martes, octubre 06, 2009

Neo-castrismo: aproximación a Cuba desde la Teoría del Caos/ Lázaro González


El efecto "Mariposa"

Neo-castrismo: aproximación a Cuba desde la Teoría del Caos
Lázaro González

"Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie"

Giuseppe Tomasi di Lampedusa

“¿que quiero, que quiero yo mamá? un cachito pa vivir…”

Habana Abierta

I

En la primera parte de este trabajo concluí afirmando que el castrismo se desplazaba aceleradamente a su fase caótica y desintegradora. Sin embargo, es preciso profundizar en este juicio, y en particular en la posibilidad de que el sistema logre reestructurarse y pasar a una fase negaentrópica.

Los sistemas complejos transitan en su ciclo por cuatro fases fundamentales, aunque no de manera lineal, sino caótica; una fase frecuentemente coexiste con otra, sin poderse precisar con exactitud cual de ellas caracteriza esencialmente al sistema en ese momento, y es que la exactitud en los sistemas complejos es sustituida por la incertidumbre, dado el carácter caótico de sus procesos.

Las fases por la que transitan los procesos complejos, y los sociales entre ellos, son:

· Fase Controlentrópica

· Fase Entrópica

· Fase Caótica

· Fase Negaentrópica

La fase controlentropica es aquella donde los factores reductores de la entropía tienen supremacía sobre los elementos desorganizantes.

Por su parte, la fase entrópica se caracteriza porque el sistema no puede neutralizar convenientemente la acción de los factores entrópicos, y comienza a elevarse la entropía del sistema, aunque el mismo aun permanezca en los marcos de su objetivo central.

En la fase caótica el sistema se desestabiliza y no le es posible reaccionar adecuadamente para conservar su objetivo central. Es por ello que transita a una fase negaentrópica, donde acomete su reorganización sistémica. El reordenamiento del sistema puede ocurrir parcial o totalmente. En el caso de una reestructuración total el sistema puede o no asumir un nuevo paradigma como razón de ser, pero definitivamente transita hacia otro modelo gerencial complejo.

II

No es objetivo de este trabajo realizar una periodización no lineal del castrismo en términos de las Teorías de la Complejidad y del Caos, lo que sin dudas es necesario, y contribuiría significativamente al conocimiento de este tipo de proceso social: intento, apoyándome en los fundamentos de esta concepción, trazar un azimut direccional hacia donde transita el mismo.

Con la toma del poder por el castrismo en 1959, de hecho el sistema “Cuba” comenzó una acelerada transición de una fase caótica a una negaentrópica.

No obstante, a raíz del golpe de estado de Fulgencio Batista, que frustra las elecciones presidenciales previstas para junio de 1952, comienzan a operar con creciente influencia factores desorganizadores del sistema, que conducen a un proceso social en fase caótica para finales de 1958.

En este momento del análisis es necesario introducir el concepto de atractor extraño, para contribuir a revelar los operadores de esos factores caotizantes.

En términos bápsicos, un atractor extraño no es más que una figura geométrica conformada por esferas de atracción, por donde transitan los elementos del mismo orden. La característica central de un atractor es que los diferentes elementos en transición mantienen relaciones entre si, con lo cual se refuerzan mutuamente y amplifican su efecto sobre el sistema.

En los procesos sociales se presentan generalmente dos tipos de atractores: los denominados psico-sociales, de naturaleza inconsciente, y los denominados ideológicos-paradigmáticos, de naturaleza consciente.

Es misión de sociólogos, historiadores y politólogos, precisar las formas concretas en que los mismos se presentaron durante el convulso periodo de la Historia de Cuba que va desde 1952 hasta 1958.

Sin embargo es posible apuntar genéricamente como referencia a alguno de ellos.

Atractores psico-sociales:

· Polarización y estratificación de la sociedad en torno a centros de poder y periferias urbanas y rurales

· Pandillismo, choteo, etc.

· Corrupción gubernamental

· Ineptitud de los sistemas del estado para resolver los crecientes problemas del país

· Represión violenta e impunidad

· Malestar e inconformidad ciudadana por el estado de cosas de la nación, tanto a nivel de centros de poder como periferias

Atractores ideológicos-paradigmáticos:

· Consolidación de corrientes y movimientos sociales y políticos de un amplio espectro, inconformes con la situación del país

· Surgimiento de nuevos actores sociales y políticos

· Creciente simpatía popular hacia dichos actores

· Apoyo creciente de los centros de poder a la renovación de la sociedad

· Discursos políticos de amplio espectro pero centrados en valores democráticos, populares, nacionalistas y renovadores

Lo demás es una tragedia que comienza oficialmente el 1ro de Enero de 1959 y que se prolonga por más de medio siglo.

¿Como explicar que un individuo se erija en faraón tropical de una nación que, si bien no logró consolidar sus instituciones y valores democráticos en el corto periodo histórico de 57 anos, se ubicaba no obstante, entre las primeras 3-4 naciones del hemisferio, incluyendo a Estados Unidos y Canadá, y entre las 15 naciones del mundo en indicadores esenciales como ingreso per cápita, consumo de calorías y proteínas por habitantes, sistemas de salud y educación, libertad de expresión y asociación, medios de comunicación, y ubicada, por demás, en la frontera tecnológica mundial, por la puesta en práctica de las mas avanzadas tecnologías de la época?

Y luego de medio siglo, y después de sobrevivir varias crisis caóticas, el castrismo está ahora en franco proceso de reorganización y redimensionamiento, mediante el proceso sucesorio a la nueva generación de castristas designados.

Historiadores, sociólogos y politólogos ofrecen diversas respuestas a esta interrogante. Pero, que el autor conozca, el tema no ha sido examinado a la luz de la dinámica de los sistemas complejos. El objetivo central de este trabajo es ofrecer una aproximación sintética al mismo, con la esperanza que se pueda abrir una línea de investigación en esta dirección.

III

En términos sistémicos, el mayor interés del castrismo es haber transformado los atractores extraños en factores positivos de cohesión social. La Cuba de 1958 era una sociedad típicamente caótica, donde los atractores extraños fueron reforzados, generando un atractor caótico complejo y asintótico, en el cual se inserta el castrismo para transmutar el sistema caótico en un sistema negaentrópico.

El sistema negaentrópico que se conformó en Cuba, y del cual el castrismo se apropió, requirió sangre, fuego, traición, intriga, usurpación de poderes, intimidación, represión, encarcelamiento de opositores, asesinatos políticos, y fusilamientos indiscriminados, sin ninguna garantía procesal, entre muchos más del rico arsenal castrista, pero también con medidas populistas de amplia aceptación popular que renovaron las esperanzas de una nación en busca de su propio paradigma social. Como nadie había sabido hacerlo anteriormente, el castrismo manipuló la catarsis social y las esperanzas y ansias de cambio de la población, para cohesionar a la sociedad en torno a, y subordinada a él.

La reorganización del sistema social en Cuba la desarrolló el castrismo siguiendo pautas bien precisas y clásicas en la teoría de los sistemas complejos:

· Radical revolución cultural, no entendida solamente como instrucción, sino ante todo como asumir nuevos paradigmas en forma de valores y normas de conductas sociales

· Reorganización de toda la estructura política e institucional del país

· Transformación del sistema económico

· Reordenamiento del entramado social

· Nuevos paradigmas ideológicos

Esta fase negaentrópica del castrismo se caracterizó, además, por un entusiasmo popular donde encontraban espacio las esperanzas de casi toda la población, excepto grupos que se opusieron o emigraron. La oposición fue abatida a sangre y fuego, y una de las victorias definitivas del castrismo fue lograr la emigración de estratos sociales que habían detentado importantes cuotas de poder político y económico, y que podían haber constituido una alternativa. “Al enemigo que se retira, puente de plata”, expresión atribuida a Gonzalo Fernández de Córdova [1453-1515], aunque también se puede encontrar en El Quijote y en la obra de Lope de Vega.

Ahora bien, el elemento central del castrismo en su fase negaentrópica se desenvolvió ante todo en la esfera psico-social. El castrismo, en su acepción “fidelista”, encarnó per se las ansias y esperanzas frustradas de una parte significativa de la nación.

Lo psico-social, en tanto factor en que converge el inconsciente social, es factor cohesionador en esta fase del sistema. El castrismo tuvo la habilidad de apropiarse del discurso aglutinador para imponer su propio discurso: desconocerlo es un error de apreciación inconmensurable.

Entonces, la solidaridad social-grupal, en tanto factor de cohesión social y supervivencia, se erigió en el factor dinamizador del castrismo.

Catástrofes oscuras como la ocurrida al buque La Coubre permiten que la catarsis popular se cohesione con el liderazgo castrista, y surge la consigna Patria o Muerte. Petardos de dudoso origen permiten el consenso oportunista y manipulador para la creación de los denominados Comités de Defensa de la Revolución. El entierro de las victimas de los bombardeos en los días previos a la fallida invasión de la Brigada 2506, igualmente cataliza y manipula el sentimiento popular para avanzar un nuevo peldaño en la reafirmación del sistema, declarando el carácter “socialista” del proceso.

Las pasiones humanas, convenientemente manipuldas, y que actúan en la esfera de lo inconsciente social, se erigen en el caso cubano en el factor cohesionador del sistema castrista. Luego serán parcialmente fracturadas por las diversas crisis que atraviesa, y más tarde, con el arribo de la tercera generación a la participación en la vida social del país, definitivamente quebradas.

Este cohesionador psíquico del sistema en términos de la Teoría del Caos no es más que un campo dinámico organizador de energías e información, y por consiguiente, es anti- entrópico.

Este campo que denominamos “solidaridad social” es un conjunto de factores que actúan a favor de la cohesión social grupal. Méritos al castrismo por ello, que ejerció una oportunista pero efectiva gerencia en subsumir a toda la sociedad convenientemente depurada de opositores reales y potenciales. La solidaridad social actúa como factor aglutinante e incluyente de la dinámica grupal.

Lo que hace el castrismo en este punto es monopolizar toda la energía síquica social en función de legitimar e institucionalizar su autoridad. Es inevitable el surgimiento de nuevos centros de poder y periferias: la gente confía en el nuevo paradigma social y el castrismo hace uso y abuso de ello.

La conformación del sistema de castas, que involucra a todos los individuos de la sociedad, incluyendo los que emigraron, es la creación castrista mediante el cual lo logra. Los títulos “honoríficos” de Comandante de la Revolución actúan dentro de un marco social rígido, imposible de traspasar so pena de pagar un alto precio por ello; al igual que un presidente de un Comité de Defensa de la Revolución o un tornero. Esa “talanquera” social que logró imponer el castrismo ha sido uno de los factores estabilizadores del sistema, y garantía para remontar las crisis.

Expresado de otra manera: los atractores de ciclo límite extraen esa energía síquica social y la revierten a la sociedad en dogmas de fe que legitiman el poder central. En un momento de crisis caótica, el mismísimo Fidel Castro acudió al argumento de que había que tener fe en la Revolución, ya en ese momento fracturada, lo que el ingenio popular convirtió en “F.E.”, es decir, “Familiares en el Extranjero”.

La creación de instituciones y organizaciones de nuevo tipo formaron parte de la concreción del paradigma social proclamado. Las mismas abarcaron todos los espacios de la vida nacional, desde los cuerpos armados hasta los niños en edades tempranas. Campesinos, estudiantes, trabajadores, profesionales, intelectuales y artistas, convergen todos, mediante mecanismos de compulsión social, a asumir el paradigma definido desde la cúpula del poder, sin posibilidades de influir sobre su reformulación.

Porque una clave central que caracteriza al paradigma castrista es la yuxtaposición e identificación de las categorías Nación-Revolución-Líder, conformando no una triada social interrelacionada pero con dinámicas independientes, sino una síntesis esencial. Fidel Castro se apropia, empleando todos los medios a su alcance, que van desde la manipulación hasta la despiadada represión, pasando por el populismo rampante, de los tres elementos centrales de un “estado naciente”.

Cuba, Revolución Cubana y Comandante en Jefe, se convirtieron así en el elemento rector de la dinámica entropía-información del castrismo. Cualquier intento por exonerar a Fidel Castro de alguna responsabilidad medular, durante estos más de 50 anos enfrentaría esta contundente evidencia. No se está formulando un juicio de orden moral, sino una conclusión de carácter sistémico.

De ahí que el castrismo, que transita de una etapa a otra de su ciclo de vida mediante un sistema de control y coerción social que reproduce la pobreza estructural del país, conjuntamente con un férreo sistema de castas, tenga como objetivo central de su estabilidad sistémica la perdurabilidad en el poder, y a ello se atienen todas las correcciones fundamentales.

IV

Muchas crisis ha enfrentado el castrismo desde que tomó el poder el 1ro de Enero de 1959 hasta la fecha.

Crisis de todo tipo: sociales, migratorias, políticas, militares, ideológicas, económicas, internacionales. Y es que el castrismo es por naturaleza un sistema fundamentalmente entrópico, con elevada tendencia al desorden y la inestabilidad. De ahí que haya desarrollado una de las más efectivas estrategias y tácticas anti-crisis que se hayan conocido. Contrario a la mayoría de los países, donde la estabilidad crea condiciones optimas para la gerencia del sistema, el castrismo es incapaz de alcanzar la estabilidad, y se ha convertido en administrador de crisis.

Si individuos organizados militarmente con apoyo social en el territorio se lanzaron a luchar contra el régimen en las montanas del Escambray en la década del 60, el castrismo respondió trasladando a toda la población del área a 600 kilómetros de distancia: lejos de desplegar una lucha regular contra estos movimientos, despliega sus tropas en orden irregular.

Instala misiles nucleares en la isla, para erigirse en mediador supremo entre los dos súper-poderes políticos y militares; desata irresponsablemente una crisis que pudo haber destruido a la humanidad, y recibe a cambio la garantía de que Estados Unidos le dejaría desarrollar su feudo personal y exportar sin ningún peligro su “revolución” a cualquier país que considerara, mientras no se instalaran armas nucleares en territorio cubano: el pacto Jrushev-Kennedy.

Interviene en cuanto conflicto político y militar considera, y envía tropas regulares a diferentes guerras. Entrena y envía guerrilleros a diferentes países, a la vez que forma ideólogos y lideres aventureros y extremistas que igualmente marchan a la primera línea de combate.

Luego de fracasar todos esos experimentos insurgentes, pagando un inconmensurable precio en vidas humanas y miseria social, algunos de ess líderes, hoy convenientemente reciclados, rasurados y vistiendo trajes Armani de 5 mil dólares, están plenamente insertados en los círculos de poder y las élites. Uno de los más nefastos hijos políticos de Fidel Castro es hoy jefe de la campana política de un candidato presidencial chileno.

Solo una sociedad como la castrista pudo ser arrastrada a uno de los mayores desastres socioeconómicos de los que se tengan noticia: La Zafra de los Diez Millones del año 70, que concluyó con la desarticulación del entramado económico del país, lo que había comenzado tan temprano como en 1960.

Y solo el castrismo, con absoluto control sobre los factores entrópicos, pudo remontar esa crisis colosal que hubiese derrocado inmediatamente al más estable de los gobiernos, e institucionalizarse de inmediato en una variante tropical del aberrado sistema soviético de gestión.

Las crisis migratorias han sido efectivamente válvulas de escape de presión social, pero también fueron más que eso. Ante el imponderable e irrefutable hecho de cientos de personas, que en pocas horas se convirtieron en miles, penetran en una sede diplomática o crean disturbios en el Malecón habanero, la reacción del castrismo no es protagonizar una represión brutal de efectos contraproducentes, sino potenciar la oportunidad y trasladarle el problema a otros.

Con la glasnost y la perestroika abriendo los espacios para una reformulación fallida del “socialismo real”, Fidel Castro se mueve en dirección opuesta a los vientos de la renovación histórica, por la sencilla razón que la misma es incompatible con su razón de ser.

Las personas que tuvimos la oportunidad de asistir a las dos reuniones con los empresarios, celebrada en el teatro Karl Marx a mediados de los 80, pudimos constatar como con un bolígrafo y una pequeña libreta de notas, al mejor estilo de bodeguero gallego, se dirigía la reestructuración económica del país.

¿Cuántas toneladas de cemento y acero necesitamos para construir 100 mil viviendas al ano? preguntaba Fidel Castro: y un amigo mío, a la sazón viceministro de la industria de materiales de construcción, respondía con exactitud. Pero el viceministro le apuntaba al Supremo que solo con cemento y acero no se podían construir 100 mil viviendas, y durante 45 minutos le expuso en detalle no solo los insumos necesarios para cumplir con otro de los delirios irrealizables del Magnifico, sino que profundizó en los equipos requeridos, ampliación de capacidades industriales, la estructura de la fuerza de la trabajo adicional, la política salarial a aplicar, la fuerza técnica y de proyecto necesarias, etc., etc.

La historia es conocida: nunca se ha construido ni siquiera el 50% de lo orientado, y el Amo rápidamente tuvo que ocuparse de otras urgencias.

El derrumbe de la Unión Soviética y del afamado sistema socialista mundial hundió al castrismo en una crisis de la que aun no se recupera. Porque no es posible emprender un programa anti-crisis efectivo en sus rígidos marcos: sería necesario hacer ciencia, incompatible con el castrismo.

La enfermedad de secreto de estado que aparta del poder, al menos del poder operativo, al Magno Paciente en el 2006, añade entropía al sistema, en tanto que el mismo se constituyó y operaba en torno a un individuo. No hay institución ni administración que sustituya a Fidel Castro, y el sistema permanece anclado en sus bases.

Entendido esto mejor que nadie por el círculo íntimo de poder, se depuran y reagrupan las fuerzas, y se ponen a un lado las diferencias, en tanto la supervivencia individual pasa por la del sistema.

La fase raulista del castrismo es el periodo de transición desde un sistema en proceso de disolución hacia una nueva variante de sistema castrista, que el Dr. Eugenio Yánez ha denominado acertadamente como neo-castrismo.

V

El neo-castrismo no es más que la perestroika del castrismo, pero férreamente controlada. Agotadas sus posibilidades de estabilizar el sistema, dados los altos niveles de entropía acumulados, el mismo se rearticula mediante el proceso sucesorio.

· Crisis económica insolvente en los marcos del sistema, que no puede garantizar ni siquiera su reproducción simple, no importa lo que proclamen las estadísticas oficiales.

· Incapacidad de resolver los dos primeros y gravísimos problemas sociales como son la alimentación y la vivienda. Incluso considerando al primero de ellos tema de seguridad nacional, a pesar de las medidas tomadas, que son las máximas en el marco del sistema, pero a todas luces insuficientes. Ni el campesino tradicional, ni el obrero agrícola, ni el aparcero rápidamente improvisado, pueden satisfacer las mínimas expectativas de un país que importa el 80% de una canasta alimenticia insuficiente por cantidad y calidad.

· Gravísima crisis del sector externo, en términos de un desbalance de 1 a 5 entre exportaciones e importaciones, con efecto devastador en las finanzas externas. La crisis financiera es de tal proporción que, en una medida extrema, el régimen ha congelado las cuentas de las compañías extranjeras que operan en la isla, sin muchas explicaciones ni plazos de negociación.

· Sin productos competitivos que ofrecer al mercado internacional, y con las fuentes crediticias cerradas por impagos, el régimen ostenta permanente números rojos en sus finanzas, y a duras penas maneja la crisis, con las modestas e insuficientes contribuciones de los ahora socios eminentemente comerciales, aunque manifiesten solidaridad política.

Hugo Chávez, que se considera heredero geopolítico de Fidel Castro, y quien se rindió muy pronto en las dos ocasiones que se enfrentó a una crisis de circunstancias, es empleado como monigote para, al menos, compensar el déficit energético del país.

Sin embargo, el castrismo, como sistema, podría potencialmente gerenciar nuevamente esta etapa caótica y desestabilizadora y redefinirse, si no fuera por dos razones fundamentales:

1. La generación que creó, conformó y administró el sistema esta acotada por la biología: Fidel Castro, gravemente enfermo y con serias limitaciones físicas que impiden su aparición publica, es secundado por un consejo de ancianos que en el más optimista de los escenarios cuentan entre 3 y 4 años de actividad política limitada.

2. El paradigma social que permitió unificar las esperanzas y anhelos de justicia y equidad social de una nación está definitivamente fracturado, y no es recuperable. A partir de ahora no es posible identificar a Cuba con la Revolución, ni con el Líder en una unidad mesiánica.

¿Significa esto que el castrismo ha perdido definitivamente su juego histórico? En absoluto.

Mientras medios de comunicación, académicos, intelectuales, opinadores de tertulias de café con leche o cerveza, trasnochadores, expertos, escandalosos de cualquier tendencia, disidentes, y cuantos se consideran con derecho a analizar el tema Cuba, prestan desmedida atención a conciertos, estadísticas manipuladas, reflexiones, editoriales y notas oficiales, y creen leer entre líneas en Granma las coordenadas reales del sistema, el castrismo ha venido trabajando ardua, meticulosa y sistemáticamente, empleando las mas novedosas concepciones y técnicas de planificación estratégica y modelación de escenarios de sistemas complejos en proceso de desintegración.

El no reconocimiento de la astucia castrista es uno de los peores errores de juicio que se han cometido en este medio siglo. Frecuentemente valorado como el cuarto mas efectivo aparato de inteligencia y contrainteligencia del mundo por expertos en el tema, no se ha escuchado una evaluación de este tipo para el aparato de propaganda y manipulación castrista.

Y es que la propaganda manipuladora castrista, que se despliega empleando todas las técnicas posibles del marketing político e ideológico, y de las que no están ajenas extorsiones, chantajes, favores, y todo el rico arsenal mafioso-gansteril, no es segunda de nadie.

Desde la construcción del mito mundial del excomulgado Che Guevara hasta la dulzona complacencia de la Unión Europea liderada por la España de Zapatero y Moratinos, pasando por la innumerables veces que la Asamblea General de Naciones Unidas ha votado, casi unánimemente, en contra del embargo, todo no ha sido más que una muy eficaz operación de propaganda sistemáticamente concebida y ejecutada.

Es relativamente fácil pretender descalificar el desfile de jefes de estado y personalidades que visitan La Habana, y rinden sus respetos por una u otra razón, muchas veces oportunista: pero el hecho no puede ser desconocido, no importa el peso especifico de cada país que representan, porque tanto en los organismos políticos regionales como en la ONU, lo que cuentan son los votos y no el peso político del país. Y sorprende la falta de comprensión sobre este medular aspecto.

Es lamentable que prestigiosos especialistas no comprendan estas coordenadas del poder castrista, que tienen la capacidad potencial de transformarlo en un neocastrismo: desde profesionales que recibieron formación básica en Cuba y la complementaron luego con otras concepciones más acordes con la realidad, hasta expertos que se formaron en universidades occidentales, todos claman por las reformas estructurales y de concepto prometidas por Raúl Castro.

Mañana mismo se pueden decretar las reformas estructurales demandas en la economía cubana, y entregar la tierra no en usufructo sino en propiedad a campesinos, obreros agrícolas y aparceros de ultimo minuto. Se puede entregar en propiedad privada todo el comercio minorista, e incluso plantas industriales. Pero el castrismo se reciclará como neocastrismo, porque se sigue considerando que las reformas estructurales son eminentemente reformas de propiedad, quizás por esquemas mentales conceptuales heredados de Marx o por afonía geográfica-espacial.

Uno de los más graves errores estratégicos de Fidel Castro ha sido compartir esa concepción. Por ello, no ha de extrañar que críticos y acólitos sigan la misma tendencia analítica. La cacareada propiedad social sobre los medios de producción en el socialismo es una falacia económica, y tiene sentido solo como concepto político, propagandístico y manipulador: en realidad lo que se conoce como tal es una variante de capitalismo de estado.

El castrismo no esta obligado sistémicamente a emplear el capitalismo de estado como doctrina económica, porque las claves de su supervivencia no residen en ella, sino en el control político de la sociedad y la información.

Como tampoco las claves de su desintegración y desaparición próxima lo están. El neocastrismo como sistema, generado en el mismo seno del castrismo, podrá emplear discrecionalmente el capitalismo de estado, pero sin que sea tampoco condición obligatoria.

Las formas concretas de organización que adoptará el ya con mayúscula NEOCASTRISMO, comenzaran a perfilarse en el transcurso de los próximos dos años y encontraran concreción en el pospuesto VI Congreso del Partido Comunista de Cuba.

Tres retos sistémicos claves deberá enfrentar el Neocastrismo:

1. Garantizar un absoluto y férreo control político de la sociedad, incorporando nuevas formas y revitalizando otras

2. Garantizar el monopolio sobre la información y el acceso a ella considerando los nuevos escenarios

3. Construir un nuevo paradigma social que recoja y potencie las esperanzas y los sentimientos de cambios de las actuales generaciones de cubanos, que difieren radicalmente de las sus predecesores

Alguien puede argumentar que tan pronto se levanten las restricciones a los ciudadanos norteamericanos a visitar el país, algo que podría ocurrir este mismo año, causaría un efecto erosionador sobre el castrismo, y tienen razón; pero el castrismo en transición al Neocastrismo ya tiene las medidas listas para beneficiarse del mismo: una de ellas, y la mas importante, el nuevo paradigma social.

También se puede valorar que el acceso a la Internet prometida creará un cambio en la actitud de la población, especialmente de las nuevas generaciones. Acceso a Internet que será mediata, como en muchos países, para lo cual basta instalar los filtros correspondientes, en lo que es una medida muy barata y de fácil ejecución. Ningún político u hombre de negocio en el mundo se cuestiona los métodos sauditas y chinos de acceso a la red. No es sencillamente un tema de discusión

Que si los nuevos propietarios privados de taxis, ómnibus, restaurantes, incluso talleres y fábricas, comienzan a amasar ciertas cuotas de poder económico en un mediano y largo plazo para los parámetros cubanos, y que ello los conducirá inexorablemente a reclamar espacios sociales y políticos, es desconocer la dinámica de estos sistemas y las experiencias históricas.

Y es que otra de las claves del sistema estudiado es mantener a las personas como individuos, y no permitirles nunca alcanzar la categoría de ciudadano; condición imprescindible para liberarse del sistema de castas y fracturar la pobreza estructural, base de la coerción política y social que sustentó al castrismo y ahora articulará al Neocastrismo.

No me he detenido a analizar la variable externa más importante de todo este proceso, que son las relaciones con Estados Unidos, por considerarlo un tema, contrariamente a la apreciación común, que no aporta factores de distorsión sistémica en la dinámica aquí descrita.

El denominado embargo esta siendo perforado por diferentes vías y métodos: órdenes ejecutivas, indicaciones, o sencillamente mirar para otro lado, son algunas de ellas. Hasta la Ms. Bisa Williams, subsecretaria asistente de Estado para asuntos del Hemisferio Occidental, disfrutó en persona del concierto de Juanes.

Por otra parte, se requieren 218 votos para que el proyecto de levantamiento del embargo sea aprobado en la cámara de representantes (House). Según el congresista demócrata por Virginia Sam Farr, hay 181 congresistas que han suscrito el proyecto de ley, y otros 30 están a favor, pero aun no lo han refrendado porque desean consultar con sus electores. Es decir, solo necesitan 7 congresistas más para que el proyecto sea puesto a votación en la Cámara (House) y aprobado.

¿En que estarán trabajando en estos momentos la DGI y el aparato de propaganda y manipulación, junto con los Bolaños de la Sección de Intereses cubanos en Washington, y el resto de los funcionarios del gobierno cubano que disfrutan del paraíso imperialista?

Que el proceso pueda discurrir por otros rumbos que frustren el neocastrismo, no hay que descartarlo. Los imponderables son un factor de la Historia, y un constructor sin almuerzo, o esa señora en la guagua que se queja de que “la están tocando”, y llama al policía, pueden ser el primer aleteo de una mariposa que borre definitivamente un sistema tan execrable.

Si este análisis decepciona a aquellos luchadores inquebrantables por la democracia y los derechos humanos en Cuba, lo lamento profundamente. Si fuera considerado pesimista, en tanto no concluye con una afirmación positiva sobre el futuro de la sufrida nación cubana, no es mi responsabilidad, salvo la que emane de errores de juicio a partir de analizar el castrismo como un sistema social extremadamente complejo, en proceso de desintegración y, a la vez, de gestación de un sistema superior.



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