Un hombre que desvió un avión de Cuba hacia los Cayos de la Florida
en el 2003 y recibió una larga condena, está pidiendo una revisión de su
caso en un video no autorizado hecho desde la cárcel y que fue obtenido
por Univisión 23.
En el video, Alexis Norniella Morales, de 44
años, denuncia presuntas “irregularidades” en su juicio, al que calificó
de “sumario” y consideró “un escarmiento”. Justifica su decisión de
filmar el video y hacerlo público –lo que contravendría las reglas de la prisión federal de Fort Dix en Nueva Jersey, donde cumple su condena– porque alega no haber tenido acceso a la prensa durante el juicio.
Norniella
y otros cinco hombres desviaron un avión bimotor de hélice DC-3 de la
empresa Aerotaxi –que cubría la ruta entre La Habana y la Isla de la
Juventud– hasta Cayo Hueso el 19 de marzo del 2003. Catorce de los 37
pasajeros que iban a bordo decidieron quedarse en Estados Unidos.
El
gobierno cubano permitió que el piloto, el copiloto, un mecánico y un
asistente de vuelo testificaran para la fiscalía, pero no permitió la
entrada al país de los abogados de la defensa para contactar a
familiares y vecinos de los imputados. Los abogados no pudieron
abandonar el aeropuerto cubano.
Por su parte, los miembros de la
tripulación testificaron que Norniella y el resto de los acusados habían
utilizado armas blancas para tomar el control del avión. La defensa
alegó que todo era parte de un plan en el que miembros de la tripulación
eran cómplices.
Después de un juicio que duró dos semanas en Cayo
Hueso, Norniella –identificado como el líder del grupo–, y su hermano,
Maikel Guerra Morales, fueron condenados a 24 años de privación de
libertad bajo cargos de piratería aérea e interferencia con la
tripulación. Un primo de ambos, Eduardo Javier Mejía Morales, y otros
tres hombres, Yainer Olivares Samón, Neudis Infantes Hernández y Alvenis
Arias Izquierdo, fueron sentenciados a 20 años cada uno.
El
gobierno de EEUU pidió una condena a cadena perpetua para Norniella pero
la Corte aceptó la petición de la defensa y ordenó la condena mínima en
estos casos.
¿Vuelo a la libertad o piratería aérea?
“Fuimos
encontrados culpables, algo que ni siquiera nos imaginábamos. Ni
siquiera pensábamos que podíamos ser acusados, ir a juicio o que
estábamos haciendo algo ilegal porque del 2003 hacia atrás, en 44 años,
en casos similares o peores que el de nosotros, ninguno había ido preso
en los Estados Unidos, ninguno había sido sentenciado, todos habían ido
para la calle”, argumenta Norniella.
“¿Cómo iba a pensar que
querer escapar de una dictadura me iba a traer estos problemas? [Fidel]
Castro decía que nunca nadie iba preso”, agrega.
Una semana
después en un incidente similar, otro avión de la misma ruta fue
secuestrado y desviado hasta el aeropuerto de Cayo Hueso.
En el
marco de las tensas relaciones políticas entre Estados Unidos y Cuba y
bajo fuertes restricciones migratorias de ambas partes, desde 1959 y
hasta el 2003, más de 50 aviones fueron secuestrados, la mayoría
desviados hacia EEUU. Solo unos meses antes, en noviembre del 2002, el
piloto de una avioneta utilizada para la fumigación recogió a familiares
y desvió la nave hasta Cayo Hueso, Florida, sin mayores consecuencias
legales, aunque en este caso no hubo uso de la fuerza. La aeronave fue
decomisada por las autoridades norteamericanas y posteriormente
subastada.
Como en los casos anteriores, Norniella y el resto de
los acusados alegaron que era un “viaje hacia la libertad”, pero esta
vez fueron juzgados como autores de un crimen.
“Este es un caso
muy triste. Parece que el señor Norniella estaba simplemente tratando de
escapar de la dictadura comunista en busca de libertad.
Desafortunadamente, el momento no podía ser peor porque dos años antes
las Torres Gemelas fueron derribadas por aviones secuestrados”, opinó la
abogada cubanoamericana Silvia Pinera-Vázquez, especializada en casos
criminales.
Escapando de la pobreza y la política
Norniella
afirma que la Corte nunca consideró los precedentes de casos como el
suyo. Tampoco su título universitario de Licenciado en Educación en la
especialidad de Veterinaria y otros que, según destaca, muestran su
intento de continuar superándose para obtener un trabajo.
Desde la
cárcel, Norniella narra una vida de penurias económicas, desde su vida
como maestro en un politécnico, donde ganaba $13 al mes, hasta su
intento de encontrar trabajo en La Habana, adonde se mudó con la
esperanza de mantener a su futura familia pues su esposa estaba
embarazada. Norniella terminó vendiendo maní en la capital, de manera
ilegal, pues su búsqueda de trabajo fracasó porque “no pertenecía a
organizaciones políticas” y no era “comunista”.
“Los problemas
económicos en Cuba son derivados de los problemas políticos”,
reflexiona, antes de abundar en los problemas de salud de su hija y su
experiencia con un deteriorado sistema de salud pública.
En la filmación, el condenado muestra un documento donde supuestamente consta que no tenía antecedentes criminales en Cuba. Una copia puede encontrarse en un sitio web con información sobre Norniella.
Pero
las circunstancias personales de los acusados o el contexto político de
Cuba no tuvo peso en la decisión del jurado –en el que no había ningún
hispano– porque el juez federal de distrito James Lawrence King, que
presidió el juicio, aceptó una moción presentada por los fiscales del
gobierno, que impedía que Norniella y los otros imputados presentaran
defensas basadas en la situación política o las condiciones de vida en
Cuba.
En su decisión, el juez razonó que los ciudadanos de Cuba se
encontraban en similares circunstancias pero no todos secuestraban
aviones, lo que las leyes internacionales y la estadounidense consideran
un acto criminal.
Una apelación presentada en el 2012 fue
denegada porque Norniella no pudo convencer a la corte de que poseía
nueva evidencia, de suficiente peso como para cuestionar su sentencia de
culpabilidad. En esta ocasión, el cubano alegó que había sido mal
defendido por su abogado porque este no le informó de un arreglo para
rebajar su sentencia.
Perdón presidencial es improbable
Ahora
Norniella está pidiendo al presidente Barack Obama un perdón
presidencial y menciona el reciente intercambio de tres agentes de
inteligencia cubanos relacionados con el derribo de dos avionetas de
Hermanos al Rescate, en el que fallecieron cuatro personas.
“Un
caso que tiene que ver con aviones y con muerte. Nosotros tenemos que
ver con la libertad. ¿Por qué a ellos sí y a nosotros no?”, pregunta.
La hija de Norniella, ahora de 16 años, pidió directamente a Obama por el perdón de las condenas de su padre y su tío.
“Señor
presidente, le pido desde el fondo de mi corazón... por favor, ellos
son buenas personas, no hirieron a nadie, no mataron o violaron a nadie y
se merecen estar libres. Solo cogieron el avión para venir a los
Estados Unidos pero no recibieron esa libertad”, dijo Lisset, que reside
actualmente en Miami y que vino en la aeronave con su padre cuando
apenas tenía 4 años.
“Han pasado 12 años y mi abuela casi siempre
llora, no ha podido ver a sus dos hijos. A mí también me ha perturbado.
No poder tener a mi papá cuando estás creciendo, eso te deja una marca”,
reflexiona.
Lisset no ha visto a Norniella en cinco años, pues no tiene los recursos económicos para visitarlo con frecuencia.
Llorando,
la madre de los hermanos Alexis Norniella Morales y Maykel Guerra
Morales, Cristina Morales, que reside en Cape Coral, todavía se pregunta
“¿por qué no dejaron a los abogados hablar con los vecinos? La Isla de
la Juventud completa iba a hablar de ellos, que eran buenos muchachos”.
Solo queda una vaga esperanza
Pero
la abogada Pinera considera que un perdón presidencial es “muy
improbable, porque 15 años después, este país todavía se horroriza
cuando se menciona el 9 / 11 y estamos en medio de una crisis mundial
con ISIS”.
En el video, el preso destaca también una incongruencia
en las fechas de las actas de su primera declaración antes las
autoridades de EEUU y la lectura de sus derechos al ser detenido. Los
récords del caso indican que algunos de los testimonios de los acusados
fueron desechados por ese motivo. Pero Pinera considera que, en
cualquier caso, el jurado, contaba con evidencia suficiente para
condenarlo.
“En este punto, Sr. Norniella parece haber agotado
todas las vías regulares de apelación, explica la abogada, que menciona
que la única “irregularidad” que pudo apreciar en el expediente del caso
se relaciona con el asistente de vuelo que testificó en el juicio,
Abilio Hernández García.
El tripulante escapó la vigilancia de los
funcionarios cubanos que lo custodiaban y decidió permanecer en EEUU.
“Esto podría haber apoyado la teoría de la defensa de que el avión no
había sido tomado por la fuerza sino que era parte de un plan en el que
los tripulantes eran cómplices”, señala.
Pero tras una breve
investigación, los fiscales determinaron que Hernández no iba a cambiar
su testimonio, tomado bajo juramento.
“El único destello de
esperanza para el señor Norniella es encontrar a García y determinar si
se quiere retractar de su testimonio, si esa es la verdad, y encontrar
un modo de traer esto a una corte”, concluyó.
Hernández, que reside presuntamente en Las Vegas, no pudo ser contactado.
Para ver el testimonio completo de Alexis Norniella Morales desde una prisión federal, presione aquí.
Este reportaje fue hecho en colaboración con Univisión 23. Siga Nora Gámez Torres en Twitter: @ngameztorres
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