Alejandro Tapia
Juan Reinaldo Sánchez, que falleció esta semana y que durante 17 años fue escolta del líder cubano, realizó en secreto un análisis sobre la personalidad de Castro que entregó a La Tercera antes de morir.
Juan Reinaldo Sánchez fue durante 17 años la “sombra” de Fidel
Castro. En su función de guardaespaldas del “Comandante en Jefe”,
Sánchez tomó nota de todas las actividades, públicas y privadas, del
entonces líder cubano e incluso llegó al extremo de probar sus alimentos
por temor a un envenenamiento. También compartió uno de los pasatiempos
favoritos de Castro en su residencia de descanso en Cayo Piedra: el
buceo.
Durante el escaso tiempo libre que le daban sus funciones, Sánchez
-que falleció el lunes en Miami a los 66 años y que el año pasado
publicó el libro “La vida oculta de Fidel Castro”- comenzó a indagar en
el perfil psicológico del entonces líder cubano.
Sin que nadie supiera, a partir de 1985 Sánchez elaboró un retrato
completo de Castro, que hasta ahora se mantenía inédito. En diciembre
del año pasado, Juan Reinaldo Sánchez entregó esta información a La
Tercera en el marco de varios proyectos sobre los que trabajaba, dado el
acceso privilegiado que tuvo a Fidel y a su círculo de hierro. Eso,
hasta que se fugó de Cuba en 2008.
Este ex teniente coronel no sólo fue un especialista en seguridad,
sino que también fue abogado y estudió psicología. “Al terminar mis
estudios universitarios en 1985 y dado los conocimientos adquiridos en
psicología operativa de la contrainteligencia y sin divulgar mis
propósitos a nadie, me di la tarea de hacerle un análisis psicológico a
Fidel Castro”, reveló Sánchez.
Para el guardaespaldas, el perfil que realizó la CIA sobre Castro en
diciembre de 1961 y que se conoció en los 90, no era suficiente, por el
escaso tiempo transcurrido luego del triunfo de la Revolución en 1959.
Entonces se puso manos a la obra. “El tener la oportunidad de estar más
de 17 años cerca del dirigente cubano, me permitió tener información
real de la personalidad de Fidel, tanto de su vida pública como su
intimidad”, contó Sánchez.
Lo primero que narra el guardaespaldas es que Castro es “efusivo y
dominante”. Y agrega: “Mientras que públicamente es una persona locuaz,
comunicativo, franco y sociable, en su intimidad se refleja como
riguroso”. En ese sentido, revela una dualidad en el rasgo de la
extroversión.
“Esta dualidad se refleja en el hecho de que necesita el
reconocimiento público de sus acciones y de ahí que se muestre
comunicativo, afable, comprensivo, etc. Pero en su intimidad, donde está
el Fidel Castro real, es dominante, riguroso, controlador y necesitado
de que todos sepan que es la máxima expresión del poder, que no está
dispuesto a perder en ningún momento”.
Juan Reinaldo Sánchez plantea que incluso después de la enfermedad
que en 2006 lo obligó a delegar el poder a su hermano Raúl, Fidel Castro
“no lo hizo del todo. Obligó a Raúl a que propusiera a la Asamblea
Nacional del Poder Popular que aprobara un acuerdo en donde Raúl se
viera obligado a consultarle todo a él”.
El ex escolta desmenuzó también otros rasgos de la personalidad de
Castro, que dividió en “sanguíneos” (activos, optimistas, comunicativos y
sociables) y “colérico” (dominantes, violentos e impulsivos). Sánchez
explica: “Mientras que en su vida pública ha tratado de aparentar una
persona sanguínea, en su vida íntima tiene características de colérico
con temperamento flemático”.
“Un ejemplo de lo anterior lo tenemos en una reunión en los años 80
en la Unidad de la Defensa Civil del Municipio Playa, donde se
analizaron las medidas epidemiológicas en La Habana. Al doctor (Héctor)
Terry, viceministro de Salud de aquella época, se le ocurrió
manifestarle a Fidel que de acuerdo a un estudio realizado por él, se
había detectado un déficit de vitaminas en la dieta alimentaria de la
población. Fidel montó en cólera y lo trató de inepto. A los pocos días
el Dr. Terry fue sustituido. Fidel mandó a realizar un estudio, que dio
como resultado que el Dr. Terry tenía razón. Fidel terminó por orientar
la distribución por la libreta de racionamiento un suplemento
alimentario de polivitaminas, pero Terry jamás fue reingresado a su
puesto ni tuvo excusas de Fidel Castro”, sostiene Sánchez.
El fallecido guardaespaldas de Fidel sostiene que los rasgos
significativos de la personalidad del ex presidente cubano pueden
definirse por “la dependencia, los gustos y las motivaciones”.
¿Vida de lujos?
En cuanto a la dependencia, “Fidel requiere de las adulaciones a sus
discursos. Las medidas que toma le resultan tan reconfortantes que sube
su ego de manera considerable. Y es capaz de recompensar a aquellos que
lo adulan con nuevos cargos”, dice.
A su vez, “Castro, lejos de la imagen que proyecta, sus gustos están
centrados en una vida de lujos y privilegios, como la pesca submarina,
caza de patos y exquisitas comidas”. Sánchez concluye que Fidel posee
una “personalidad híbrida”, pero con características como “egocentrismo,
ambicioso, manipulador, controlador y dado a los placeres de la
sociedad de consumo que tanto critica”. De todos modos, esto corresponde
a la vida que supuestamente Castro llevaba en la época en que Sánchez
era su escolta. Desde entonces, han transcurrido dos décadas.
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