La compañía francesa Abivax anunció este miércoles el
lanzamiento de una misión para intentar promover el nacimiento de un
polo de biotecnología en Cuba, el SiliCuban Valley Advisory Board. El
objetivo del equipo, integrado por la empresa y por varios centros de
investigación cubanos y franceses, es el de trabajar en proyectos
internacionales, poner en marcha intercambios de investigadores,
estudiar nuevos modelos económicos para el sector de la salud.
La firma francesa confía en la creación de un ambiente propicio para el
proyecto a raíz de las nuevas oportunidades que se han abierto tras la
reanudación de las relaciones diplomáticas con EE UU anunciada el pasado
mes de diciembre.
El sector de la sanidad representa
el 10% de las exportaciones de Cuba y genera más de 600 millones de
dólares anuales, solo detrás del níquel. En 1983, abrió sus puertas uno
de los más importantes centros de investigación del sector en el mundo,
el Centro de genética y biotecnología (CIGB), en el que trabajan 1.400
investigadores y que cuenta con más de 1.200 patentes.
El interés de Abivax hacia Cuba nace hace unos cuatro años, cuando la
empresa, que cuenta con dos vacunas en proceso de homologación (una
contra la hepatitis B y la otra contra el sida), se dirigió a la Isla
en búsqueda de un elemento para sus investigaciones.
La colaboración entre ambos países se afianzó en 2013, con la creación
de BioCubaFarma, un polo que reúne 38 sociedades de biotecnología.
"Aunque los investigadores apenas reciben 50 dólares al mes, están
orgullosos de su trabajo, están abiertos a la colaboración si se evita
la condescendencia", explica Philippe Pouletty, el presidente de Abivax,
en declaraciones publicadas este jueves por el diario francés Le Monde.
El éxito de esta colaboración empujó a la creación del SiliCuban Valley
Advisory Board, integrado por Pouletty, el director general del
Instituto Pasteur, Christian Bréchot; el presidente del consejo
científico de la universidad de La Habana, Luis Montero-Cabrera, el
director de Investigación y Desarrollo del CIGB, Gerardo Guillen, y Paul
Tomasic de la Royal Bank of Canada (RBC). Se prevé que pronto Luc
Teyton, del centro de investigación Scripps de La Jolla (California) se
sume al equipo.
Pouletty asegura que no tiene miedo a
las dificultades de trabajar con el sistema administrativo cubano y
descarta la hipótesis de una competencia despiadada con otras empresas
ante un eventual fin del embargo de EE UU. "Crecerá la competencia, pero
creo que los cubanos sabrán acordarse de que nosotros ya estábamos ahí
antes de que Barack Obama y Raúl Castro se hablaran".
No hay comentarios:
Publicar un comentario