Saludos a los televidentes, al equipo de trabajo de “La noche se mueve”, en especial a su presentador, saludar la constancia de amigos como la del realizador y escritor Lilo Vilaplana, y a Antonio Rodiles, quien dirige el espacio cultural y de pensamiento social Estado de Sats.
Queridas amigas y amigos todos, este mes se cumplen ocho meses de mi ingreso a prisión, y de mi despedida en este programa estelar de alcance continental.
No les miento si les confieso que nunca llegué a creer que la dictadura fuera capaz de encarcelarme sabiéndome inocente, no porque quede en ellos un ápice de cordura o justicia, sino porque provocarían una ola de protestas, puesto que luego de exponer las pruebas de la fiscalía y las de mi defensa, es evidente el rejuego político que se esconde detrás del circo montado en mi contra.
Por supuesto, como régimen totalitario, han hecho alarde de fuerza, muestran una vez más lo que son capaces de hacer contra las voces que se enfrentan a la dictadura, máxime si se encuentran dentro del archipiélago cubano. Sé que mi vida se halla en peligro, las muertes misteriosas de líderes de la oposición ponen al descubierto sus crímenes. He recibido constantes amenazas de muerte desde mi llegada a prisión, donde me han asegurado que no saldré con vida. También se les hace difícil, puesto que sobre mi persona existe mucha mirada solidaria a nivel internacional. También me han ofrecido darme la libertad si desisto de mi proceder en la oposición, o en cambio, me han propuesto mi salida definitiva del país. En ambos casos me he negado rotundamente.
De todas formas, suceda lo peor si se diera el caso, fue un camino que tomé con la mayor conciencia y necesidad de mi alma, que asumí sabiendo los riesgos, pues ya antes de abrir el blog, yo un intelectual y ciudadano ejemplar ante la sociedad hasta ese momento, muchos amigos y familiares me vaticinaron la cárcel o la muerte.
Por supuesto, no quiero ser un mártir, mi sueño es continuar siendo un escritor y poder contar lo que sucede en mi país, las esperanzas y decepciones de mis contemporáneos. Sepan que si eso no llegara a suceder, lo prefiero, pues lo que sí no podría soportar es continuar viendo a mi país bajo la esclavitud de una de las dictaduras más inteligentes y feroces que haya existido en la faz de la tierra.
Cuando salga a la luz toda la verdad, muchos se avergonzarán de haberla apoyado, justificándose con que no sabían.
A ustedes mi gratitud eterna, y ¡viva Cuba!, y que viva libre.
Ángel Santiesteban-Prats
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