el sitio esta funcionando, aun no con un gran volumen de propiedades, pero funcional con un mapa y numerosas fotos de las habitaciones por renta. ver Airbnb
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Apr. 2, 2015 12:43 AM ET
LA HABANA
(AP) — El enormemente popular servicio en línea Airbnb para renta de
viviendas permitirá a los viajeros estadounidenses reservar alojamiento
en Cuba a partir del jueves, la más significativa expansión empresarial
de Estados Unidos en la isla desde que a fines del año pasado se anunció
que ambos países reanudarían sus relaciones.
El
cibersitio y la aplicación para dispositivos móviles le permiten a los
usuarios reservar habitaciones en más de un millón de hogares privados
en todo el mundo, los cuales van desde cuartos en apartamentos
compartidos hasta casas de lujo completas.
Durante
medio siglo, el embargo comercial ordenado por Washington ha impedido
que ese tipo de negocios ingresen al mercado cubano. Sin embargo, en
enero, el gobierno del presidente Barack Obama relajó una serie de
restricciones sobre empresas estadounidenses con el fin de alentar el
crecimiento del pequeño sector privado de la isla.
Las
búsquedas que hagan los usuarios de Airbnb sobre Cuba ahora presentarán
más de 1.000 propiedades en diversas partes de la isla, el 40% de ellas
en La Habana y el resto en destinos turísticos tales como Cienfuegos,
ubicada a unas horas de distancia en la costa sur. La compañía lleva
tres meses enviando equipos de representantes a Cuba para que firmen
contratos con propietarios de casas, y tiene planes para seguirse
expandiendo en los próximos meses.
"Creemos
que Cuba podría convertirse en uno de los mercados más grandes de
Airbnb en Latinoamérica", dijo Kay Kuehne, director regional de la
empresa. "De hecho, estamos enchufándonos a una cultura de microempresas
que ya existe en Cuba. Los anfitriones en Cuba llevan décadas haciendo
lo que acabamos de empezar a hacer hace siete años".
Uno
de los elementos más desarrollados e importantes del sector empresarial
de la isla es una red de miles de habitaciones y casas para turistas de
propiedad privada. Luego de la crisis económica de la década de 1990
tras la desaparición de la Unión Soviética, dicha red comenzó como una
alternativa hogareña a los hoteles operados por el Estado, que en
general son lúgubres. Estas llamadas "casas particulares", al estilo de
los hostales que incluyen desayuno, se han expandido hasta convertirse
en un sector económico con opciones que van desde pequeños apartamentos
en el centro de La Habana hasta casas de playa con múltiples
habitaciones y elegante servicio de alimentos y recamareras.
El
anuncio de Airbnb es el más reciente de una serie de iniciativas
empresariales estadounidenses para ingresar a Cuba. En febrero, la IDT
Corp., con sede en Nueva Jersey, y la firma estatal de
telecomunicaciones cubana ETECSA acordaron conectar las llamadas
telefónicas de Estados Unidos directamente al país caribeño.
Anteriormente eran trianguladas a través de otros países como Italia y
España.
Netflix
y MasterCard también han desbloqueado sus servicios en Cuba, pero sólo
un puñado de isleños tienen conexiones lo suficientemente rápidas como
para bajar el contenido de Netflix, y la mayoría de las empresas de
tarjetas de crédito aún prohíben las transacciones desde Cuba, lo que
hace que la medida de MasterCard sea en esencia simbólica.
Las
acciones emprendidas por Airbnb podrían ser el desarrollo más
significativo en términos de hacer que el dinero llegue a los bolsillos
de los empresarios en la isla e impulsarlos dentro de una economía
estancada manejada por el Estado, una de las metas más importantes
detrás la decisión de Obama de mejorar las relaciones con Cuba.
"Pensamos
que eso va a facilitar que el negocio prospere, en definitiva mejore.
No sólo nuestro negocio de cuentapropista, sino todo", dijo Israel
Rivero, que es dueño de un apartamento renovado en forma inmaculada en
el centro de La Habana. Cobra 25 dólares la noche por habitación, pero
el precio subirá a 30 en Airbnb para cubrir las cuotas y los costos por
canje de divisas.
Kuehne
dijo que las autoridades cubanas y estadounidenses recibieron con
beneplácito los planes de Airbnb. Desde que se anunció el
restablecimiento de relaciones, Cuba ha pasado apuros para dar
alojamiento a los viajeros, cuyo número ha aumentado. Las visitas a la
isla se han incrementado casi 20% en los últimos meses, la mayoría de
turistas no estadounidenses, y muchos hoteles están totalmente
reservados, en especial los pocos que tienen la capacidad de ofrecer un
servicio cercano a los estándares internacionales.
Por el momento, los viajeros no estadounidenses no podrían usar Airbnb para hacer reservaciones en Cuba.
Debido
a que persisten las restricciones impuestas por el embargo de
Washington, la lista de las viviendas disponibles en la isla sólo estará
al alcance de turistas estadounidenses que visiten bajo una de las 12
categorías aprobadas por el gobierno de Estados Unidos para efectuar
viajes legales, las cuales van desde investigaciones profesionales hasta
actividades religiosas.
Aunque
prácticamente todos los viajes desde Estados Unidos a Cuba requerían
anteriormente permisos individuales emitidos por el Departamento del
Tesoro federal, los cambios ordenados en enero lo transforman en un
sistema en el que el gobierno confía en la buena fe del público, ya que
los turistas sólo llenan una forma en la que afirman que su viaje a la
isla es por uno de los propósitos que sí están autorizados.
Un
gran inconveniente del negocio privado cubano de alojamiento ha sido la
dificultad de rentar desde el extranjero en una isla con una de las
tasas más bajas de penetración de internet en el mundo y un sistema
telefónico con fallas constantes. Aunque decenas de cibersitios tales
como TripAdvisor tienen listas de lugares para hospedarse, la mayoría
sólo proporcionan números telefónicos o direcciones de correo
electrónico de los propietarios, en lugar de las ágiles contrataciones
en línea y reservaciones garantizadas que Airbnb ofrecerá, como ya lo
hace en más de 190 países.
"Nuestro plan es hacerlo sustancialmente más fácil", dijo Kuehne.
Aunque
eso puede aplicarse a los viajeros, los propietarios aún tienen que
hacer frente a la falta de acceso a internet en toda la isla. La mayoría
tendrán que recurrir a centros de cómputo operados por el Estado, los
cuales son caros, o a vestíbulos de hoteles con el fin de verificar
reservaciones.
Y
como gran parte del sistema bancario internacional está fuera del
alcance de los cubanos debido a las sanciones de Estados Unidos, los
propietarios dependerán de amigos o de socios para recibir pagos de
Airbnb en cuentas bancarias no estadounidenses.
Collin
Laverty, propietario de Cuba Educational Travel, una de las firmas más
grandes que organizan excursiones turísticas a Cuba, dijo que los dueños
de viviendas ya han estado invirtiendo en comodidades tales como aire
acondicionado central y mayor presión del agua con el fin de poder
cobrar bastante más que 25 dólares la noche por los servicios básicos.
"Uno está empezando a ver sitios que pueden competir con hoteles de tres y cuatro estrellas", señaló.
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