sábado, noviembre 12, 2011

#Cuba - En qué estado se encuentra hoy la lucha anticastrista


Tomado de Ichikawa

Emilio Ichikawa
Se tiende a percibir que el grupo que subió al poder en Cuba en 1959 permanece básicamente en el mismo. El reciente nombramiento del nuevo Ministro de las FAR fue asumido por la mayoría de los observadores como confirmación de lo anterior: “Cuba’s President Raul Castro has appointed Minister of Defense General Leopoldo Cintra Frias, a veteran of the Cuban revolution…” Esta frase se repitió en cada despacho.
Los análisis de las reformas en Cuba también parecen cada día más dispuestos a aceptar el hecho anterior. Es decir, dichas reformas no serían un gesto de la elite del poder para auto-aniquilarse, sino para persistir en el mando. Algo por demás elemental en política. Y de aquí derivan dos valoraciones extremas: es buena esa continuidad porque garantiza orden; es mala porque es inmoral; casi un “descaro”.
Ahora bien, el punto es que si el castrismo triunfante se muestra como una continuidad de sí mismo por medio siglo; la política destinada a sacarlo del poder tiene el mismo sello monotonal: se trata de un “utopizar” por 50 años en torno a la derrota del (mismo) gobierno cubano. Pero la promesa de tumbar a los Castro, a pesar o precisamente gracias a su irrealización, tiene beneficiarios concretos. Al menos en el sur de Florida incluye a personas, organizaciones e instituciones que son percibidas y se tienen ellas mismas como garantes de esa misión.
Dado el grado de inmovilidad en que se mantiene la política anticastrista en Miami, carente de resultados en términos de “quitar a los Castro”, habría que pedir responsabilidades a quienes precisamente han rentado el prestigio de ser los más aptos para llevar adelante esta tarea. A quienes prometieron un regreso a La Habana y no han separado los mares para la travesía en sentido inverso.
Para tener más claro el punto en que se encuentra hoy la lucha anticastrista, considero una conversación telefónica que sostuvo el Senador Marco Rubio con los opositores José Luis García Pérez (Antúnez) y Berta Soler, líder de Las Damas de Blanco, unos días antes de celebrarse la votación sobre el embargo a Cuba en la ONU.
El periodista Germán Acero, en lo que consideró una cumbre del exilio, anotó que el Sen. Rubio le dio garantías a Antúnez y Soler que EEUU votaría contra Cuba en Naciones Unidas, lo que efectivamente sucedió. Y citó una frase del legislador a los opositores: “Es una de las tantas armas que tenemos pero hay otras, igualmente, tenemos que seguir enfocados en los viajes a Cuba que lo único que están haciendo es fortaleciendo económicamente al régimen”.
Enfocarse en la limitación y entorpecimiento de los viajes a Cuba, como el centro de una política anticastrista, no es que sea descabellado, sino que no supone en ningún caso el derrocamiento del régimen de Castro; que es la meta a verificar. Y esto no es una suposición: la política de cierre de viajes a Cuba no es nueva: ya se probó en época de Bush, con Presidente y tripleta de Congresistas Republicamos en los Distritos 18, 21 y 25; con el Rep. Lincoln Diaz-Balart y el Sen. Mel Martínez en plena madurez política; con funcionarios cubanoamericanos en importantes puestos gubernamentales… Así y todo, el gobierno totalitario de Castro sobrevivió y los cubanos de Miami siguieron visitando a Cuba. Con cualquier pretexto para las autoridades migratorias de EEUU y para sus vecinos anticastristas, que finalmente se limitan a escuchar las anécdotas de las visitas con morbosa curiosidad.
Después de más de medio siglo de castrismo, como esperanzadora noticia, Berta Soler le dijo al Senador Rubio que ya la gente se está “quitando la venda de los ojos”; Antúnez aseguró que ahora sí que “el pueblo ya no aguanta” y el Senador prometió de vuelta que “voy hablar con toda la prensa norteamericana para dar a conocer la situación”. Es alarmante que después de tanto tiempo se siga proponiendo asumir con entusiasmo una estrategia política que se circunscribe al ámbito de la imagen y la opinión. Por ninguna parte se habla de acciones específicas para tomar el poder en la isla. A nadie le interesa; nadie lo ambiciona de veras.
Es decir, que al igual que la “política baby” del castrismo, que se re-inventa como una criatura naciente a la que debe otorgársele una década más para que muestre sus siempre primeros pasos, la política anticastrista pide también una moratoria para re-iniciar un proceso de concientización, de denuncia y comprensión… de lo que todo el mundo sabe.
El Presidente Obama, que parece uno de los más apresurados, concede 5 años al castrismo para que muestre el alcance de sus reformas. Si Raúl Castro es reelecto en el 2013, según la formalidad socialista cubana, estaría en el poder mínimo hasta el 2018-19. No es extraño entonces que los cubanos de a pie se inventen formas de hacer por la patria al margen o en los márgenes de lo político.
-FOTO: “Cumbre del Exilio”. El artículo de Germán Acero (que incluye esta foto) fue publicado en la edición del SEMANARIO LIBRE el 7 de noviembre, 2011.

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