¿Han actuado correctamente los médicos cubanos ante la enfermedad del presidente de Venezuela, Hugo Chávez? Varios cirujanos de digestivo consultados por EL PAÍS opinan que no: si realmente hubo una primera operación y no una simple punción, se debería haber evacuado el absceso pélvico (una bolsa de pus en la parte inferior de abdomen) y la causa que ha provocado este de manera generosa, observando un protocolo oncológico. Haber actuado así le habría ahorrado una segunda intervención.
El mandatario, según las pocas informaciones reveladas por el régimen, ha sufrido dos operaciones en pocas semanas para atajar su verdadera dolencia: un cáncer perforado (de sigma, en el colon izquierdo, según la hipótesis que manejan varios especialistas preguntados por EL PAÍS).
En su intervención televisada de anteayer desde Cuba, Chávez, de 56 años, reconoció que sufría cáncer, pero no aclaró qué tipo de tumor padece.
Este periódico ha consultado a cuatro especialistas en cirugía de aparato digestivo y revisado algunas publicaciones científicas a la luz de los pocos datos médicos que se conocen.
El cáncer de colon, la cuarta causa de muerte por tumores en varones en Venezuela, puede debutar con una perforación del intestino, algo que es poco frecuente: solo entre el 2% y el 12% de los pacientes lo sufre, según una revisión de 2006. Otro estudio comparativo de 2007, igual que el anterior, recomienda que "se ofrezca el tratamiento más adecuado según los principios de la cirugía oncológica".
Existen varias opciones: "Han podido pinchar el absceso a través de la pared abdominal asistidos por radiología, drenarlo y aplicarle antibióticos de manera intensiva en espera de otras pruebas diagnósticas y de la evolución clínica", asegura una cirujana especialista en digestivo.
Pero esto no se considera una intervención, según los expertos. "Es una cirugía mínimamente invasiva de radiología intervencionista", afirma un especialista.
Si realmente Chávez fue intervenido abriendo la cavidad abdominal, lo que sugieren las informaciones ofrecidas por las autoridades, entonces los médicos no completaron el protocolo. "Cuando abres y te encuentras un absceso, debes quitar también el foco que lo ha producido. Es decir, además de la bolsa de pus, has de retirar las lesiones, teniendo en cuenta siempre que puede haber un tumor y hacer, si procede, una colostomía (un ano artificial)", explica otro especialista en cirugía colorrectal. Eso ahorraría la segunda operación.
Si se es muy conservador, que puede ocurrir cuando el paciente se encuentra en mal estado general, hay bastantes posibilidades (un 30%) de que haya que volver a operar, añade este cirujano. Otros tres médicos especialistas están de acuerdo con este punto: la cirugía fue incompleta, o en otras palabras, "subóptima".
Fuentes diplomáticas venezolanas citadas por El Periódico de Cataluña aseveran que Chávez fue operado erróneamente por un médico cubano y que después le intervino un doctor español.
Las opciones apuntan directamente, según este diario, a José Luis García Sabrido, jefe del servicio de Cirugía General III del Hospital Gregorio Marañón de Madrid, amigo la familia de Fidel Castro y quien intervino en 2006 cuando el mandatario cubano sufrió graves complicaciones tras varias intervenciones fallidas para atajar una diverticulitis (inflamación de unas pequeñas bolsas que aparecen en personas de mediana edad en la pared del intestino grueso y que pueden perforar este). Varias fuentes médicas del hospital español afirman desconocer si el cirujano se ha movido de Madrid durante el mes pasado. Por su parte, El Universal de Caracas asegura que García Sabrido se encontraba en La Habana en junio coincidiendo con la revisión semestral a Castro.
De todos modos, ¿cuál es el futuro de Chávez, algo crucial también para Cuba, que tiene en el régimen venezolano un gran balón de oxígeno? El hecho de que el tumor de colon que sufre haya perforado la pared del intestino no implica que haya invadido también los ganglios de la vecindad. En el primer caso, suponiendo que no haya extensión, las posibilidades de supervivencia a los cinco años están alrededor de 60%, según el cirujano colorrectal. Si el tumor se haya extendido a los ganglios, la tasa se reduce a un 50%.
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