www.nacion.com/ Álvaro Murillo
Enrique Castillo, canciller de Costa Rica
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Recién llegado de La Habana, tras una visita que
calificó como “histórica”, el canciller costarricense explica el
acercamiento de los últimos meses al Gobierno de Raúl Castro. Dice que
se trata de interés mutuo y que de igual manera se debe hacer con todos
los países del ALBA. Asegura que Costa Rica defiende sus principios en
foros multilaterales, sin hacer señalamientos en el “tú a tú”. “No somos
los policías del mundo para andar regañando a todos”.
Hizo una visita oficial a Cuba la semana pasada. Ayer iba para
Washington y después toca Chile, donde volverá a verse con autoridades
de Cuba. El canciller Enrique Castillo explica por qué ese interés.
¿Qué se trae de Cuba?
De
Cuba, me traigo el haber reanudado plenamente las relaciones con ese
país. Es la primera vez desde la Revolución Cubana que un canciller
visita Cuba. Es un hecho histórico. Temas bilaterales como el estado de
la cooperación que se reactivó en el 2009, pero sobre todo en el 2012,
cuando se firmaron notas de entendimiento para salud, deportes y
ambiente. El segundo aporte es hacer el entronque para participar en la
troika de la Celac (Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños),
porque este mes Cuba asume la presidencia pro témpore y Costa Rica
estará en esa troika con Chile.
¿Por qué tanto interés?
Es
bueno estar informados de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos en
este momento. En la cooperación, queremos intercambiar experiencias en
turismo y en comercio. En comercio, Costa Rica y Cuba tienen apenas $24
millones anuales y revisando con el ministro de ellos, vimos que es
insignificante. Podríamos acrecentarlo, porque tenemos gran
complementariedad. Por ejemplo, Cuba importa sus alimentos y es buen
mercado.
¿Ahora sí buena paga?
Eso
tenemos que verlo. Aunque tienen la dificultad del embargo, ellos
tienen sus fuentes de ingreso propias, sobre todo en turismo, que le
permitiría pagar importaciones.
¿Un TLC con Cuba?
Es una posibilidad abierta, aunque eso le toca al Ministerio de Comercio de Costa Rica evaluarlo.
¿Por qué tiene que acercarse Costa Rica justamente a Cuba?
Tenemos
diferencias ideológicas con Cuba y otros del ALBA, pero la mejor opción
no es la confrontación. Tenemos semejanzas y beneficio mutuo. En este
caso es Cuba, pero puede ser otro país del ALBA. El ALBA es una realidad
que se debe reconocer y con la que hay que trabajar. No está bien
sustraerse por las discrepancias.
¿Y estaba el país sustraído?
Exacto. La relación es muy baja con Ecuador, Cuba y otros países.
¿Incluye entrar a Petrocaribe, como se planteó Óscar Arias?
No
estamos pidiendo el ingreso a Petrocaribe, porque hay condicionamientos
políticos que Costa Rica no quiere asumir. Queremos una relación sana,
pero no estamos dispuestos a reducir nuestro margen de acción.
Volviendo a Cuba: ¿no le incomoda saber que es una dictadura?
Hay
gente que aspira a que Costa Rica predique sobre democracia y derechos
humanos, pero eso lo dejamos en los multilaterales. Ahí es donde
apoyamos la paz y la democracia y damos esas peleas. En lo bilateral, si
tenemos que calificar a nuestros interlocutores por sus errores, quizá
deberíamos abstenernos de tener relaciones con muchos.
En este caso es una dictadura.
Es
un régimen político con condiciones que no compartimos, pero eso no
debe inhibirnos. Son actores importantes y es una realidad que debemos
reconocer.
Doña Laura se reunirá con Raúl Castro en Chile. ¿Usted los asume como dictadura?
No
quiero que este artículo motive un conflicto. Tenemos características
distintas, pero no los descalificamos. Yo no quiero calificar a Cuba; es
un caso como el de China.
Esto suena a realpolitik.
Es la realpolitik,
pero eso no quiere decir que renunciemos a nuestros principios. En los
organismos multilaterales lo estamos haciendo. Un ejemplo es el impulso
al tratado de armas.
Con la salud de Chávez, el ALBA es una gran incertidumbre.
Es
un momento incierto para el ALBA, pero justamente con esos países
debemos seguir teniendo relaciones independientemente de las coyunturas.
Asume usted a Chávez como presidente de Venezuela.
Para
Costa Rica, esa es una discusión interna de Venezuela que ellos deben
resolver mientras eso no llegue a instancias multilaterales. En la OEA
hay una “carta democrática” y podría llegar el tema ahí. Entonces
participaremos.
¿Este acercamiento al ALBA no tendría algún costo con EE. UU.?
No.
Espero que entiendan que no estamos renunciando a la independencia. No
aspiramos a entrar al ALBA. Defendemos nuestros principios y los
derechos humanos, pero no somos los policías del mundo para andar
regañando a todos.
¿Todo este acercamiento al ALBA lo hace pensando sobre todo en Nicaragua?
Eso
pesa. Si los países del ALBA en algún momento apoyaron a Nicaragua,
queremos que dejen de apoyarla. Es posible, porque la posición de Costa
Rica se asienta en el Derecho Internacional y en la racionalidad. La
agresión es totalmente absurda y el desacato de la CIJ es indefendible.
Esperamos que los demás lo entiendan así.
¿Por qué el presidente Ortega no ha recibido las cartas credenciales del nuevo embajador tico?
Hay una presa. Hay más de media docena en espera.
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