A pesar del clima «respetuoso y profesional», como lo calificó la delegación cubana, y lo «altamente productivo» del encuentro, según la delegación estadounidense, la nueva ronda de negociaciones entre Estados Unidos y Cuba para el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre ambos países concluyó este viernes en Washington sin un acuerdo final.
Ni siquiera coinciden en el número de rondas que llevan: Washington
cuenta cuatro, mientras que La Habana dice que han sido tres.
Estados Unidos, en todo caso, asume que su futura embajada en la isla funcionará con limitaciones impuestas por Cuba, sin la plena libertad de movimientos
que los diplomáticos tienen en países democráticos. La subsecretaria
para Latinoamérica del Departamento de Estado norteamericano, Roberta Jacobson, indicó que la embajada operará de acuerdo con el «restrictivo ambiente» que constituye el régimen cubano.
Fuentes del Departamento ya advirtieron que se conformarán con que las
condiciones sean similares a las que existen para las embajadas de China
o Vietnam. En todo caso, según precisó Jacobson, la embajada en La
Habana no será algo «único».
Ni Jacobson ni la jefa de la delegación cubana, la directora general para Estados Unidos del Ministerio de Exteriores de Cuba, Josefina Vidal,
quisieron entrar a especificar cuáles han sido los «significativos
progresos» registrados y dónde se encuentran las diferencias que aún se
mantienen.
Reconocen que llevará varias semanas resolver los asuntos pendientes
Eso quiere decir que el acuerdo no estará cerrado para el 30 de mayo, cuando se hará efectiva la retirada de Cuba de la lista estadounidense de países que patrocinan el terrorismo
en el mundo. Se había especulado con que eliminado ese obstáculo la
reapertura de las embajadas podía ser inmediata. Vidal calificó de
«justa decisión» esa retirada.
Estados Unidos solicita que sus diplomáticos puedan moverse
con libertad por la isla y puedan mantener reuniones con aquellos
ciudadanos que lo desean, al tiempo que plantea que los cubanos que accedan a su embajada no sean hostigados. También reclama poder seguir impartiendo cursos de formación, algo criticado por el régimen cubano.
Uno de los avances registrados es la autorización dada esta semana por Washington a una entidad bancaria para
que preste servicios a las misiones cubanas en EE.UU., lo que, según
Cuba, es una mera aplicación de las exigencias de la Convención de Viena
sobre relaciones diplomáticas.
También derechos humanos
Las delegaciones han tratado además de aspectos como aviación civil, tráfico de personas, derechos humanos, fraude migratorio,
áreas marinas protegidas, hidrografía y cartas náuticas. Más adelante
esperan poder hablar también sobre asuntos relacionadas con la salud,
especialmente posible cooperación en materia de enfermedades
infecciosas.
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