Por creer en este país y en su gente. Por creer que no hace falta un cambio sino arreglar los problemas que necesitan y deben de ser arreglados. Por estar convencida que John McCain no va a darnos nunca más de lo mismo de lo que hemos vivido y sufrido con la administración de Bush. Por dejar a un lado mi temor vivido en otros países de la región en el que si expresaba mis puntos de vista corría el riesgo de perder oportunidades de trabajo, como incluso me han advertido algunos colegas aquí en Estados Unidos de, “Bueno, ¿y si por expresarte no te dan más trabajo en Hollywood?”. Es por estas razones que hoy como nueva ciudadana de los Estados Unidos pero siempre Hispana, me veo obligada de asumir una posición categórica ante el inminente peligro de apoyar cambios de tipo populista que pueden terminar convirtiéndose en verdaderos retrocesos alejados de la búsqueda de las mejorías que hoy requiere el país.
En mi caso, lo he vivido y experimentado dos veces. No es demasiado tarde para salvar este país de un socialismo. Cuando países como Cuba, Venezuela y otros abiertos enemigos de los Estados Unidos han admitido que les gustaría que ganase el Señor O., o cuando éste ha dicho que se sentará a negociar con gente con quien es imposible negociar porque no es su naturaleza, por ser líderes que por el contrario han sembrado odio entre unos y otros, además de herir por años la democracia, la libertad y el respeto a los derechos humanos, esas actitudes reflejan una ignorancia intolerable sobre América Latina y los procesos políticos y alianzas que hoy por hoy caracterizan la región. Tal vez será por eso que el Señor O. JAMÁS ha pisado un país latinoamericano, no ha visto las realidades de nuestros pueblos hermanos y no ha entendido nuestra idiosincrasia, la cual es imposible ser explicada por simples asesores.
El sólo analizar estos hechos en los que pareciera que nuestros hermanos hispanos que vivimos ahora en este país de libertades, por las debilidades y graves errores de la actual administración parecieran estar listos para votar por el Señor O., fue lo que me motivó, aún cuando soy independiente de cualquier afiliación partidista a dar a conocer por quién votaré en estas próximas elecciones del 4 de noviembre.
¡Mi voto será por el Senador John McCain!
En mi caso, lo he vivido y experimentado dos veces. No es demasiado tarde para salvar este país de un socialismo. Cuando países como Cuba, Venezuela y otros abiertos enemigos de los Estados Unidos han admitido que les gustaría que ganase el Señor O., o cuando éste ha dicho que se sentará a negociar con gente con quien es imposible negociar porque no es su naturaleza, por ser líderes que por el contrario han sembrado odio entre unos y otros, además de herir por años la democracia, la libertad y el respeto a los derechos humanos, esas actitudes reflejan una ignorancia intolerable sobre América Latina y los procesos políticos y alianzas que hoy por hoy caracterizan la región. Tal vez será por eso que el Señor O. JAMÁS ha pisado un país latinoamericano, no ha visto las realidades de nuestros pueblos hermanos y no ha entendido nuestra idiosincrasia, la cual es imposible ser explicada por simples asesores.
El sólo analizar estos hechos en los que pareciera que nuestros hermanos hispanos que vivimos ahora en este país de libertades, por las debilidades y graves errores de la actual administración parecieran estar listos para votar por el Señor O., fue lo que me motivó, aún cuando soy independiente de cualquier afiliación partidista a dar a conocer por quién votaré en estas próximas elecciones del 4 de noviembre.
¡Mi voto será por el Senador John McCain!
María Conchita Alonso
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