Bernal [der] con su homologo ruso |
El tema cultural-intelecutal se ha complejizado. Esta clarito: Abelito el "pelu" de superministro pa'l bonche farandulero, Bernal pa'la cosa.
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Cubaencuentro.com/
No causó sorpresa la noticia
de la sustitución de Abel Prieto como ministro de Cultura cubano: desde
hace algún tiempo se esperaba. Aparentemente —porque en Cuba, aunque
todo se sabe más tarde o más temprano, casi nada se sabe con certeza— la
salud no le acompañaba, pero menos aún sus propios intereses o deseos
de mantenerse en un cargo que requiere mucho más de comisario que de
intelectual, y él resultaba demasiado intelectual como comisario, y
demasiado comisario como intelectual.
Su personalidad no se
acoplaba con el cargo. Hijo de un cercano colaborador de Armando Hart en
el ministerio de Educación a comienzos de la revolución, Hart lo
promovió a la presidencia de la UNEAC cuando era ministro de Cultura, y
finalmente se convirtió en Ministro él mismo al caer en desgracia el
propio Hart. En algún momento se dijo que Fidel Castro lo había colocado
en el Buró Político del Partido “por pelú”, es decir, por su melena,
para sugerir un mensaje aperturista.
Prieto daba imagen de persona
de mente abierta y razonable cuando se le comparaba con Edith García
Buchaca, Luis Pavón y Armando Hart, los comisarios que le precedieron en
el cargo al frente de la cultura “revolucionaria”, pero nunca dejó de
ser la mano del “Gran Hermano” que manejaba todos los hilos del sector
cultural y pretendía controlar corazones y mentes de todos los creadores
y artistas del país.
Aunque algunos comentarios lo definen ahora
como “tronado”, la nota oficial menciona “su experiencia y los
resultados positivos obtenidos en el ejercicio de su cargo”, y que Raúl
Castro lo designó “asesor del Presidente de los Consejos de Estado y de
Ministros”, lo que no sugiere que haya caído en desgracia. De los
“liberados” que van al “plan payama” se dice en la prensa oficial que se
le asignarán otras funciones, y nunca se les nombra asesores del Jefe
de Estado y Gobierno.
No haber sido reelecto al Buró Político del
Partido en el congreso del pasado año, más que a causa de “estar en
baja” ante Raúl Castro, se debió a que en la concepción del
General-Presidente su cargo no ameritaba la membresía en el más alto
eslabón del poder cubano: algo así fue posible solamente en tiempos de
Fidel Castro, quien atendía personalmente el sector cultural, pero,
aunque todavía algunos no lo acaban de entender, ya no decide en estos
asuntos.
El nuevo ministro, Rafael Bernal Alemany, no es demasiado
conocido ni en Cuba ni en el mundo: eficiente y calificado, nunca tuvo
demasiado interés en destacarse públicamente en ningún cargo,
manteniéndose generalmente con bajo perfil, pero con poder real en el
ámbito que se desempeñaba. Siendo teniente de las fuerzas armadas en los
años sesenta pasó a trabajar en el viceministerio de la enseñanza
tecnológica militar en el MINFAR y en el Ministerio de Educación, donde
llegó a ser viceministro, cargo en el que se mantuvo hasta ser nombrado
viceministro de Cultura en 1997. Es un militar que durante muchos años
trabajó de cerca con José Ramón “el gallego” Fernández. Mas >>
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