lunes, noviembre 24, 2014

Cuba: Paciencia, un poquito más de tiempo, tengan calma

Cada vez que Raúl Castro o alguno de sus súbditos dice algo —sin decir a las claras, como suelen hacer los castristas— de lo cual se infiere —solo se infiere— que podría venir algún bienestar para el cautivo pueblo de Cuba, hay alborozo sobre todo entre los que viven en la Isla, los más sufridos.
Esto ha ocurrido con constancia, principalmente en los últimos 21 años.
Y luego, nada, al diablo las esperanzas, “continuaremos por la ruta de nuestro glorioso socialismo”, resistan, ya estamos llegando a la meta de nuestra histórica carrera, si bien un poquito larga, de 55 años. Y vamos a continuar con nuestra maratón, compañeros: continuamos, continuamos, ahora se trata de “perfeccionar nuestro socialismo”. Necesitamos un poquito más de tiempo, unos añitos, unas decaditas más tal vez.
Es decir, siempre, siempre, no más que fuegos fatuos.
Mientras ellos, los castristas, se hallen en el poder, olvídenlo, no saldremos del mismo “pa´tras” y “pa´lante”, del mismo “sí, pero no” que iniciara Fidel Castro en 1990 con el único propósito, del que hoy se hace eco su hermano Raúl, dictador heredero, de mantenerse en el poder. Entre ambos, han logrado alargar la agonía de un sistema político, y de paso la de una población, por 24 años; esto debe ser un récord.
En una entrevista publicada en el izquierdista diario mexicano La Jornada el pasado 21 de noviembre, bajo el título “Cuba no se está proponiendo un socialismo de mercado“, José Luis Rodríguez, exministro de economía de la dictadura de 1995 a 2009, nos lo deja claro: el vía crucis continuará.
Rodríguez, hoy asesor en La Habana del Centro de Investigaciones de la Economía Mundial (CIEM), —no se guíen por nombre tan pomposo, que no es tan “Mundial” en efecto, es más bien un “organismito” con nombre ampuloso—, nos da a conocer en una respuesta a la entrevistadora, la periodista cubana Rosa Miriam Elizalde, también oficialista y por tanto portadora de planteos azogados, valga la redundancia, que “Por un lado se ha querido enfatizar que todos los cambios que se están proponiendo suponen la actualización de un modelo socialista, que se ha calificado también como socialismo posible. Por otra parte, se ha querido tomar distancia de las reformas —que a nombre de supuestamente perfeccionar el socialismo— llevaron a su desaparición en Europa”.
Este párrafo forma parte de la respuesta de Rodríguez a la pregunta: “¿Hacia dónde va Cuba?”
“La actualización de un modelo socialista”, dice él, no “del” modelo socialista. Es decir, debemos entender que es la actualización de un modelo socialista único, cubano, tropical, pachanguero, y “posible”; aunque, claro, para saber si es “posible” —como todo lo que no se sabe aún si es posible—hay que intentarlo. Y eso lleva tiempo, muchachos.
Y “se ha querido tomar distancia de las reformas —que a nombre de supuestamente perfeccionar el socialismo— llevaron a su desaparición en Europa”, aclara el exministro. O sea, las reformas que establecieron en su momento, erróneamente, los mandos políticos del otrora campo socialista de Europa “llevaron a la desaparición [del socialismo] en Europa”.
Lo que me llama la atención es que aquellos pueblos le dieron la bienvenida a dichas reformas y, luego que estas provocaron la desaparición del comunismo, no se sabe de pueblos enteros, o de aun una sola persona, que salieran a reclamarle a sus errados gobiernos: “Oigan, se equivocaron, deseamos de nuevo el comunismo, pero rápido, por favor”. Al contrario, los habitantes de aquellos países europeos estuvieron celebrando la desaparición del sistema por muchos días. En ciertas regiones de Rusia, por ejemplo, se sabe que el vodka se agotó casi de inmediato y el coñac y los vinos en Polonia, por ejemplo, alcanzaron las mayores ventas en la historia del país.
Uno no entiende.
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