martes, febrero 05, 2013

Saladrigas: "La apertura económica es lo único que facilitará el desarrollo de la sociedad civil"

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Carlos Saladrigas. (M.S)
Carlos Saladrigas, empresario de éxito y copresidente del Cuba Study Group, es una figura que desata pasiones a uno y otro lado del estrecho de la Florida. Actualmente administra empresas de recursos humanos y de salud y dedica parte de su tiempo a la actividad política. La semana pasada participó en México en la conferencia Cuba 2013: Realidades y perspectivas, auspiciada por la Fundación Konrad Adenauer, donde habló con DIARIO DE CUBA.
Usted ha dicho recientemente que en los próximos 24 meses debería aprobarse en Cuba una ley de inversiones, sin el calificativo de 'extranjera'. ¿Qué le hace pensar eso?
Creo que es la necesidad que tiene Cuba de atraer inversión extranjera y de crear inversión en el país. La tasa de inversión es muy baja, no se puede sostener un crecimiento económico sin inversión. Es una necesidad imperiosa. Creo que van a tomar algunas medidas sobre eso en los próximos 24 meses, si no antes.
Es cierto que existe entre Miami y Cuba un incipiente mercado transfronterizo, sin embargo las nuevas leyes aduanales cubanas parecen ir dirigidas a bloquear esa posibilidad…
Están inclinadas a gravar un poco, pero no creo que estén inclinadas a eliminarlo. Espero que no, porque es algo muy importante. Es parte esencial, en este momento, de la naciente economía de las microempresas, es una de las fuentes de suministros más importantes que tiene el nuevo esquema de microempresas. Y no solo desde Miami. También están viniendo de Panamá, España, República Dominicana, Venezuela. Esa apertura debe continuar, aunque ellos determinen que es importante gravar algo esa actividad económica.
Da la impresión de que los cambios del régimen son un remiendo sobre otro, visto el fracaso de la incorporación al trabajo por cuenta propia…
Correcto. Sabemos que hay muchas cosas que están demoradas. El mismo presidente dijo que había que desemplear un número de personas del sector estatal, pero eso no se ha realizado en su totalidad, en ningún sentido. Las reformas agrícolas han dado poco resultado, ninguna de estas cosas que han hecho hasta ahora, en realidad, ha tenido un impacto importante en la macroeconomía. Sí ha tenido impacto en la vida de la persona que está ganando dinero a través de su pequeñita empresa. Tienen que darse cuenta que sus reformas han sido tan tímidas y tan lentas que no están teniendo el impacto que ellos esperaban. Entonces, no hay otra alternativa que ir aumentando la profundidad de las mismas, quizás de forma sectorial, pero irlo haciendo.
A usted le acusan de poner los negocios por encima de los derechos humanos. ¿Qué opina de esto?
Sí, me lo han dicho. Me han acusado de tratar de establecer negocios en Cuba. La evidencia es clara: ninguno de nosotros tiene negocios en Cuba, ni es lo que nos motiva. Sencillamente nos motiva ayudar a nuestro pueblo. Pero sí creemos que la libertad económica es uno de los derechos fundamentales y humanos importantes, y hay que defenderlo. La apertura económica es la única cosa que va a facilitar el desarrollo de la sociedad civil en Cuba.
Durante alguno de sus viajes a Cuba, ¿percibió algún tipo de insinuación por parte del Gobierno para que invirtiera o participara en algún sector?
No. No creo que haya todavía esa apertura, ojalá la hubiera. Creo que el exilio tiene una capacidad importante para generar un impacto económico en Cuba, porque el país lo necesita; pero vemos las declaraciones del ministro de Economía, no hace mucho tiempo, donde le resta importancia a las posibles inversiones de la diáspora. Dice que Cuba solamente está interesada en inversiones megamillonarias e ignora todo el rango de posibles inversiones de mediano rango, de 10, 20, 50, 100 millones de dólares, que en cualquier economía es un sector de una importancia extraordinaria y genera empleo. Es el sector que más empleo genera, sin duda ninguna.
¿Significó la presencia del cardenal Ortega en el sepelio de Payá el regreso del clero al laicado disidente, que estaba un poco apartado?
A pesar de algunas diferencias, creo que Payá nunca se alejó de la Iglesia, ni la Iglesia se alejó de Payá. Él era un católico comprometido y la Iglesia nunca abandonó a sus hijos. No hubo, en ningún momento, un abandono de Oswaldo Payá por parte de la Iglesia. Sí hubo diferencias, como las puede haber con cualquier otra persona. Eso es parte de la vida cotidiana.
Ya está a punto de terminar el gobierno pastoral del cardenal Jaime Ortega. ¿Cómo valora su paso por el Arzobispado de La Habana?
Como empresario, creo en los resultados al final del ejercicio. Si hubo ingresos más altos, gastos más altos por acá y por allá, eso no importa tanto como el resultado. Las vidas humanas también se miden por el resultado. Aunque podamos diferir en algunas cosas que haya dicho o hecho, o en cosas que no hizo, el cardenal ha dejado un legado muy importante para Cuba. Creo que él debe sentirse muy orgulloso de su legado. Presidió un periodo muy importante para la Iglesia en Cuba, un periodo de crecimiento, de fortalecimiento, para sustentar sus bases. En cierta forma, siempre retó al régimen a dar más, logró cosas importantes para la Iglesia. Ahora es cuestión de consolidar esas ganancias y que la Iglesia siga moviéndose hacia delante, como elemento importante de la sociedad civil cubana.
Probablemente, el nuevo arzobispo de La Habana tendrá que desarrollar su trabajo en un momento histórico diferente para Cuba. ¿Qué perfil sería el idóneo?
Si hay algo que como católico he aprendido es que nadie puede predecir quién va a ser el próximo obispo o arzobispo. Es muy difícil.
Entonces le pregunto como empresario, no como católico.
Es que no sé, porque la forma en que vemos las cosas, no es necesariamente la de Roma. Hay muchos aspectos que Roma debe tener en cuenta en relación con el nombramiento de un nuevo arzobispo. Por cierto, esto no implica que necesariamente que vaya a ser cardenal. Esa es otra designación que pudiera venir posteriormente.
Hay muy buenos obispos en Cuba, de los cuales se puede escoger uno para que sea el arzobispo de La Habana, que no es el Primado de Cuba, pues esa posición la tiene el arzobispo de Santiago, que en este momento es monseñor Dionisio García. Pero la Arquidiócesis de La Habana es muy importante por estar en la capital del país. Me siento confiado, como católico, en que el Espíritu Santo va a ayudar a la Iglesia a hacer una selección buena, para Cuba y para la Iglesia.

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