Venezuela cayó en una suerte de default comercial selectivo ya que acumula deudas, en algunos casos hace más de un año, por más de 14.000 millones de dólares, en el mercado interno, pero aún cumple con sus acreedores externos por temor a un embargo, según señalan diversos analistas económicos.
“El
gobierno decidió hacer un default selectivo en el mercado interno y no
en el externo y dio prioridad a seguir pagando las deudas en bonos
soberanos y de la petrolera estatal PDVSA, para eludir el riesgo de
embargos”, explicó a la agencia AFP el economista y profesor de la Universidad Central de Venezuela (UCV), Luis Oliveros.
“Las
deudas con importadores de automotores y autopartes, alimentos, salud,
químicos y con aerolíneas superan los 14.000 millones de dólares”,
precisa por su lado el ex gerente del Banco Central de Venezuela, José
Guerra, quien también señala que “se ha incurrido en un default
comercial, una suspensión de pagos”.
“Este es uno de los
gravísimos problemas que paralizó la producción, con dólares que ahora
parecen no existir”, asevera Richard Obuchi, economista y profesor del
Instituto de Estudios Superiores de Administración (IESA).
“Es
válido preguntarse si hay un default parcial”, dice Francisco Ibarra,
economista en la consultora Econométrica. El analista expuso que “el
país está ajustado en términos de divisas desde hace mucho tiempo. Esos
fondos que el gobierno decía que existían (para garantizar las
importaciones) no están”, señala en alusión a una compleja estructura de
fondos gubernamentales parafiscales en divisas, manejados con opacidad.
Por
otro lado, los empresarios advirtieron sobre la caída de inventarios y
la nula reposición de mercancías por la falta de divisas. Esto sucede en
un contexto de aplicación de una Ley de Precios que regula las
ganancias, sumado a que es el Gobierno quien debe liquidar los dólares que reciben los titulares de las empresas.
Esta
situación provocó la paralisis por falta de insumos en la industria
automotriz, con el cierre de cinco terminales ensambladoras. También
las compañías aéreas redujeron drásticamente sus vuelos o abandonan el
mercado, como ocurrió con los recientes casos de Air Canada y de
Alitalia.
Precisamente, Venezuela tiene una deuda de más de 4.000 millones de dólares con las líneas aéreas
internacionales, cuyas operaciones corren riesgo para continuar en caso
de no recibir el pago, según alertó la Asociación de Líneas Aéreas de
Venezuela.
El presidente de la Asociación, Humberto Figuera,
calificó de “crítica” la situación de las aerolíneas, que siguen
esperando un acuerdo con el gobierno para el pago de la deuda. El
presidente de esa cámara agregó que “si no reciben el pago pronto las
líneas aéreas ya comunicaron que seguirán recortando sus operaciones y
las frecuencias de los vuelos”.
Desde comienzo de año, las
aerolíneas estuvieron negociando el pago con el gobierno, pero hasta
ahora no se logró un acuerdo. Algunas propuestas para recibir bonos de
la deuda y combustible como forma de pago tampoco prosperaron.
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