Por Andrés Pascual
A mi no me gusta el estilo de los
Klitschkos: parado, feo, pero nunca confundirlos con blancos fijos; son
inteligentes en el ring y fuera también, que estos sí tienen títulos y
doctorados de verdad.
La forma de pelear de los
ucranianos responde al boxeo de la ex Unión Soviética, que se lo impusieron a
Cuba con el resultado de que fue el país que más se afectó, porque perdió su
estilo americano, bello, tradicional y de absoluto respeto que la reconocía
como potencia del pugilismo profesional, a fin de cuentas, Stevenson era una
palma real en el medio del ring y nadie habla, un poco más parado, desde la
cintura hacia arriba, que los hermanos Veneno de la división completa de hoy,
además, el oriental nunca supo boxearle a los contrarios de menos estatura pero
decididos, que, no solo le ganaron cuando se presentó alguno así, sino que
lucía tan ridículo y desconcertado que se podía confundir con la cobardía.
Ayer Vitali le ganó a Manuel
Charr por nocao técnico en 4 rounds en Moscú, otro boxeador de menos estatura
que muerde el polvo, esta vez fue una herida la causante de la detención del
pleito, pero igual sirvió para que el perdedor se quitara una golpeadura de
encima y no porque fuera un émulo de Locche, si aquello sigue, lo mataban,
aunque hizo esfuerzos y llegó con un par de golpes más desorganizados que
efectivos.
Hay un comentario contra las
victorias de estos hermanos que linda con el ridículo y la mala idea: son
aburridos…
No, son imbatibles y ninguna
circunstancia devenida baja pasión puede llevar a demeritar a quienes han
demolido a lo mejor de la división completa, que nunca han evitado el combate
contra lo mejor salvo entre ellos.
¿Qué el negro americano no boxea?
¿Qué tienen la suerte de ser gigantes sin retraso mental? No es su culpa, ellos
siempre están ahí para el que sea, además, siempre es bueno recordar que
Lennoxx Lewis ganó “muy aburridamente” por su estatura más que por su boxeo y
una herida contra uno de los hermanos lo salvó de la derrota, porque perdía
aquella pelea, posiblemente, por nocao. Además, de forma extraña, decidió
abandonar el deporte cuando se cernía la amenaza de tener que pelear contra
ellos.
Observe estos datos de ambos
pugilistas ex soviéticos:
VITALI KLITSCHKO: ha peleado 47
veces con 45 victorias, 41 nocaos propinados y 2 derrotas, ambas por fuera de
combate. El promedio de anestesiados que tiene es de 87,2, entre los cinco
mejores de todos los tiempos. Ha horizontalizado a 32 entre el 1ero y el 7mo
round y a 10 desde el 8vo al límite.
WLADIMIR: 61 combates, 58 ganados
con 51 nocaos, 3 perdidas, todas por fuera de combate y su promedio es de 83,6.
Entre el primero y el séptimo ha anestesiado a 44 y a 6 desde el octavo hacia
arriba.
Yo quisiera saber cómo es posible
que haya gente que critique a boxeadores estilistas porque “huyen y no tiran” y
hablen despectivamente de estos campeones que no solo son máquinas de tirar con
poder en ambas manos, sino destructores sin cuento.
A mi no me gustan porque me pesa lo político en el rechazo que hago contra todo lo que
huela a soviético o ex, pero de ahí a comer catibia, a no reconocerlos como
fenómenos que, posiblemente, nunca van a perder y para que la oposición respire
aliviada necesita que se retiren, va un buen trecho.
Estos tipos son una época en la
división completa, que nunca fue pródiga en grandes boxeadores, son tan buenos como
los mejores de la historia.
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