miércoles, agosto 10, 2011

El Emperador Fidel Alejandro y la “ideología cubana”

(Prólogo para una información en CUBADEBATE)
Enviado por ei en agosto 10, 2011 – 10:49 am
 Emilio Ichikawa
Karl Marx padecía una leve afección cardiaca que lo excusó del servicio militar en el Ejército Prusiano; ocupación de la que no libró Engels, quien fue por demás un duelista connotado. Otra intersección en estas vidas paralelas se refiere al ejercicio personal del capitalismo; al conocimiento directo del sistema socioeconómico a cuya crítica dedicaron sus vidas.
Marx era hijo de un judío converso que siempre le protegió de forma avasalladora; esa dependencia espiritual, definitiva en un hombre que era todo espíritu, se puede palpar en la “Composición” que realizó para vencer en el Liceo de Tréveris el examen de Lengua Alemana; y más en la “Carta” autoritaria que el padre le enviara mientras estudiaba en la Universidad de Berlín.
En cambio, el padre de Engels era un industrial (pietista, dicen), propietario de la firma “Elmer & Engels”, a cuya sede en Manchester fue enviado el joven Federico a inicios de los años ´40, cuando el Rey Federico Guillermo IV sucedía en el trono de Prusia (por cierto, con intenciones reformistas).
Engels, soldado y empresario, siempre estuvo más apegado a las cosas de la vida que Marx; un fantasma metafísico con una asombrosa capacidad para ejercer el pensamiento abstracto; anulador de matices y cruel con lo accidental. Cuando Engels se sumerge en la “ideología de los ingleses”, le cartea a Marx: Detrás de la filosofía y la teología inglesa se esconden intereses económicos muy concretos.
Lo que se llama “concepción materialista de la historia” es el resultado del ejercicio a través del cual Marx elimina el adjetivo de la observación de Engels, universalizándola: Detrás de la filosofía y la teología inglesa Desde entonces, el marxismo y demás sociologismos bajo su influencia tendrán como presupuesto que las ideas más sublimes ocultan siempre un interés; interés que, precisamente por el hecho de quedar velado, debe descubrirse a través de la investigación.
Pero estamos hablando de la génesis teórica que recorre los años 1844-1846; desde La Sagrada Familia a La ideología alemana. Hoy las cosas han cambiado un poco. En el caso de la “ideología cubana” en el año 2011, se pueden destacar dos síntomas curiosos, más o menos compartidos con los demás contextos de la globalización:
1-La “ideología cubana” participa de la impudicia global y su ciencia social no tiene que “investigar” lo que simplemente está a punto de superficie. El rastro del “dinero” o del “condicionamiento económico” no necesita ser “pensado” sino solo “perseguido” mediante permisos judiciales y un detectivismo más policial que científico.
2-A pesar de las evidencias, y de la premisa marxista, la “ideología cubana” olvida que es “normal” y no deja de escandalizarse cuando descubre intereses (pagos, bienes, ventajas…) detrás de las ideas. El fundamentalismo moral “ambiente”, estimulado en la sociedad por el Emperador Fidel Alejandro (ignaciano-belemita), hace que en lugar de un presupuesto, la “ideología cubana” acabe re-considerando el substrato material del espíritu como una culpa o un delito.
Como hemos señalado otras veces, el ensayo Las raíces socioeconómicas de la mecánica de Newton (1932), de Boris Hessen, ha trascendido como documento canónico de la investigación social sobre la ciencia, no porque revele que Newton pertenecía a determinada clase social, sino porque trató de fijar la conexión interna entre la economía capitalista y los contenidos de la física clásica. Objetivo que por supuesto no fue –no podía ser- del todo satisfactorio.
Por qué todo este prólogo. Pues porque Cubadebate ha publicado una serie de datos que ni se pueden obviar, ni se deben manejar con predisposición política; que es lo que propone la nota bastante intencional que los escolta. Comentario que por demás trata de sacarle al archivo un dividendo jurídico que tampoco cuestiono, pues es lícito que cada quien luche por la libertad de los que ama. Cubadebate publica:
1-Nombres de periodistas residentes o con presencia profesional en Miami.
2-Artículos sobre Cuba y/o el caso de “Los 5” escritos por esos periodistas.
3-Pagos recibidos por los periodistas por derechos sobre esos artículos.
Cada hecho, en sí mismo, es cierto. Ya no lo es tanto la relación causal que se sugiere entre ellos. Como decía: el pago a Newton porque formulara “la ley de la manzana”, no significa que el físico tuviera la culpa de que la fruta se haya desprendido de la rama.
-NOTA: Aunque CUBADEBATE presenta la lista como un todo, es imposible pensarla unívocamente. La inclusión de periodistas como Enrique Patterson o Wilfredo Cancio puede parecer lógica desde la perspectiva oficial cubana, pues se trata de críticos verticales del castrismo. Pero cuando se lee el nombre de Alejandro Armengol, cuyas opiniones suelen ser recomendadas por la “prensa complementaria” de Miami, ya la resultante se torna un poco confusa.

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