Rosa María Payá, hija de Oswaldo Payá, ha visitado España buscando apoyo para una investigación imparcial acerca de la muerte de su padre. ¿Qué ha encontrado en España la señorita Payá? Ha encontrado desprecio y cobardía.
El Ministro del PP, García Margallo, se ha comportado como un patán y un vulgar perdonavidas. Le ha prometido a la hija del disidente Payá, “no interferir en la investigación”. ¿No interferir? ¿Qué quiere decir eso, que cabía la posibilidad de que interfiriera para obstaculizar la investigación? Así es de miserable la derecha española con las víctimas de la dictadura cubana.
¿Y la izquierda? Bueno, el PSOE rechazó reunirse con la hija del disidente asesinado y además le acusó de “utilizar con fines políticos la muerte de su padre”. ¿Alguien esperaba otra cosa? Nadie, naturalmente. A estas alturas todos sabemos que la izquierda española no es más que un montón de tipos a cuatro patas suplicando que la dictadura cubana les de por el culo.
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