Richard Abril [d] con su entrenador Osmiris Fernandez |
Por Andrés Pascual
No es
posible que un boxeador no haga el peso para una pelea en la división ligera,
que suba con 15 ó 16 libra más como superwelter y, aún así, los magistrados
estén preparados para darle las ventajas que necesite, como la decisión, que no
pudo ganar en el ring porque no sabe boxear.
Richard Abril pega poco y su boxeo no es todo lo atractivo que exige la
clientela que conoce, sin embargo, ganó la mayoría de los rounds de la pelea
contra Brandon Ríos, que no supo qué hacer para encontrar a un hombre que se le
escapaba del radio de acción, como la pelea de control y, la mayoría de las
veces, le marcaba puntos con facilidad.
El no
fue una gran pelea, y en esto tuvo mucho
que ver el interés por meter la cabeza del americano, que obligaba al cubano a
aguantar y abrazar para neutralizarlo.
Fue
otro robo facturado en las oficinas del “abogado neoyorquino que manda en
Fistiana”.
La
realidad es que cansa desde hace rato ver cómo le levantan el brazo a un
perdedor con tanta frecuencia y que no pase nada.
Ni
cuando Palermo y Carbo, Cosa Nostra de verdad, se producían tantos
despojos tan a menudo.
A
pesar de la diferencia de peso en el ring, Abril ganó 10 rounds con otro tablas
y el que sobra para Ríos, el criollo se impuso de punta a cabo; es decir, de
“huevo clueco y salchichón”. La esquina del cubano, Osmiris Fernández, trabajó
con inteligencia y precisión y también hay que hablar de esto, que esa demostración
de Abril no fue huérfana ni fortuita.
Lo
que hay contra los cubanos es una conspiración que, a estas alturas, nadie sabe
si se establece entre Arum y los jueces, o entre los socios del judío dentro de
la tiranía castrista y el propio tipo con el objetivo de desilusionar a los
boxeadores, que sienten que se les acaba el tiempo sin pelear o que, cuando les
dan un chance, es para robarlos sin misericordia, como le sucedió antes a Lara
y anoche a Richard Abril.
Con
los boxeadores que escapan de aquel infierno, por lo seguido que les suceden
cosas, hay que pensarlo todo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario