lunes, noviembre 02, 2009

Cubanalisis, tres anos on line


Tres años on line... y comienza el cuarto año

El diccionario es el único lugar donde “éxito” viene primero que “trabajo”.

Vince Lombardi

Casi sin darnos cuenta, llegamos a los tres años de Cubanálisis-El Think-Tank, y sin detenernos comenzamos en el cuarto año, con el mismo compromiso proclamado desde el primer día:

El Think Tank de CUBANÁLISIS tiene su compromiso permanente solo con la nación cubana y su destino, la democracia y el Estado de derecho. Afortunadamente, no somos dueños de la verdad, y mucho menos en exclusiva. Concedemos espacio a todo razonamiento, sin etiquetas anacrónicas de derecha o izquierda, progresista o reaccionario, made in USA, Cuba, Europa, América Latina o cualquier parte del mundo. Consideramos opiniones alternativas como verdaderas herramientas para acercarse a conclusiones más acertadas, por lo que no necesitamos rechazarlas ni defendernos de ellas”.

Así ha sido en estos tres años y así será. De la misma manera que proclamamos al comenzar: “El Think Tank de CUBANÁLISIS no compite contra nadie, ni en Internet ni en los medios tradicionales, ni pretende ser sustituto para nada. Simplemente, un complemento para el estudio del drama cubano y la búsqueda de soluciones”.

Sustentamos nuestro empeño de “analizar con profundidad y rigor profesional, desde diferentes ángulos, problemas relacionados con Cuba, su presente y su futuro”, y nuestro estilo de no ser “un periódico diario con la inmediatez noticiosa, sino instrumento analítico de discusión y debate permanente, para exponer conclusiones que siempre estarán abiertas a la crítica y el debate”.

Identificamos a Cubanálisis-El Think-Tank como “la diferencia entre reproducir noticias y analizar información”, y no ha sido simplemente un slogan: hemos tratado que el rigor y profesionalismo estuvieran presentes en todo momento, sin dejarnos llevar por los rumores y los “ojalá”, sin admitir información que no estuviera realmente verificada, sin necesidad de plagiar ni de esconder los créditos de quienes los merecen, sin anunciar primicias ni revelaciones sensacionales, sin creernos los mejores, y sin atacar a ningún órgano de prensa fuera de Cuba, digital, escrito o de radiodifusión.

En estos tiempos de ciber-espacio la democratización que supone el acceso relativamente fácil al mundo de la Internet y la posibilidad de colocar escritos, sonidos o imágenes al alcance de todos es fabulosa, lo que conlleva no tener que depender de cómo tengan el día quienes anteriormente determinaban desde los escasos medios en español del Sur de la Florida si lo que se escribía o decía, era “apropiado” o no, de acuerdo a sus preferencias e inculturas.

Junto a lo positivo, ha llegado lo negativo: hoy cualquier irresponsable tiene derecho también a poner sus criterios on-line, y en ocasiones se siente con derecho a insultar, especular de manera irresponsable, mentir, fabricar rumores, o asegurarnos que cualquier cosa “fue así” como él está diciendo, aunque no sea verdad.

Son los lectores quienes tienen que discriminar entre lo que desean leer y lo que no les interesa, lo serio y la desfachatez, la solidez y la superficialidad: afortunadamente, no es necesario ningún departamento de orientación revolucionaria pensando por el lector.

No siempre estamos de acuerdo con otras publicaciones sobre el tema Cuba; más bien, en muchas ocasiones tenemos criterios diferentes, pero no atacar no significa apoyo o que no notamos cuando caen en veleidades y superficialidad: simplemente, analizamos los temas sobre Cuba en positivo, expresamos responsablemente nuestros criterios y nuestras conclusiones, y seguimos adelante.

En estos tres años hemos señalado diferentes temas trascendentales de la realidad cubana, cuando mucha prensa andaba perdida por otros temas o preguntándose que podría pasar:

  • La consolidación inadvertida de la sucesión
  • El fin de la pugna entre Raúl Castro y Ramiro Valdés, que ahora algunos comienzan a enterarse que existió, y otros consideran que todavía se mantiene
  • El papel de los Comandantes de la Revolución y los “históricos” en el poder, muy por encima de cualquier estructura formal, ya sea partidista, estatal o gubernamental
  • La dependencia de Hugo Chávez del gobierno cubano, y no del gobierno cubano a Hugo Chávez, como tantas veces se repitió y se repite
  • La realidad bicéfala de dos estilos muy diferentes en el poder, con Fidel Castro interfiriendo como quiere y sin ninguna responsabilidad por los resultados
  • La existencia de una dinámica grupal en la nomenklatura cubana que se patentiza en las purgas recientes
  • La insignificancia de Carlos Lage y Felipe Pérez Roque, barajados hasta la saciedad como “número dos” y “delfín” en el post-castrismo, cuyas posibilidades de heredar el poder se esfumaron al ser defenestrados en el mes de marzo
  • Nunca dimos a Fidel Castro por cadáver a pesar de sus ausencias prolongadas de la palestra informativa nacional, ni cuando algunos ya estaban listos frente a los micrófonos para hacer el anuncio de un momento a otro. Ni hablamos de “dobles”, figuras de cera, o trucaje de “Photo-shop”
  • La realidad de que a pesar de los desastres de los huracanes en el 2008 no se producirían en Cuba ni revueltas populares ni crisis de balseros
  • El reforzamiento de las relaciones con Rusia no supondría una vuelta a los tiempos de los “compromisos solidarios” de la guerra fría, ni habría “segunda Crisis de Octubre”
  • El intento de acercamiento de Estados Unidos a partir de la nueva administración de Barack Obama, pero sin pasos sustanciales de levantamiento incondicional del embargo
  • El fracaso del chavismo en Honduras cuando Zelaya fue sacado del poder en junio de este año (el acuerdo que se perfila ahora restituiría a Zelaya en la presidencia, pero sin poder llevar a cabo sus proyectos de modificación de la constitución y re-elección indefinida)
  • La imposibilidad de que se pudiera regresar al período especial en Cuba
  • La necesidad de reformas económicas en el país, pero limitadas, estrechas y aplicadas muy lentamente y con mucho temor
  • El surgimiento del neocastrismo como ideología de la sucesión
  • Hemos tenido cuidado de no ser tan “cariñosos” como tantos otros en la prensa, y llamamos a los gobernantes de Cuba por su nombre y apellido: Fidel Castro y Raúl Castro. No tenemos confianza con ellos para decirles simplemente “Fidel” o “Raúl”
  • Realizamos un intenso trabajo en ocasión de los huracanes que azotaron al país, publicando al momento, 24 horas diarias, los reportes meteorológicos emitidos por Cuba, el Centro Nacional de Huracanes de EEUU, y The Weather Channel, en muchas ocasiones antes que la prensa oficial cubana y mucha prensa de Estados Unidos. La cantidad de hits en esos momentos demostró que estábamos realizando un servicio muy importante para los lectores.
  • Y no bailamos con la música que se toca en La Habana, ni nos sentimos obligados a comentar sobre todo lo que desde allá se origina, o responder todo lo que en la Isla se comente oficialmente. Nos centramos en los temas verdaderamente trascendentes, para analizarlos a fondo y llegar a conclusiones que ayuden a comprender la realidad: no nos interesa ganar una escaramuza cada día mientras dejamos escapar temas fundamentales.
  • Sin falsa modestia, no nos parece poco, teniendo en cuenta la cantidad de información que se produce sobre el tema cubano donde abundan superficialidades y simplezas.

Somos, además, el único medio informativo que mantiene permanentemente una reseña completa de la sucesión en Cuba, desde la transmisión de poderes de Fidel Castro “con carácter provisional” hasta el día de hoy, incluyendo un balance de los 50 años de revolución y otro de los tres años del raulismo.

También mantenemos todo lo publicado desde el primer día en la sección “En el Think-Tank”: más de 200 análisis de fondo sobre la realidad cubana desde noviembre del 2006 hasta hoy, análisis mucho más extensos que el promedio habitual en las informaciones sobre Cuba en los demás medios.

Somos, también, quizás el único medio sobre temas cubanos fuera de Cuba que publica, semanalmente, puntos de vista de la otra parte, en la sección “Castrismo”: podríamos dar a los lectores en esta sección cualquier mejunje ideológico del que tanto abunda en la prensa oficial, pero siempre seleccionamos los análisis que nos parecen más serios y responsables, en aras de mantener el debate de verdaderas ideas y no un escándalo sin sentido.

Continuamos publicando los mejores trabajos de los periodistas independientes dentro de Cuba, sin pensar quién está en el hit-parade o en el alboroto del día. Y lo hacemos y seguiremos haciendo no solamente por solidaridad elemental, sino por la calidad y el profesionalismo de sus trabajos: quien desee una prueba, mire los títulos de sus trabajos y compárelos con los de muchos “profesionales”, y comprobará cuanta capacidad de síntesis, foco y, a la vez, sentido del mensaje y del tema, hay en esos cubanos que, sin recursos ni facilidades, y siempre bajo presión, se toman en serio el periodismo.

Algunos amigos nos preguntan por qué publicamos en “Cuba en la prensa mundial” y “Section in English” artículos con puntos de vista tan diametralmente opuestos a los nuestros. Y la respuesta siempre es la misma: precisamente por eso. Pretendemos dar una visión global de cómo se enfoca el tema cubano en el mundo, por lo que dejamos la falsa unanimidad para la prensa oficialista.

Somos rigurosos al extremo con la gramática del idioma español, ortografía y presentación de los trabajos. Basta que se haya escapado una palabra mal escrita, un acento en el lugar equivocado, o hasta una coma dejando un espacio con la letra final de la palabra donde debía estar, para corregirlo de inmediato y actualizar la página on-line.

Queremos dejar muy bien claro una vez más que nunca hemos recibido financiamiento de nadie. Cubanálisis-El Think-Tank fue desde su inicio, y aún sigue siendo, un esfuerzo adicional a las obligaciones laborales, por lo que nadie, ni colaboradores, ni editores, percibe ni un centavo.

Tampoco solicitamos donaciones. No juzgamos a quienes lo hagan. En Cubanálisis comenzamos nuestra actividad hace tres años convencidos de la necesidad de analizar a fondo y con seriedad el tema cubano, y nunca lo vimos como “hobby” o para pasar el rato. No vivimos de esto, sino para esto. No es un medio de vida, sino una razón para la vida.

No hemos detenido la publicación en ninguna circunstancia ni fecha: dónde quiera que hayamos estado, salimos on-line, cada lunes con una renovación de lo publicado, y cada día destacando una noticia importante que se debe seguir de cerca: esto ha sido válido en Navidad y Año Nuevo, en fechas nacionales, días festivos, Semana Santa, vacaciones. Cuando el lector entra en la página no le interesa saber dónde estamos ese día, sino qué publicamos.

Por cierto, esos lectores son cada vez más: ya desde comienzos de Octubre alcanzamos la cantidad de hits logrados el año anterior, por lo que desde entonces sigue creciendo el record histórico. Así ha sido cada año, y esperamos que lo siga siendo, gracias al favor de los lectores, que podrán estar de acuerdo o no con nuestros criterios, pero que saben que los respetamos.

Desde hace tiempo decidimos no publicar automáticamente comentarios de los lectores en nuestros trabajos: lamentablemente, lo que observamos en los comentarios que aparecen en muchas otras publicaciones son abundantes vulgaridades, lenguaje soez, faltas de ortografía, insultos, descalificaciones personales, y tópicos en ocasiones ni relacionados con el tema del trabajo. No hay tiempo para aclarar errores o disparates, por lo que tampoco habrá espacio para eso en Cubanálisis.

Quienes quieren contactarnos lo hacen siempre a través de nuestro correo electrónico. Cuando llegan opiniones discrepantes las enviamos de inmediato a los autores, para que las analicen y se pongan en contacto con quien las escribió. No siempre las publicamos, pero ninguna comunicación de los lectores queda en el olvido, ni se ignora, ni se subestima. Fruto de algunas de esas críticas y/o sugerencias han surgido importantes colaboraciones en nuestras páginas.

Hemos ido, poco a poco, fortaleciendo el equipo de trabajo, incorporando personas de mucha experiencia, seriedad y capacidad de análisis, que prestigian la página con lo que escriben. Si no tenemos más colaboradores es porque no siempre es posible que personas que podrían hacerlo dediquen tantas horas al duro arte de razonar y poner las ideas por escrito, en borradores iniciales que hay que discutir continuamente para elevar su calidad, aunque la calidad inicial sea muy respetable.

Nada se publica “En El Think-Tank” sin haberlo discutido y ajustado anteriormente. Y como ninguno del equipo se gana el sustento escribiendo con nosotros, son muchas las ocasiones en que tales discusiones y re-elaboraciones se tienen que hacer, y se hacen, en la madrugada.

Otras veces nos hemos visto en la penosa necesidad de decirle a quienes nos han enviado propuestas que no podemos aceptarlas, porque no cumplen con los requisitos de rigor profesional que nos hemos impuesto como norma.

No olvidamos la máxima de Miguel Ángel Buonarroti: “El mayor peligro para la mayoría de nosotros no es que nuestro objetivo sea tan alto que no lo alcancemos, sino tan bajo que podamos alcanzarlo”.

No publicamos notas de prensa ni declaraciones de ninguna organización, porque hacerlo con alguna obligaría a hacerlo con todas. Y siempre decimos a quienes lo solicitan que, a título personal, siempre son bienvenidas colaboraciones que se apegan a nuestras normas editoriales, rigor y profesionalismo. Hablamos de normas, no de criterios editoriales: publicamos trabajos serios con los que no hemos estado de acuerdo, siempre sin agregarle comentarios o “coletillas”. Nuestras opiniones se expresan en las páginas firmadas como Cubanálisis-El Think-Tank, y siempre van en positivo, no contra nadie.

El esfuerzo de estos tres años ha sido considerable, pero los resultados valen la pena. Continuamos en el camino. Seguiremos abiertos a los criterios y opiniones respetuosas de todos los demás, con invitación permanente para participar a quienes deseen incorporarse a nuestro proyecto.

No censuramos ni recortamos los trabajos que publicamos, aunque no siempre compartimos su enfoque o conclusiones, pero nos mantenemos firmes en nuestro estilo, anunciado ya desde el mismo primer día: rigor y profesionalismo son el único pasaporte para la publicación, nada más. Simultáneamente, inalterablemente, “rechazamos los insultos y ataques personales como forma de debate en este espacio cibernético. La crítica al régimen cubano no es razón suficiente para publicar en El Think Tank: barricadas y aquelarres no tienen oportunidades aquí”.

Sin verlo como lugar común, al culminar este tercer año y comenzar el cuarto damos muy sinceramente las gracias a los millones de lectores en todas partes del mundo que nos han honrado entrando en nuestra página, y a todos los que entren por primera vez en algún momento.

Estén de acuerdo o no con nuestros puntos de vista sobre el tema cubano y lo que en él incide, los lectores saben muy bien que los respetamos, porque comenzamos por respetarnos a nosotros mismos.

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