores que publicamos, la inmediata y
precisa identificación de las fuentes de los trabajos que
reproducimos, y nuestra capacidad de aceptar y respetar opiniones
diferentes a las nuestras, siempre que se expresen de manera
respetuosa y profesional.
Como
dijimos desde el primer día, “El Think Tank de CUBANÁLISIS no
compite contra nadie, ni en Internet ni en los medios tradicionales,
ni pretende ser sustituto para nada. Simplemente, un complemento
para el estudio del drama cubano y la búsqueda de soluciones.
El Think Tank de CUBANÁLISIS tiene su compromiso permanente solo con
la nación cubana y su destino, la democracia y el Estado de derecho.
Afortunadamente, no somos dueños de la verdad, y mucho menos en
exclusiva. Concedemos espacio a todo razonamiento, sin etiquetas
anacrónicas de derecha o izquierda, progresista o reaccionario, made
in USA, Cuba, Europa, América Latina o cualquier parte del mundo.
Consideramos opiniones alternativas como verdaderas herramientas
para acercarse a conclusiones más acertadas, por lo que no
necesitamos rechazarlas ni defendernos de ellas”.
Así
lo hemos mantenido durante estos ocho años: no hemos ido contra
nadie, en ninguna circunstancia, ni siquiera contra aquellos que han
ido contra nosotros. Algunos nos atacan porque consideran que deben
actuar así para de esa manera hacer prevalecer sus puntos de vista,
y otros para ver si les respondemos y así pudieran recibir algún
protagonismo que no tienen en el complejo mundo de las ideas
alrededor del tema cubano.
Afortunadamente, desde el mismo comienzo de nuestro esfuerzo tuvimos
claro que el contrincante al que nos enfrentábamos estaba
representado por el poder dictatorial que se ejerce desde la Habana,
sus brigadas de respuesta rápida, sus propagandistas disfrazados de
periodistas oficialistas, los secuaces y jenízaros del régimen en
todo el mundo, sus agentes de influencia, fundamentalmente en
Estados Unidos, sus provocadores de a tres por un centavo que
pululan en todo el territorio americano desde Key West hasta Alaska,
incluyendo Hawai y Puerto Rico, y las inocentadas de sus tontos
útiles en todo el mundo.
Nunca fueron contrincantes, ni lo son, ni lo serán, quienes se
enfrentan a la dictadura de los hermanos Castro en cualquier campo y
forma de combate, sea en las calles de la Isla, o en un humilde blog
digital, en una modesta hoja de papel mimeografiada, o en algún
evento académico o de asociaciones profesionales, en las páginas en
español o inglés de alguna que otra publicación periodística impresa
o digital en cualquier parte del mundo, de mayor o menor prestigio,
o tras una cámara de televisión o un micrófono de radio.
Lo
que no significa que tengamos que estar de acuerdo con todo lo que
dicen o proponen esas personas en los medios de que disponen o que
puedan utilizar. En este sentido callar no es otorgar, porque cuando
todos aquellos que expresan sus puntos de vista no se están
dirigiendo específicamente a nosotros, no tenemos que sentirnos
obligados a saltar a la palestra cada vez que se diga algo que no
sea de nuestro agrado o que no compartamos como punto de vista. Lo
que, por otra parte, aun si deseáramos hacerlo, que no es el caso,
sería imposible de lograr, dada la colosal cantidad de información y
opiniones que continuamente se mueve alrededor del tema cubano.
También hemos sido consecuentes, desde el inicio, con el principio
que proclamamos de que no “se repudia la percepción desde el lado
contrario: será bienvenida si realmente es un análisis maduro y
respetuoso. Pero rechazamos los insultos y ataques personales como
forma de debate en este espacio cibernético. La crítica al régimen
cubano no es razón suficiente para publicar en El Think Tank:
barricadas y aquelarres no tienen oportunidades aquí”.
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