El 28 de febrero de este 2015 Ángel Santiesteban-Prats cumplió dos
años encarcelado injustamente tras un juicio amañado, fabricado con
denuncias falsas de la madre de su hijo, quien bochornosamente se prestó
a la macabra estrategia de la dictadura de inventar un caso de
violencia doméstica para acallar las denuncias que Ángel lanzaba al
mundo desde este, su blog, “Los hijos que nadie quiso”. Su inocencia
quedó totalmente demostrada una vez más cuando su hijo, Eduardo Ángel
Santiesteban Rodríguez, a mediados de 2014, hizo declaraciones a la
prensa internacional y confesó que había sido forzado por su madre y por
la policía política a testimoniar falsedades contra su padre.
El imperio de la injusticia fue posible en su caso –y en tantísimos
más de otros disidentes a lo largo de casi sesenta años de dictadura-
porque el poder político es quien decide en Cuba cómo y a quiénes de la
disidencia se castiga, aplicando lo que ellos llaman “Justicia”, que es
en realidad el brazo armado legal del clan Castro.
Durante estos dos años, Ángel jamás pidió su libertad; ni siquiera
preguntó por esa palabra a los oficiales que, sólo para torturarlo
psicológicamente, suelen entrevistarlo en Villa Marista. Ángel
únicamente ha exigido que se respete la justicia y que le realicen un
nuevo juicio con todas las garantías que no existieron en el primero
proceso tras el cual fue, repetimos, injustamente encarcelado. Es bueno
recordar que quienes controlaban los hilos secretos de ese juicio no
solo rechazaron a los testigos de la defensa, sino que además lo
condenaron sin pruebas, alegando que una teniente perito-calígrafa había
dicho que Ángel era culpable por el tamaño y la inclinación de su
letra.
El próximo 28 de abril Ángel cumple la mitad de su condena,
por lo que – siguiendo lo establecido en la legislación cubana, ya que
no ha bastado con su probada INOCENCIA- deberían concederle la libertad
condicional.
Ya hemos sido advertidos desde la isla de otra trama secreta
bochornosa: altos funcionarios de la Cultura han admitido –en privado-
que la orden llegada desde el poder en las alturas políticas es
castigarlo bien severamente y, a modo de escarmiento por la rebeldía que
ha mantenido pese a estar tras las rejas, hacerle cumplir íntegramente
la condena de cinco años dictada en la farsa jurídica con la que
pretendieron, sin conseguirlo, impedir que su digna voz de denuncia
siguiera escuchándose fuera de la isla.
También hemos sido asesorados por destacados profesionales del
Derecho sobre la posibilidad de que lo retengan encerrado acudiendo a
una sucia artimaña burocrática: bajo el pretexto de que solo pueden
beneficiarse con la Libertad Condicional aquellos reos que no tienen
ningún asunto pendiente con la Justicia, en ocasiones se rechaza
conceder la Libertad Condicional. En este caso podrían utilizar el
pretexto de que no es necesaria la Libertad Condicional, puesto que
Ángel espera respuesta a una Revisión de Juicio que puede declararlo
absuelto. En simples palabras, que ahora Ángel tiene la Revisión
pendiente con la Justicia, que la policía política retrasará esa
Revisión todo lo que le parezca conveniente y que será justamente esa la
nueva excusa para negarle su libertad.
Sabemos que la Seguridad del Estado está muy preocupada por el
impacto que en la comunidad intelectual internacional y nacional ha
tenido el criterio de Ángel sobre la reanudación de las relaciones
diplomáticas con los Estados Unidos: en los interrogatorios que le han
hecho, en Villa Marista o en otros sitios, curiosamente entre otros
temas se han interesado mucho por ese. Ángel les manifestó con toda
firmeza que no está de acuerdo con la reanudación de las relaciones
entre ambos países si previamente no se libera a la totalidad de los
presos políticos, se respetan los derechos fundamentales de la sociedad
civil, y se incluyen en las conversaciones la voz múltiple de la
oposición en la isla y el exilio, cosas que según vemos ninguna de las
dos partes (ni Cuba ni Estados Unidos) tienen en sus agendas.
En ese sentido nos parece evidencia muy esclarecedora el hecho de que
a los disidentes que se expresaron a favor de dichas relaciones les
sigan permitiendo viajar, mientras que a quienes se manifestaron en
contra les han quitado los pasaportes y son sometidos al mismo acoso –
en algunos casos, peor – que antes del 17 de diciembre cuando Obama y
Raúl Castro anunciaron esta “nueva era”.
Nos sobran motivos para tener la convicción de que en abril
próximo, volverán a burlarse de la justicia, abusarán de su ilegítimo
poder y mantendrán a Ángel en prisión.
Queremos desde aquí recordarle al dictador Raúl Castro que seguimos
con extrema atención lo que hacen con este galardonado escritor que
decidió, por ética y decencia, dejar de escribir con la letra del molde
que Usted y su momificado hermano han impuesto a todos los cubanos;
molde ideológico que, como todo el mundo sabe, la mayoría usa por
conveniencia o miedo.
La mirada del mundo está puesta no solo en Ángel como preso
político; lo está también en todos los demás presos políticos que, como
Ángel, sufren la burla de no haber sido incluidos en los listados de
liberación de los acuerdos de diciembre de 2014. Y también esa mirada
acechante está pendiente de lo que sucede con otros dignos
intelectuales, como Rafael Vilches Proenza y Francis Sánchez, cubanos
honestos y valientes que se niegan a bajar la cabeza y lamer las botas
de sus dictadores.
Usted y su camarilla tiene la fuerza; nosotros tenemos la razón y los principios éticos que guían nuestros pasos.
A cada nueva violación de los derechos de Ángel, de sus colegas
escritores mencionados arriba o de los demás presos políticos, haremos
sonar nuestras voces por el mundo entero, denunciando los atropellos en
todos los foros internacionales.
La vida y la integridad de Ángel Santiesteban Prats, Rafael
Vilches, Francis Sánchez y el resto de los presos políticos que aún
permanecen en sus prisiones, son exclusiva responsabilidad suya y de sus
secuaces.
La Editora
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