La atribulada industria azucarera de Cuba ha entrado en la recta
final de la cosecha de este año y trata de igualar la producción de la
temporada precedente de 1,6 millones de toneladas de azúcar sin refinar,
a pesar del comienzo de las lluvias y el calor del verano boreal.
Según cálculos basados en informes de medios locales de comunicación,
Reuters estima una producción de alrededor de 1,3 millones de toneladas
de azúcar en esta temporada sobre un plan del Gobierno de 1,8 millones
que ahora está claramente fuera de su alcance.
Cuba había reportado un 20 por ciento de retraso cuando se inició en marzo la temporada.
Sólo un pequeño grupo de las 13 provincias que producen azúcar en la
isla aparecen con posibilidades de cumplir con sus planes con los 48
ingenios que abrieron este año y aún están moliendo.
Las lluvias inusualmente fuertes del verano en todo el país y las
elevadas temperaturas han dificultado la cosecha desde el principio,
junto a problemas habituales de falta de capital, demoras en los
insumos, la desorganización y la mala calidad, así como la lentitud en
las reparaciones.
Las plantaciones en Cuba carecen de drenaje adecuado por lo que la
cosecha mecanizada se hace difícil cuando llueve y el clima húmedo
retrasa la producción de azúcar de caña.
Juan Pablo Estrada, un trabajador jubilado de 71 años en la oriental
provincia de Granma, dijo en una entrevista telefónica que con menos de
100.000 toneladas producidas este año era casi imposible cumplir el plan
de 126.000 toneladas.
"Veo muy difícil que Granma pueda cumplir su compromiso. Las lluvias
no cesan y el calor es mayor cada día. Así no hay quien haga zafra. Se
podrán escurrir un poco los centrales azucareros, pero no lograr las
miles de toneladas que nos faltan", sostuvo.
Situaciones similares se presentaron en las provincias orientales de
Holguín y Las Tunas, así como en las productoras de azúcar claves como
Villa Clara y Matanzas, en el centro y el occidente del país.
Los agricultores y los trabajadores de los ingenios deben batallar
con la fatiga humana y de las máquinas, con su consecuente impacto en
los rendimientos de la caña. Eso se agrava con las inclemencias del
tiempo y dificulta y encarece la cosecha.
La zafra azucarera comienza generalmente en diciembre con la
temporada de invierno en Cuba y se extiende hasta mayo, siendo los meses
de enero a marzo los claves por el clima seco y fresco que, por lo
general, hace aumentar los rendimientos. Aunque no este año.
"El plan era bien ambicioso y para lograrlo todo debía estar muy
bien. Y casi todo estuvo mal desde el principio. Sobre todo el clima,
que no ha dado tregua y parece que de ahora en adelante será peor", dijo
el agricultor Alfredo Céspedes, de 43 años, y residente en la provincia
de Camagüey.
Esta última provincia, con un plan de 185.000 toneladas, aún no ha producido 100.000 toneladas.
"Las lluvias ya están aquí. De ahora en adelante todo será más
difícil, por lo que no es posible pensar en resolver la situación",
agregó.
El azúcar se convirtió en el rubro líder de exportación en Cuba antes
de la Revolución de 1959 y después cuando la antigua Unión Soviética
compró azúcar cubana a precios preferenciales.
En la actualidad es la séptima mayor fuente de ingresos de la isla,
detrás de la industria de los servicios, las remesas, el turismo, el
níquel, los productos farmacéuticos y los habanos.
ABRIENDO INVERSIÓN
Cuba produjo sólo 1,2 millones de toneladas de azúcar sin refinar en
las últimas tres temporadas cuando AZCUBA tomó las riendas de la
industria, en comparación con los 8 millones que logró en la década de
1990 antes de la desaparición de la Unión Soviética que llevó casi al
colapso a la industria.
Los planes pretenden un alza promedio anual de la producción en 15
por ciento hasta el 2016, aunque en las últimas tres cosechas ha sido
del 12 por ciento, según AZCUBA, la entidad estatal que reemplazó hace
tres años al Ministerio del Azúcar.
Los malos resultados de la actual temporada van a acelerar los planes de AZCUBA de abrir el sector a la inversión privada.
El presidente cubano, Raúl Castro, quien reemplazó a su hermano Fidel
en el 2008, está tratando de reactivar la economía local mediante una
serie de reformas aprobadas en abril del 2011 en un congreso del Partido
Comunista.
Los planes incluyen una mayor inversión extranjera.
La Cámara de Comercio de Cuba enumeró este año siete ingenios como
candidatos para acuerdos de administración con inversión extranjera, los
cuales fueron construidos después de la revolución de 1959 y por tanto
no están sujetos a posibles reclamaciones de propietarios anteriores que
salieron del país.
Los 48 ingenios que quedan en el país fueron todos construidos hace más de 60 años.
A fines del mes pasado, la Asamblea Nacional aprobó una nueva ley de
inversión extranjera que busca atraer capital foráneo y hace a la
agricultura más favorable a las inversiones.
La sociedad brasileña Odebrecht S.A. comenzó este año a administrar
un ingenio en la central provincia de Cienfuegos y se convirtió así en
la primera empresa extranjera permitida en la industria azucarera desde
1959.
La Compañía de Obras e Infraestructura, subsidiaria de Odebrecht,
planea modernizar el ingenio, así como apoyar el sector agrícola y de
transporte. También ha expresado su interés en la administración de
otros molinos.
Su contrato con una duración de 13 años incluye una inversión de unos
140 millones de dólares para aumentar la producción a más de 120.000
toneladas de azúcar sin refinar desde 40.000 toneladas.
Cuba consume entre 600.000 y 700.000 toneladas de azúcar al año y
tiene un acuerdo para vender a China 400.000 toneladas. El resto lo
vende a otros países.
(Reporte de Marc Frank. Traducido por Nelson Acosta.; Editado en español por Silene Ramírez)
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