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los millones estan bien, solo se les pide sensibilidad social. que hagan su propio team cuba, que el que ofrece tony castro no representa a cuba, sino al kaxtrizmo.
La noticia es latente desde hace alrededor de dos años y ahora los matices son más visibles: el Gobierno se encuentra conversando con varios deportistas emigrados para que representen a Cuba nuevamente en eventos internacionales.
Aunque es algo que a muchos les parecerá obvio, la posibilidad de que dichos atletas volvieran a vestir los colores nacionales era casi imposible hace una década, lo que convierte las presentes negociaciones en algo trascendental.
Según reportes de prensa y declaraciones de funcionarios cercanos a la Federación Cubana de Béisbol (FCB), durante la preparación de la selección antillana al III Clásico Mundial, Antonio Castro Soto del Valle, vicepresidente de la Federación Internacional de este deporte (IBAF), visitó varias ciudades norteamericanas en busca de acuerdos para topes del combinado nacional.
Al final no se concretaron los cotejos con preselecciones de Grandes Ligas, pero el salto hasta tierras del Tío Sam sirvió para contactar con el flamante ganador del derby de jonrones del Juego de Estrellas 2013, el granmense Yoenis Céspedes, actualmente en el line up de los Atléticos de Oakland.
Los detalles de ese encuentro no se conocen a cabalidad, solo se ha filtrado que Antonio, hijo de Fidel Castro —el principal artífice de que el distanciamiento con los deportistas emigrantes sea tan violento—, conversó con Céspedes la posibilidad de que aquellos peloteros que no abandonaron delegaciones oficiales pudiesen representar a Cuba en los Clásicos Mundiales y otros eventos de envergadura.
Asimismo, desde la FCB trascendió que Antonio Castro propuso al jardinero de los Atléticos que sirviese de propulsor de la idea dentro del grupo de cubanos que juegan en organizaciones de la Major League Baseball (MLB) y que no "se quedaron".
La lista de los elegibles sería grande, pues la mayoría de los peloteros cubanos en la diáspora pusieron sus esperanzas y salieron de la Isla montados en una embarcación. Es por eso que una eventual apertura en este sentido sería demasiado benévola y masiva para con aquellos que "cedieron a los encantos del dólar y traicionaron la patria que los vio nacer". La idea causa suspicacias.
¿Podría imaginarse una preselección cubana con figuras como Yasiel Puig, Alexei Ramírez, Kendrys Morales, José Fernández, Dayán Viciedo, Yoenis Céspedes, Miguel Alfredo González, Francisley Bueno, José Iglesias, Henry Urrutia, Adeiny Hechevarría, Yunel Escobar, Yunieski Betancourt, Leonys Martín y Brayan Peña, todos nacidos en Cuba, elegibles según la teoría del "vice" de la IBAF y jugadores activos en la MLB?
Es difícil que quedasen muchos puestos disponibles en la titularidad para los jugadores de la Serie Nacional, y por nada del mundo el "gran jefe indio" permitiría que un equipo cubano participara en una competición completamente conformado por emigrados o jugadores profesionales.
De cualquier modo, todo lo antes descrito se encuentra en el plano de la especulación, aunque las fuentes consultadas sean de entera credibilidad. Es necesario, diríase imprescindible, para la pelota cubana y su proyección futura.
Esta vía, por ejemplo, sí parece fructificar en el caso del voleibol, pues ya se han reportado oficialmente conversaciones con aquellos jugadores que solicitaron la renuncia de la selección nacional para casarse con extranjeras y lograr la salida legal, con el objetivo de jugar en ligas profesionales. Ya trascendieron nombres como los de Henry Bell, Osmany Juantorena, Raydel Hierrezuelo, Fernando Hernández y Roberlandy Simón, entre otros.
Los bochornos experimentados en la última Liga Mundial de Voleibol al parecer colmaron la copa, pues a pesar de mostrar una selección llena de muchachos que no serían regulares ni en el tercer elenco nacional hace cinco años, económicamente la participación cubana dejó importantes pérdidas, pues no se pudieron ni siquiera recuperar los miles de dólares necesarios para la inscripción en este prestigioso evento.
Y es que la puesta en escena ya no convence a nadie, lo único que ha demostrado la política hermética, monolítica, llena de segregación que ha implantado la dictadura castrista en el caso del deporte es que no tiene sustento y los resultados se ven a las claras: un retroceso ostensible en casi todas las modalidades, caída libre en los Juegos Olímpicos y una fuga masiva de atletas muy difícil de parar.
Por todo esto, los Castro están buscando las formas menos "traumáticas" de insertar los fondos que deja el profesionalismo en su movimiento deportivo y para eso nombraron al Benjamín de la política doméstica actual, el vicepresidente Miguel Díaz-Canel.
Según reportes de prensa, Díaz-Canel se ha entrevistado en varias oportunidades con los directivos del voleibol, béisbol y fútbol, con el fin de "guiar" esa transición deportiva al mundo de la actividad rentada, y parte del fruto de esos encuentros se puede apreciar en la contratación de tres jugadores (Michel Enríquez, Yordanis Samón y Alfredo Despaigne, aunque actualmente solo queda activo este último) para actuar en esta temporada con los Piratas de Campeche, en la Liga Mexicana de pelota, y la gradual salida hacia diferentes ligas de otros 20 al terminar la LIII Serie Nacional.
Mas no debemos ser ingenuos con todo este proceso. El Gobierno sabe muy bien que el estado de opinión del cubano en general depende también de los resultados deportivos de la nación, porque ese fue el molde que se le impuso, y en algunos casos es la demostración más genuina del patriotismo verdadero.
Nadie cambia de repente, mucho menos los gobiernos totalitarios y dictatoriales como este. El régimen ha tratado de no ceder terreno en el carácter cerrado y cavernario de su deporte, pero la realidad y el mundo exterior le han impuesto pautas insoslayables que ahora trata de asumir, intentando sacar las más jugosas tajadas, y por ahí le entra "el agua al coco".
En el deporte, como en la política, la economía y la sociedad cubanas, se está derrumbando paso a paso el castillo de naipes construido por los Castro durante cincuenta años. Las puertas de una nueva era van sonando sus herrajes en señal de movimiento, forzado, pero movimiento al final.
Que se estén recuperando tímidamente los derechos no quiere decir que la tarea esté terminada, al contrario, apenas empieza y falta mucho por hacer, pues el tigre no suelta tan fácil una presa que ha retenido durante años. La clave es lograr más avances y nunca, nunca, volver atrás.
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