“Ahora podemos hacer llamadas directamente a Cuba”, dijo Bill Ulrey, vicepresidente de Relaciones de Inversionistas de IDT Corp., con sede en Newark, New Jersey. Con anterioridad, las operadoras norteamericanas no podían hacer llamadas directas a Cuba y tenían que utilizar una empresa operadora extranjera para llevar a cabo la conexión final.
En febrero IDT llegó a un acuerdo con la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), la empresa de telecomunicaciones de la isla, para intercambiar tráfico internacional de larga distancia, y la Comisión de Comunicaciones Federales (FCC) le dio a IDT la luz verde para el arreglo a principios de esta semana.
IDT comenzó a hacer negocios con ETECSA el miércoles.
La apertura de telecomunicaciones, que se anunció en diciembre como parte del plan de la Casa Blanca para renovar las relaciones diplomáticas con La Habana, permite a compañías norteamericanas vender equipos de comunicaciones personales en Cuba, así como trabajar en proyectos para modernizar la anticuada infraestructura de internet y de telecomunicaciones que existe en Cuba.
Hasta ahora, se desconoce hasta dónde el lado cubano está preparado para llegar con la apertura de las telecomunicaciones, pero una serie de hechos ya han comenzado ocurrir a ambas partes del Estrecho de la Florida.
Una delegación norteamericana encabezada por Daniel Sepúlveda, coordinador para comunicaciones internacionales y política de información del Buró de Asuntos Económicos y Empresariales del Departamento de Estado, irá a La Habana a fines del presente mes para reunirse con sus colegas cubanos.
El objetivo es “ver qué resulta posible desde el punto de vista de los cubanos”, dijo Charles Rivkin, asistente del secretario de Estado.
Funcionarios cubanos han dicho que están listos para trabajar con compañías norteamericanas de telecomunicaciones.
“Hemos confirmado que estamos listos para recibir a compañías norteamericanas de telecomunicaciones para explorar las oportunidades de negocios que existen, negocios que podrían beneficiar a ambas partes”, dijo por su parte Josefina Vidal, la funcionaria del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba que presidió en enero la delegación cubana, después de la primera ronda de conversaciones entre Washington y La Habana.
Rivkin dijo que el buró ya ha recibido muchos comentarios de empresas
norteamericanas. “Es una oportunidad potencial para ellas; hay un
interés”, dijo. “Apenas estamos empezando el proceso”.
El presidente Barack Obama ofreció una apertura similar, si bien más limitada, para las compañías norteamericanas en abril del 2009 pero no hubo ningún interesado.
El problema, dijo el abogado de Nueva York José W. Fernández, era “que las regulaciones no eran muy claras sobre cuán cerca del territorio cubano podía llegar un cable de EEUU. Ahora, se ha vuelto claro”.
Cuba sigue siendo un país pobre con un Producto Bruto Interno (PBI) bajo que continuará dificultando las oportunidades, “pero desde un punto de vista empresarial la proporción entre costos y beneficios ha cambiado”, dijo Fernández, ex asistente del secretario de Estado para asuntos económicos, energéticos y empresariales.
Ulrey dijo que no está seguro de si la nueva apertura de telecomunicaciones había provisto el impulso para el acuerdo de Cuba a la propuesta de la firma.
“Durante algunos años hemos tenido conversaciones con la esperanza de que hubiera algún interés y no pasaba nada”, dijo Ulrey. “Pero entonces le presentamos el plan a ellos otra vez el año pasado y empezamos a negociar”.
Estados Unidos y Cuba comenzaron a llevar a cabo conversaciones secretas de alto nivel a mediados del 2013, las cuales condujeron a los cambios que se conocen desde diciembre.
“Se trata de un importante primer paso en la liberalización de telecomunicaciones entre EEUU y Cuba”, dijo Bill Pereira, jefe ejecutivo de IDT. “Básicamente, el acuerdo hará más fácil y más asequible para nuestro usuarios llamar a amigos y familiares en Cuba”.
Sin embargo, Ulrey dijo que a corto plazo no habrá grandes ahorros para los usuarios porque IDT aún está competiendo en la interconexión directa con otras companías extranjeras.
En la actualidad IDT cobra 83.3 centavos por minuto por una llamada de telefóno regular a Cuba y 76.8 centavos por minuto por una llamada a un teléfono celular que utilice su aplicación Boss Revolution. Todavía no se han anunciado las nuevas tarifas.
De igual modo, IDT podrá vender sus servicio de interconexión a otras empresas estadounidenses que le brinden servicio a Cuba.
Ulrey dijo que el acuerdo ayuda a IDT a cimentar el negocio. Con el tiempo, podría brindarle los mismos servicios de telecomunicaciones y de pagos en Cuba que le ofrece a otros países de América Latina.
Los jóvenes cubanos están “hambrientos” por tener mejores telecomunicaciones, dijo la representante Anna Eshoo, demócrata de California, tras regresar de un viaje a Cuba el mes pasado. “Entienden el poder, y el fortalecimiento que viene con las herramientas disponibles debido a comunicaciones de banda ancha”.
Se estima que sólo entre un cinco y un 25 por ciento de cubanos tienen algún tipo de servicio de internet.
“Me gustaría volver y ver un 95 por ciento de penetración”, dijo Eshoo, el miembro de mayor cargo del Subcomité de Comunicaciones y Tecnología de la Cámara.
La internet y la banda ancha son las “herramientas esenciales para una sociedad del siglo XXI” y “las dos son transformadoras”, agregó la funcionaria.
El presidente Barack Obama ofreció una apertura similar, si bien más limitada, para las compañías norteamericanas en abril del 2009 pero no hubo ningún interesado.
El problema, dijo el abogado de Nueva York José W. Fernández, era “que las regulaciones no eran muy claras sobre cuán cerca del territorio cubano podía llegar un cable de EEUU. Ahora, se ha vuelto claro”.
Cuba sigue siendo un país pobre con un Producto Bruto Interno (PBI) bajo que continuará dificultando las oportunidades, “pero desde un punto de vista empresarial la proporción entre costos y beneficios ha cambiado”, dijo Fernández, ex asistente del secretario de Estado para asuntos económicos, energéticos y empresariales.
Ulrey dijo que no está seguro de si la nueva apertura de telecomunicaciones había provisto el impulso para el acuerdo de Cuba a la propuesta de la firma.
“Durante algunos años hemos tenido conversaciones con la esperanza de que hubiera algún interés y no pasaba nada”, dijo Ulrey. “Pero entonces le presentamos el plan a ellos otra vez el año pasado y empezamos a negociar”.
Estados Unidos y Cuba comenzaron a llevar a cabo conversaciones secretas de alto nivel a mediados del 2013, las cuales condujeron a los cambios que se conocen desde diciembre.
“Se trata de un importante primer paso en la liberalización de telecomunicaciones entre EEUU y Cuba”, dijo Bill Pereira, jefe ejecutivo de IDT. “Básicamente, el acuerdo hará más fácil y más asequible para nuestro usuarios llamar a amigos y familiares en Cuba”.
Sin embargo, Ulrey dijo que a corto plazo no habrá grandes ahorros para los usuarios porque IDT aún está competiendo en la interconexión directa con otras companías extranjeras.
En la actualidad IDT cobra 83.3 centavos por minuto por una llamada de telefóno regular a Cuba y 76.8 centavos por minuto por una llamada a un teléfono celular que utilice su aplicación Boss Revolution. Todavía no se han anunciado las nuevas tarifas.
De igual modo, IDT podrá vender sus servicio de interconexión a otras empresas estadounidenses que le brinden servicio a Cuba.
Ulrey dijo que el acuerdo ayuda a IDT a cimentar el negocio. Con el tiempo, podría brindarle los mismos servicios de telecomunicaciones y de pagos en Cuba que le ofrece a otros países de América Latina.
Los jóvenes cubanos están “hambrientos” por tener mejores telecomunicaciones, dijo la representante Anna Eshoo, demócrata de California, tras regresar de un viaje a Cuba el mes pasado. “Entienden el poder, y el fortalecimiento que viene con las herramientas disponibles debido a comunicaciones de banda ancha”.
Se estima que sólo entre un cinco y un 25 por ciento de cubanos tienen algún tipo de servicio de internet.
“Me gustaría volver y ver un 95 por ciento de penetración”, dijo Eshoo, el miembro de mayor cargo del Subcomité de Comunicaciones y Tecnología de la Cámara.
La internet y la banda ancha son las “herramientas esenciales para una sociedad del siglo XXI” y “las dos son transformadoras”, agregó la funcionaria.
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