sábado, abril 21, 2012

Un nocao que debe hacer escalafon

Por Andrés Pascual

       La forma como anestesió el cubano Erislandi Lara a otro de los “hijos de su papá”, debería crear el ambiente festivo que pusiera al exilio cubano en control de lo inevitable: la posibilidad de que otro de los suyos se convirtiera en campeón mundial si lo trataran como lo que es, acaso el # 1 absoluto del ranking mundial de cualquier organismo en super welters.

        Sin embargo, cualquiera que esté al tanto de los movimientos de los mercachifles del boxeo de hoy, sabe que lo mismo “sí, que no”, porque, aparentemente, lo que haga un criollo nunca es suficiente para quienes tienen el sartén por el mango.

        “Ningún boxeador es cobarde”, tal vez, lo mas grande que se haya dicho sobre el gladiador que se sacrifica y yo lo creo, lo dijo Marciano en uno de los programas de su show para la televisión americana hace más de 45 años, sin embargo, por lo general, un público que no es capaz de entender los mecanismos de este oficio, culpa a este o a aquel peleador como “gallina”, porque no se produce el encuentro que desea.

        Lo primero que hay que analizar por qué una pelea no se efectúa, es que eso no lo decide el peleador, sino su apoderado y,  a través del tiempo, muchas veces no ha sido el manager que lo representa, sino el promotor que lo manipula.

        Entonces, hasta se puede convencer a un boxeador, como Nonito Donaire, para que diga sobre la evasiva de su esquina a Rigondeaux, algo que dio pena: “no es interesante porque es aburrido…”, tratándose de un campeón mundial el ofendido, lo que debería ser una obligación respetuosa, se convirtió en uno de los peores gestos de cobardía de la historia de las justificaciones ridículas del profesionalismo.

        Lara no sudó para liquidar a Hearns en Biloxi: en menos de 2 minutos del primero resolvió un crucigrama que, ahora, todo el mundo sabe que no era complicado, pero que antes, por la diferencia de 6 pulgadas de estatura, era un poco mas complejo que lo que resultó, si se analizaba con objetividad.

        ¿Qué le ganó a un bulto? el 90 % de los boxeadores de hoy son bultos, puestos ahí por obra y gracia de intereses que juegan con ellos como marionetas, a los cuales la media puede crearles una historia grandiosa en cuestión de 3 peleas, o ¿Acaso Julio C Chávez jr es un gran peleador? Si los hombres que tiene detrás el “otro hijo de papi” fueran decentes, si los que confeccionan los rankings y regalan o roban campeonatos como les de la gana fueran honestos, Julito sería un preliminarista de segunda en Culiacán cuando los Tomateros no jugaran, sin posibilidades de ganar una faja nunca.

         En su división, Lara es de lo mejor que hay, si bien es verdad que no tiene nocao punch, que tampoco lo tiene nadie en el pugilismo de hoy, puede noquear, pero, sobre todo, puede boxear y ganar.

         Un día pueden perjudicarlo, como contra Williams y otro medio beneficiarlo, como contra Carlos Molina; pero, lo principal, en las manos de esos señorones que están acabando con el deporte, está la posibilidad de hacer una de las grandes batallas posibles en estos tiempos, con el cubano como uno de la contraparte, o dejar que se oxide y liquide como continuación de la extraña conspiración que han orquestado contra estos boxeadores.

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