Lisa Howard/ Wikipedia
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Si uno escucha el nombre de Lisa Howard puede
que no le diga nada. Sin embargo, se trata de una pieza clave en un
hecho histórico que jamás llegó a culminarse: el intento de acercamiento
entre Estados Unidos y Cuba de la mano de los que por aquel entonces
eran sus presidentes, John F. Kennedy y Fidel Castro.
Para comprender su historia es preciso conocer el contexto basándonos en dos momentos clave para ambas potencias: la invasión de Bahía Cochinos (Cuba,
abril de 1961), plan ideado por la CIA para acabar con Fidel Castro
-que terminó en una sonora derrota de los invasores y en el que es
considerado como uno de los grandes errores del prestigioso Kennedy y un
triunfo para Castro- y la crisis de los misiles soviéticos en Cuba (octubre
de 1962), que puso de manifiesto que el líder cubano y la URSS habían
tomado caminos distintos, para alivio de Estados Unidos.
Ambos capítulos fueron determinantes para Kennedy puesto
que, si bien el primero fue su gran error, con la gestión del segundo
aprendió de los errores y salió reforzado. Tal y como escribía en su
artículo en ABC Javier Rupérez «El crimen fue en Dallas (Tejas), hace
cincuenta años»: «el presidente estadounidense manejó con más soltura la crisis de los misiles soviéticos,
seguramente enviados a la isla caribeña por Nikita Kruschev en la
errónea convicción de que un vacilante Kennedy acabaría por acomodarse
al desafío. Mostró firmeza y habilidad para conseguir la retirada de los
artefactos y con ella evitar los peligros de un enfrentamiento
nuclear».
Este era el contexto público, pero, según consta en los documentos desclasificados por la CIA en el año 2007,
Fidel Castro y John Kennedy estaban tratando de promover en los años 60
un acercamiento. En el cómo se había resuelto crisis de los misiles,
sin contar con Cuba, asesores del presidente de EE.UU. vieron la
oportunidad de alejar a Castro de las relaciones e influencia de la URSS
y, según consta en dichos textos desclasificados, días antes del
asesinato del líder de EE.UU., las negociaciones de acercamiento iban a
culminarse con una reunión entre los respectivos delegados
estadounidenses y cubanos. Clave en dicho hito fue Lisa Howard.
El encuentro con Castro
Nacida en 1930 en Ohio con el nombre de Dorothy Jean Guggenheim, dejó con sólo 17 años su ciudad natal para ser actriz, momento en el que decidió cambiar su nombre. Aunque no le fue mal en el ámbito de las artes escénicas, tal y como se relata en el reportaje «Kennedy y Castro: la historia secreta», emitido en el programa de La 2, «Docufilia», Howard tenía otra faceta: escribía artículos para revistas políticas. Así, poco a poco el mundo del periodismo se convirtió en su motor y en 1959 se introdujo en la radio.
Tras la invasión de Bahía Cochinos, Howard se suma a la
larga lista de periodistas que quiere entrevistar al líder cubano, muy
fortalezido tras el fracaso de la misión para derrocarle. Así, en abril
de 1963 Lisa, ya convertida en reportera de la cadena American Broadcasting Company (ABC),
viaja a Cuba para cumplir su objetivo. «Doctor Castro, ¿siente que hay
alguna posibilidad para la normalización de las relaciones con Estados
Unidos?», pregunta la periodista al líder cubano: «Creo que es posible
si el gobierno de Estados Unidos lo desea», respondió él. Aquel
encuentro marcó a Lisa Howard y su entrevista fue un éxito en Estados
Unidos.
Richard Helms , de la CIA, es el canal que Howard emplea
para hacer saber al Gobierno estadounidense las intenciones de Castro,
algo que este plasma en un informe que el presidente Kennedy lee. Más
tarde, Howard da un paso más y expresa en persona, esta vez al adjunto
al embajador norteamericano adscrito a la misión de Estados Unidos en
las Naciones Unidas, William Attwood, la disposición del líder cubano a establecer algún tipo de contacto con Estados Unidos.
El asesinato de Kennedy
La actuación de Howard, quien también se entrevistó, entre
otros, con Raúl Castro y su esposa o el cirujano René Vallejo, un
cirujano muy próximo a Castro, no se queda ahí. En septiembre decide organizar un cóctel en su piso de Manhattan
al que invita a Attwood y al embajador cubano ante la ONU, Carlos
Lechuga. Fue el escenario en el que se acordó una reunión secreta y se
realizaron preparativos provisionales para que Attwood viajara a La
Habana e diciembre de 1963 y se encontrara con Castro. Lisa Howard fue
el canal mediante el que ambos bandos se comunicaban, ella sentó las
bases para que empezara a ser una realidad un acercamiento entre ambos
países.
Kennedy eligió al periodista francés Jean Daniel para que le transmitiera, en persona, su intención de de hablar seriamente con Cuba.
Así lo hizo el 22 de noviembre de 1963, día en el que todo lo que se
había gestado para un acercamiento entre los dos países se vino abajo
con el asesinato del presidente.
Lo que no terminó con la muerte de Kennedy fue el interés
de Lisa Howard por una verdadera normalización de las relaciones entre
Cuba y Estados Unidos. Por ello vuelve a viajar a territorio cubano y a
entrevistar a Fidel. Sin embargo, su entusiasmo ya no es recibido igual en la nueva Casa Blanca,
que decide retirarla de la cuestión cubana. A partir de ese momento
decide involucrarse más aún en la política hasta el punto de terminar
siendo despedida de la candena ABC, lo que le sumió en una profunda
depresión. Se quitó la vida en julio de 1965.
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