lunes, noviembre 26, 2012

Mientras tanto este noviembre… El resto del mundo y Cuba

Cubanalisis
Antonio Arencibia
atotete.blogspot.com
Días atrás, antes de las elecciones norteamericanas y del congreso de los comunistas chinos, pasamos revista en estas páginas a las repercusiones que eso traería en los demás países del globo. Para desilusión de casi la mitad de los electores norteamericanos y de más de la mitad de los cubano-americanos, ha llegado la segunda tanda demócrata, que algunos han bautizado como “Obama 2.0”. Además de esperados cambios en las principales carteras del gabinete, como Estado, Defensa y Tesoro, el reelecto presidente se había preparado para difíciles negociaciones con la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, para reducir el déficit del país y evitar el “precipicio fiscal”, pero ha tenido que atender con urgencia una serie de sucesos que no estaban previstos.

Para empezar se destapó un “asunto de faldas”, que rápidamente se convirtió en una telenovela morbosa cuando dos generales, David Petraeus ( R ), -ex jefe de la CIA-, y John Allen, a cargo de las fuerzas de la OTAN en Afganistán, se vieron envueltos en infidelidades conyugales -admitidas y presuntas- con sendas señoras casadas, de Tampa, Florida. Pero el notición sensacionalista fue desplazado de los titulares cuando Israel respondió de forma contundente a los ataques terroristas de Hamás desde Gaza. La respuesta militar israelí, -desproporcionada desde el punto de vista de las numerosas víctimas civiles-, ha tenido en jaque a las principales cancillerías.

Auge de la Hermandad Musulmana

Según algunos analistas, Benjamin Netanyahu, reaccionaba de esa forma a la derrota electoral de Mitt Romney, desplazando el centro de la atención en el Medio Oriente, de la guerra civil en Siria al problema palestino. Para sorpresa de muchos, con bastante rapidez se llegó a una tregua entre el Movimiento de Resistencia Islámico (Hamás) y las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF). Los mediadores fueron el presidente Obama que coordinó el cese al fuego con su colega egipcio Mohamed Morsi, aprovechando la fuerte influencia que este tiene sobre Hamas, y así se ha conseguido posponer -por el momento- una nueva ocupación militar israelí de la Franja de Gaza, como ocurrió en diciembre del 2008.

Lo interesante de este acercamiento de Estados Unidos con un Egipto gobernado por la Hermandad Musulmana, es que coincidió con el reagrupamiento de las principales organizaciones que combaten al régimen de al-Asad en una nueva Coalición Nacional de las Fuerzas Revolucionarias y Opositoras de Siria. Es opinión generalizada que en esta Coalición, la rama siria de la Hermandad no solo juega un papel destacado en la misma, sino determinante. Por eso la apuesta de la Casa Blanca a favor de Morsi y su partido, es tan arriesgada que puede cambiar el balance político en el Medio Oriente. Más aún cuando el presidente egipcio, aprovechando el prestigio político que le da su papel en la tregua entre palestinos e israelíes, ha decretado que el Ejecutivo está por encima del Poder Judicial. En consecuencia, Morsi ha destituido al Fiscal General y ha ordenado volver a enjuiciar a los militares absueltos por las muertes y abusos de ciudadanos ocurridos durante la rebelión contra el dictador Hosni Mubarak. Pero no todos han aceptado el poder supremo de Morsi, y desde el viernes las calles de Alejandría, la Plaza Tahrir de El Cairo, y otras ciudades egipcias, han sido escenario de protestas y choques entre fuerzas policíacas y opositores políticos que no admiten el rumbo dictatorial del presidente y la Hermandad Musulmana.

Obama en Birmania

Cuando empezó la crisis Hamas-IDF, Obama partía hacia Myanmar (Birmania), en la primera visita a ese país de un presidente norteamericano. Allí, el mandatario se entrevistó con la destacada líder opositora Aung San Suu Kyi, Premio Nobel de la Paz, y con el General retirado y actual Presidente, Thein Sein, que fuera miembro destacado de la junta militar que regía esa nación desde 1988.

Los militares birmanos han tenido un pésimo record en materia de derechos humanos, caracterizado por crímenes y ejecuciones arbitrarias, trabajos forzados y numerosos encarcelamientos políticos. Además, los miembros de la junta -incluido el actual presidente Thein Sein- han estado durante mucho tiempo en contubernio con los principales narcotraficantes del país. Cuando el año pasado la junta se “disolvió” trataba de asegurar así la continuidad en el poder a través de uno de sus representantes y de lograr la impunidad por sus crímenes. La semi-apertura política que ha aplicado el actual presidente birmano, ha incluido la liberación de presos políticos, especialmente la de Aung San Suu Kyi tras quince años de arresto domiciliario, y el permiso a visitar Estados Unidos, donde fue recibida en el Congreso y la Casa Blanca. Este proceso ha permitido que el presidente de Estados Unidos firme una ley que levanta las sanciones económicas que se habían establecido contra el régimen militar. Lo dicho por Obama durante su visita a Birmania de “extenderemos la mano si ustedes están dispuestos a aflojar el puño”, ha sido considerado por el vocero del Departamento de Estado norteamericano, como un mensaje a países como Cuba, donde no hay democracia.

Las facciones en la cúpula comunista de China

En la tercera semana de noviembre se clausuraba el XVIII Congreso del Partido Comunista Chino cuya principal nota era la reestructuración del poderoso Comité Permanente del Buró Político, (CPBP), del que fueron sustituidos por cumplir los límites de mandato y por restricciones de edad, siete de los antiguos miembros. Del antiguo CPBP solamente quedaron Xi Jinping, nuevo Secretario General, y Li Keqiang, escogidos previamente para ser los dos principales líderes de la “quinta generación”, ya que ocuparán en marzo los cargos de Presidente, el primero, y de Primer Ministro de la República Popular China el segundo.

Es importante señalar la procedencia de los siete miembros del Comité Permanente del Buró Político del Partido único de China, todos hombres pertenecientes a la mayoría étnica han, que representan las siguientes facciones partidistas: 1) la de los hijos de los veteranos del PCCh, conocidos como los “principitos”; 2) la de los clientes políticos de los ex presidentes Jiang Zemin y Hu Hintao y 3) la de aquellos líderes que sin ser de “linaje” revolucionario, se han ido elevando paulatinamente al poder desde las filas de la Liga de la Juventud Comunista. Hay que tener en cuenta que en el 2007 el anterior Congreso del PCCh estableció el retiro a los 68 años de los miembros del CPBP; de los siete electos en 2012, solo los principales líderes, Xi Jinping y Li Keqiang son cincuentones, y como los demás tienen entre 64 y 66 años, excederán el límite de edad antes del próximo congreso partidista. Por su similitud con las funciones que desempeñaban en la antigüedad los ancianos de Israel, algunas publicaciones, teniendo en cuenta la edad de los líderes chinos, han calificado al CPBP de “Gran Sanedrín”. Llámesele así o “Junta Directiva del Gran Dragón”, es evidente que han avanzado mucho desde los tiempos de Mao, pues atrás han quedado los métodos expeditivos de “excomunión” partidista, que iban siempre acompañados del escarnio público que sufrieron militantes veteranos e incluso líderes destacados como Liu Shaoqui y Deng Xiaoping.

La tarea primordial del nuevo liderazgo del Partido Comunista consiste en seguir el rumbo actual en lo económico y conducir a China a la posición cimera en el globo. Pero, aunque el Fondo Monetario Internacional haya pronosticado el paso del gigante asiático en 2016 al primer lugar mundial por su Producto Interno Bruto, esto no quiere decir que Obama va a presidir la decadencia norteamericana, porque le falta un gran trecho a los chinos para lograr la hegemonía. La tecnología china es más atrasada que la norteamericana y la producción per cápita es mucho menor, a lo que se añade que gran parte de su enorme población vive en la pobreza. Pero además, según análisis del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, el presupuesto actual de defensa de los Estados Unidos, de 711,000 millones de dólares, es tres veces mayor que el presupuesto militar combinado de China, India, Japón, Corea del Sur y Taiwán.

Comparados con la vetusta cúpula neocastrista, el actual Comité Permanente del Buró Político chino es un grupo de jóvenes en su plenitud. Pero no por ser jóvenes, dejan de dar lecciones a la gerontocracia cubana. Pueden decir a sus camaradas del Caribe que lo único que está frenando en China la lucha por los derechos políticos, es el ascenso de las clases sociales producido por el gran desarrollo del país. Si la experiencia de los comunistas chinos se tuviera en cuenta en La Habana, el régimen tendría que aplicar verdaderos cambios estructurales que faciliten el incremento del nivel de vida de los cubanos como clave de la gobernabilidad del país.

Rajoy mueve fichas con La Habana

En la tercera semana de noviembre se celebró la XXII Cumbre Iberoamericana en la ciudad de Cádiz, en conmemoración del bicentenario de la Constitución liberal española de 1812. El Rey Juan Carlos I, preocupado por la poca relevancia de la cumbre del año pasado en Asunción, quiso asegurar una buena participación, y para ello visitó en junio Brasil y Chile, mientras la Reina viajaba a Bolivia y los Príncipes lo hacían a Panamá y Ecuador. Aún así faltaron a la cita varios jefes de estado de países de América Latina. Hugo Chávez no se dignó siquiera enviar a Maduro, -ahora vicepresidente y canciller- y se hizo representar por un vice-ministro de Exteriores. Cristina Fernández, que enfrenta un contencioso con España por la nacionalización de Repsol, no asistió, según dijo, “por recomendación médica”. A Paraguay, sede de la anterior cumbre se le excluyó por las críticas de varios países latinoamericanos al proceso de destitución al ex mandatario Fernando Lugo. El presidente de Guatemala no pudo asistir por la situación de emergencia provocada en su país por un devastador terremoto. Y dicen los enterados que Daniel Ortega rehusó a última hora asistir a Cádiz por la rabieta que le produjo el otorgamiento del Premio “Reina Sofía” de Poesía Iberoamericana a Ernesto Cardenal, su ex Ministro de Cultura y hoy adversario político.

Con Raúl Castro no se contaba, pues casi siempre delega su representación en todo tipo de cumbres. Pero ese no era el caso de Correa o de Evo Morales, ambos presentes en la Cumbre Gaditana, para atender serios problemas que tienen en España con sus conciudadanos. La mayor emigración de latinoamericanos en la Península son los casi seiscientos mil ecuatorianos que han sufrido numerosos desahucios o tienen graves problemas hipotecarios, y que en un 67 por ciento quieren regresar a Ecuador. Por su parte, Morales quería asegurar que se mantuvieran las garantías y ventajas obtenidas por los bolivianos en la Península, unas doscientas mil personas que forman la segunda comunidad en el exterior del país andino.

Lo que buscaba La Habana en España ya se había amarrado previamente, por eso solo enviaron a Cádiz a Bruno Rodríguez Parrilla. El titular del MINREX, estaba cómodo, porque sabía que la Cumbre Iberoamericana del 2012 aprobaría -como todas las demás- un “Comunicado Especial sobre la necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por el gobierno de los Estados Unidos de América a Cuba, incluida la aplicación de la llamada ley Helms-Burton”. Aunque el emisario del régimen agradeció este apoyo, sazonó su discurso con críticas a sus anfitriones y al Viejo Continente por la recesión de Europa, la decadencia del estado de bienestar y la crisis del euro, temas que todo el mundo conoce, pero que sonarían mejor en boca de alguien que representara a un gobierno próspero y democrático.

Pero aparte de este desplante típicamente castrista, empezó a salir a la luz lo que ya estaba cocinado. En vísperas de la Cumbre, y tras reunirse con su contraparte española, el canciller del régimen dijo a los periodistas que el Gobierno español había reconocido como “impecable” el proceso judicial en Cuba del dirigente de Nuevas Generaciones del Partido Popular de Madrid, Ángel Carromero. Y afirmaba que la solicitud de que Carromero fuera trasladado a territorio español sería “debidamente considerada”, sobre la base de los acuerdos jurídicos de ambos estados en esta materia, que es lo que quiere el gobierno de Rajoy.

La otra gestión del gobierno de España en su acercamiento a La Habana fue su participación activa en la reunión de Ministros de Exteriores de la Unión Europea, iniciada el lunes 19 de noviembre en Bruselas. En ella se acordó que Catherine Ashton, jefa de la diplomacia comunitaria, explorase llegar a un nuevo acuerdo bilateral con el régimen cubano. Se iniciaba así el proceso de desmantelamiento de la Posición Común (PC) que fue adoptada en 1996 por la Unión Europea ante los desmanes del castrismo, a propuesta del jefe del gobierno español de e3ntonces, José María Aznar. Esta vez el gobierno de Rajoy, del mismo partido que había logrado la PC, no solo votaba a favor de su modificación, sino que era uno de los más activos proponentes de buscar un nuevo acuerdo. De todas formas, como señala el profesor Joaquín Roy en un análisis publicado en El País, nada sustancial cambió tras la Posición Común de 1996:

Ninguna línea aérea europea ha dejado de acudir a Cuba. Ningún Estado europeo ha puesto obstáculos a las inversiones, que suman más del 50% de las totales. Ningún ciudadano europeo considera a Cuba como estado terrorista. Al contrario, todavía disfruta en algunas mentes de la aureola romántica de una revolución fallida. Año tras otro, todos los países europeos votan en contra del embargo en las Naciones Unidas.

Si se avanza en el proceso de eliminación de la Posición Común, además de continuar ocurriendo lo arriba señalado por el profesor Roy, el régimen podría recibir otros beneficios, ya que Cuba, como miembro del grupo África, Caribe y Pacífico, (ACP), tendría la posibilidad de incorporarse al Acuerdo de Cotonou entre la ACP y la Unión Europea, que otorga ventajas comerciales y ayuda especial a los países integrantes del grupo.

¿“Actualización” o estancamiento?

Hasta aquí, pareciera que a la cúpula neocastrista no le ha ido mal en sus relaciones con el gobierno de Rajoy. Pero aparte de cierta satisfacción al ver al Partido Popular recular de su posición ideológica no tienen mucho más que esperar de España. Ni siquiera los cientos de miles de cubanos que optaron por reclamar la ciudadanía española de padres o abuelos tienen puesta la vista en la Península, donde el desempleo de millones, la crisis económica y la amenaza separatista en Cataluña, ponen en peligro incluso la continuidad de los subsidios que han ayudado hasta hoy a sobrevivir a muchos de esos nuevos españoles en la Cuba de la hiperinflación y la doble moneda. Por otra parte, la historia de los impagos del régimen ha dejado bien escaldados a los inversionistas españoles, que tras la nacionalización de la Repsol en Argentina, no van a arriesgar sus capitales en un país donde los contratos no inspiran confianza.

Resumen

Hemos destacado en este trabajo como los gobernantes toman decisiones arriesgadas, a veces criticables, pero mueven fichas para resolver situaciones de crisis. Mientras tanto, la dictadura aferrada al poder se empecina en el inmovilismo y lo transmite a todas las estructuras del estado. Parece que se mueve, pero no lo hace en lo fundamental. A pesar del impacto del huracán Sandy sobre las viviendas, las cosechas y los habitantes de la segunda ciudad del país y la región adyacente, el régimen se resiste a avanzar hacia verdaderas reformas estructurales. Mientras en la Plaza de la Revolución se recibe a los enviados de Venezuela, China, Rusia, Vietnam o Surinam, que traen ayuda humanitaria, el aparato gubernamental y represivo impide o confisca los donativos privados de dentro y fuera de la Isla destinados a los damnificados del Oriente del país.

Las noticias del periódico Granma están desmintiendo a diario la supuesta “actualización” del neocastrismo, cuando reportan la sindicalización forzosa de los cuentapropistas y de decretos que favorecen mayor otorgamiento de tierras en usufructo solo para los cooperativistas. Se anuncian inversiones extranjeras, hasta en la industria azucarera, pero se recargan los aranceles a equipos y mercancías destinadas al trabajador autónomo del estado, y se rechaza el capital, la propiedad de viviendas e incluso la permanencia indefinida en su propio país de los cubanos residentes permanentes fuera de Cuba. El incremento del nivel de vida de los cubanos, si exceptuamos a minorías privilegiadas, está a años luz de alcanzarse. ¿Es exagerado decir que todo eso muestra la indiferencia, prepotencia o indecisión de los que tienen que resolver la crisis nacional?

¿Quién va a creer que esa casta ineficaz, incrustada en el poder hace más de medio siglo, vaya a cambiar de naturaleza y “afloje el puño” con que oprimen las ansias de libertad del pueblo cubano?

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