La Habana, 16 jun (EFE).- Cuba produjo 6.105 toneladas de café en la
última cosecha 2013-2014, lo que supone el 98 % del plan previsto, si
bien esa cantidad no cubre la demanda interna anual que se sitúa en
24.000 toneladas, informaron medios locales.
Elexis Legrá, directivo del Ministerio de la Agricultura, admitió
al semanario económico “Opciones” que la cifra de producción de café es
“distante de los volúmenes requeridos para satisfacer la demanda de
consumo nacional”.
En la actualidad, el sector intenta aumentar sus resultados para
reducir gradualmente las 8.000 toneladas de café que el país necesita
importar cada año para completar el consumo nacional, según explicó el
funcionario.
Ese objetivo significa aumentar las áreas cultivables actuales en
más del 90 % y se prevé para el año 2020 alcanzar un acopio de 23.160
toneladas de café, para cubrir el consumo interno e incrementar las
exportaciones.
Según el directivo del área cafetalera, paralelamente a las
acciones agrícolas se trabaja en la isla para transformar la industria
del café con el propósito de aumentar los niveles de calidad, que hoy
tiene resultados deficientes pues en la zafra 2013-2014 se incumplió con
el proceso de despulpe de las cerezas.
En ese sentido precisó que se despulparon 2.577 toneladas de café
de la variedad arábico y 477 toneladas del tipo robusta, el 6 % menos
que lo planificado, lo que provocó que “sólo pudo catalogarse como
primera calidad el 45 % del café recolectado y procesado”.
Según el especialista, el primer impacto del programa de
recuperación cafetalero será palpable en el año 2016 cuando se esperan
acopiar más de 12.000 toneladas distribuidas en 710.349 hectáreas.
El artículo de “Opciones” recuerda que en la década de los años
sesenta Cuba producía y comercializaba más de 62.000 toneladas de café y
habilitaba cada año para las cosechas cerca de 194.000 hectáreas.
Asimismo, señala que el derrumbe del socialismo en los países de
Europeo del Este significó un abrupto retroceso para el sector agrícola
cubano debido a que hasta entonces eran los que facilitaban casi en su
totalidad las semillas certificadas, los insumos y el paquete
tecnológico que acompañaban los cultivos.
La caída de la producción cafetalera cubana comenzó a revertir la crisis de productividad a inicios de la década de 2000.
En la isla la especie más cultivada es el café arábigo, con cerca
de 12 variedades, las cuales se comercializan en el mercado interno y
el exterior bajo las marcas Turquino, Cristal Mountain, Serrano, Cubita y
Caracolillo, entre otras.
Los cubanos, grandes consumidores de café, reciben por la
cartilla de racionamiento un paquete de 115 gramos al mes al precio de
cuatro pesos cubanos, equivalentes a 0,4 centavos de 1 peso convertible
(CUC, similar al dólar).
Esa cuota de café suele ser insuficiente en los hogares, pero la
alternativa es el producto que se comercializa en tiendas en divisas,
cuyos precios son elevados para las precarias economías domésticas de la
isla.
De acuerdo con datos oficiales, alrededor del 89 % de la
población cubana toma café y la media de consumo nacional es superior al
42 % estimado a nivel mundial.
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