Por Andrés Pascual:
El trainer cubano Pedro Luis Díaz no “reinventó” a Miguel Coto en su victoria del pasado día 3 contra Antonio Margarito; tampoco Coto “ganó y convenció”, porque no lo hubiera podido hacer sin el entrenador, al modo mío de ver las cosas, responsable en el 80 % del resultado que tuvo el pleito.
Hay un vicio de algunos “cronistas” de comunidad económica cubana, de factura “balsas o “quedaditos”, que linda con el ridículo a la hora de presentar a ciertos trainers llegados recientemente y es el de dispararle al lector, incluso al oyente, la retahíla de títulos adquiridos quién sabe cómo en países del antiguo “campo socialista”, como base para imponer una sapiencia que todo el mundo sabe que poco tiene que ver con el circuito profesional.
Una vez que se rechaza el estilo feo, parado, de los Klitschko, se debe considerar que, técnicamente, a los efectos de guardia, de movimientos…pues nadie puede ser un especialista confiable si transitó por los pasillos de universidades que, con respecto al arte del boxeo en sí, son la negación del concepto.
Sin embargo, Miguel Coto le ganó por nocao técnico a Margarito con el antillano en su esquina…
¿Cómo logró el resultado? Algunos dicen que el azteca estaba lastimado por las golpizas de Mosley y de Pacquiao, no totalmente convincente, de lo que solo puede tomarse como válido el maltrecho ojo derecho del mexicano y ni así, porque Basilio debió pelear 9 rounds de frente contra Robinson, con un verdadero “ojo de sapo” y ganó.
La realidad es que el encuentro fue exactamente igual para Coto que el primero: tirando más y boxeando a velocidad en side-steps, parecía una réplica del primero en el que también estuvo delante por buen trecho; pero, para el segundo, estaba el handicap del ojo de Margarito, sobre el que había que trabajar para dejar que la esquina o el médico se encargaran del veredicto. Por supuesto, castigar el ojo lesionado no formó parte del manual impuesto por el entrenador: eso lo hace cualquiera ante un caso similar.
Lo que decidió la pelea a favor de Coto fue que, cuando pasó del 7mo round, estaba con aire suficiente para seguir y eso sí fue responsabilidad del cubano: Margarito alegó que todavía faltaban tres episodios, como que fue lo que necesitó para ganar la primera, pues creyó que la cosa sería igual, sin tener en cuenta que el boricua estaba tan fresco que dio la impresión que el combate había comenzado en el noveno…
Dicen que Emanuel Stewartd cobraba 250,000 por preparar a Coto por Internet, por lo que el desorden en el cuartel de entrenamiento del boricua debe haber alcanzado niveles de orgía romana; también que el antillano solo demandó entre 30-50,000.
Para la esquina no, para esa función no se puede contar con los títulos y másteres logrados en la RDA, la URSS…por lo menos en cuanto al boxeo no son efectivos, porque desdicen la realidad; sin embargo, para esa faceta tan importante como mantenerse con el aire exigido contra una oposición de clase, que le haga capaz de poder resistir el cansancio de 12 rounds de constantes movimientos mientras se recibe castigo, el trainer Díaz debe formar parte del cuerpo técnico en función de preparador físico de quien pretenda ganar o, por lo menos lucir bien, contra un mexicano o un ex soviético.
Si a Pedro Luis Díaz le pagaron lo que dicen, es obligatorio que el propio individuo suba su precio por lo menos al triple, porque, si bien no reinventó a Coto, lo hizo ganar; a fin de cuentas, pocas veces se ha visto en los anales de Fistiana que tan poco produjera tanto.
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