Por Andrés Pascual
Pancho va en Septiembre,
no es una amenaza, sino, posiblemente, otro que quiere ver a
Cuba así como está, antes de que lleguen los yanquis (no dudo de
que hasta el club del Bronx tenga las visas resueltas y la
autorización del Tesoro). Es un “boom”, palabra que suena a
explosión de una bomba y tal vez tenga el mismo efecto negativo en
varios aspectos de la vida diaria en la Isla, cuestión de tiempo...
Lo que no acabo de
entender es por qué todo el mundo desea ver a Cuba antes de que
lleguen los americanos ¿Qué significación tiene? Por mi cuenta,
imagino el hallazgo en Transilvania del ataúd de Vlad Dracul antes
de que lo sepulten y a los cazadores de “momentos importantes en la
historia de la Humanidad” allí, testigos alborotados de la “única
vez”, también antes de que lleguen los americanos; porque, va y
Sotheby empieza la sesión desde la sala principal del castillo y los
restos del muerto que desorejó y desnarizó a más de 22,000
musulmanes, para enviárselos a las figuras “mandantes europeas”
que no quisieron apoyarlo contra el Islam por pendejos, reaparece en
algúna de las residencias de Rockefeller, de Warren Buffet o de
George Soros, tipos que no son buenos para dar conferencias sobre
arte o “desechos de la historia”, pero, como tienen tanto dinero,
son inmejorables para abrir la puja por el precio del
artículo que solo podrán comprar ellos, vía un intermerdiario en
la subasta.
De cualquier forma, la
curiosidad por “ver” lo que fue la República de Cuba, por
“disfrutar” la última reliquia de... ¿Qué? no tiene similar,
por lo menos en el siglo XX; porque, hasta donde sé, ni la España
bombardeada durante la Guerra Civil ni Europa entre 1945-1949,
despertaron semejante morbo. Además, las ruinas importantes para la
Arqueología lo han sido por erosión de hasta milenios. Y la niña
sin desvirgar, que propuso Malaparte, tuvo interés solo para los
soldados estacionados en Italia después de “la victoria”, por
supuesto, americanos que pagaban el preció de un cuarto de pan por
introducir el dedo en la vagina de la menor y comprobar que era
virgen. Ningún país, desmoralizado por la conflagración en el
teatro europeo, fue tenido en cuenta como destino turístico
depravado.
Y Cuba pudiera
considerarse un caso único de destrucción sin efectos de la guerra,
culpa directa de un grupo criminal que la convirtió en ruinas sin
etiqueta de históricas y a su población en carneros; si lo que se
pretende es comprobar sobre el terreno cómo una pandilla de
desalmados involucionó a un país esperanzado, aunque pequeño y
subdesarrollado, siglo y medio en peores condiciones de vida de
acuerdo a la actualidad real, si quieren investigar cómo pudieron
arrancar de raíz todo vestigio de moral cívica o patriótica
gratis, entonces se puede aceptar la avidez por ver “aquello”,
como disfrutan de capítulos de la serie LAS CARAS DE LA MUERTE, en
las que un león se come a una persona de verdad o un tonto
americano, que saltó al vacío desde un rascacielos neoyorquino y se
le olvidó “enganchar” el elástico, se revienta contra el
pavimento.
Con respecto a Cuba y al
mundo cualquier cosa es posible, por lo que no desecho la
posibilidad de que “padres hombres nuevos” sean capaces de montar
una tienda de campaña “cuentapropista” con cuatro latas y
coloquen, con las piernas abiertas sobre una goma de auto vieja, a su
hija de 6 años para que, al precio de .20 centavos dólar, compruebe
el vejestorio o el hijo de puta de aquí o de cualquier lugar, sidoso
irremediable, que, todavía, como para la Italia de postguerra
describió Curzio Malaparte, queda alguna virgen.
Bien, aparte a que lo
feliciten por el “mamporreo” efectivo que ejecutó
“masturbativamente” entre las tiranías castro-obamista ¿Cuál
es la razón del viaje de este miserable que dirige al Vaticano y tan
rápidamente, al último bastión del esclavismo comunista?
Tal vez los que quieren
viajar a Cuba antes de que lleguen los americanos deseen ver cómo
dejó el comunismo a su último reducto occidental, tal vez crean que
los comunistas-capitalistas de EUA pudieran sembrar otro país,
continuación del esquema vitrina al revés para el NUEVO ORDEN
ECONÓMICO, quizás ajusten todos los “tal vez” posibles, pero ¿A qué va Pancho?.
Se me olvidaba: el exergo
es una frase corta que los escritores colocan al comienzo de un libro
o de cada capítulo, de cierta forma relacionada con el contenido
general o por etapas según aparezcan, el que Curzio Malaparte le
puso a la novela “LA PIEL”, en que narra y describe la escena de la
niña-mercancía “virgen” para que comprobaran que, por lo menos
una quedaba, es el siguiente:
“A TODOS MIS HERMANOS
MUERTOS INÚTILMENTE POR LA LIBERACIÓN DE EUROPA...”, Mayor
Charles E Cummings
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