domingo, abril 13, 2014

Venezuela y Cuba ultimos en irrespeto de derechos individuales

Venezuela es el segundo país de la región que menos respeta los derechos individuales, según el Índice de Progreso Social 2014, elaborado por la asociación Social Progress Imperative, que reúne a investigadores de Harvard Business School, Massachusetts Institute of Technology, Oxford University y The Economist, entre otras instituciones.
El IPS –que evalúa a 22 países en América Latina y 132 en total– determina el respeto a los derechos individuales evaluando aspectos como derechos políticos, libertad de expresión, libertad de asociación, libertad de movimiento y propiedad privada.
Venezuela quedó en la posición 21 de la región (sólo por delante de Cuba) y 100 del mundo (entre países como Burundi, Kuwait, Chad y Pakistán) en derechos individuales porque obtuvo una puntuación de 36,49, en una escala que va de 0 a 100.
Los responsables del índice destacan que el mínimo y el máximo de la escala surgen luego de identificar el peor y el mejor desempeño de un país en cada indicador durante los últimos 10 años. “Esto permite que las puntuaciones sean más realistas que al usar medidas abstractas”, dicen en su página web.
Venezuela también sacó un mal resultado en materia de seguridad personal, para la cual se toman en cuenta aspectos como la tasa de homicidios, la violencia criminal, la percepción de criminalidad, la violencia política y las muertes en accidentes de tránsito.
El país obtuvo 27,55 puntos, la calificación más baja en América Latina y la tercera peor en el ámbito global, sólo por encima de Irak y Nigeria. Incluso estuvo por debajo de naciones que atraviesan conflictos armados como la República Centroafricana.
El IPS muestra que los avances sociales que el chavismo suele promocionar para responder a sus críticos no han logrado colocar a Venezuela en una posición ventajosa: el país obtuvo 63,78 puntos, para ubicarse en el lugar 67 del mundo y 14 de la región.
De Europa a África
El Índice de Progreso Social, creado en 2013 con la meta de que sirva de guía para la elaboración de políticas públicas (el gobierno de Paraguay firmó un acuerdo para tal fin), evalúa tres áreas: necesidades humanas básicas, fundamentos del bienestar y oportunidades.
La primera toma en cuenta la capacidad para proveer alimentación suficiente (a través de indicadores como desnutrición), atención médica básica (tasa de mortalidad materna e infantil, muertes por enfermedades infecciosas), acceso a agua potable e instalaciones de saneamiento, vivienda con servicios públicos y seguridad personal.
Entre los fundamentos del bienestar están acceso al conocimiento básico (alfabetismo, matrícula de educación primaria y secundaria), acceso a comunicación e información (suscriptores de telefonía celular, usuarios de Internet, libertad de prensa), salud y bienestar (esperanza de vida, obesidad, suicidios) y sostenibilidad del ecosistema.
En las oportunidades se incluye libertad personal para elegir, tolerancia e inclusión (trato a mujeres, inmigrantes, homosexuales, minorías), acceso a educación avanzada (técnica superior y universitaria) y derechos individuales.
Nueva Zelanda obtuvo la mayor puntuación en la edición 2014 gracias a que es el país con más oportunidades. Suiza, que encabezó los fundamentos del bienestar, e Islandia ocuparon la segunda y la tercera posición del índice.
Las tres calificaciones más bajas fueron para Burundi, República Centroafricana y Chad, siendo este último el más deficiente en necesidades humanas básicas, Djibouti el peor evaluado en fundamentos del bienestar y Yemen el país con menos oportunidades.
Pocas oportunidades
El mejor resultado de Venezuela fue en fundamentos del bienestar, con 75,02 puntos, para colocarse en el lugar 7 de América Latina y 40 del mundo. Aunque en acceso al conocimiento estuvo por debajo de países con ingreso per cápita similar (Argentina, Brasil, Irán, México, Rumania, Serbia, Sudáfrica, Turquía, entre otros).
En necesidades humanas básicas Venezuela obtuvo 65,47 puntos –18 en la región y 85 en el planeta– porque los resultados relativamente buenos en nutrición, atención médica básica y agua potable fueron contrarrestados por las calificaciones deficientes en acceso a vivienda y seguridad personal.
La evaluación más baja fue en oportunidades. Los 50,86 puntos logrados en esta área colocaron a Venezuela en el puesto 19 entre los países latinoamericanos (sólo por encima de Honduras, Guatemala y Cuba) y 68 entre todas las naciones evaluadas.
La calificación de Venezuela en oportunidades estuvo influenciada por los malos resultados en derechos individuales y libertad personal para elegir, donde el país figuró como el antepenúltimo de la región, sobre todo por los resultados obtenidos en corrupción (el peor de América Latina y el séptimo peor del planeta).

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