Julio Aleaga Pesant (foto tomada de Internet) |
LA HABANA, Cuba. -“Candidatos por el Cambio” –en analogía a los demás
proyectos de la disidencia interna- éste intenta promover la democracia
en Cuba valiéndose de la propia Ley Electoral castrista. El próximo
proceso electoral se efectuará entre marzo y abril, con relativa premura
previendo restar tiempo a cualquier iniciativa popular desfavorable al
gobierno.
Entrevistamos al coordinador del proyecto: Julio Aleaga Pesant, quien
se presentará por tercera vez sucesiva como candidato a Delegado de su
Circunscripción en el capitalino municipio Plaza de la Revolución.
¿Cuál será tu estrategia, ésta vez, para el gane?
Una bien sencilla: llevarle mi mensaje a mis vecinos y futuros
votantes sobre la importancia de un buen gobierno en nuestro barrio,
aprovechando todas las potencialidades de que disponemos, y solicitar
sus opiniones y lo qué esperan de mí.
¿Consideras viable este propósito, siendo tú un demócrata (opositor) y además un periodista independiente?
Lo poco factible está en que el gobierno maneja todas las estructuras
institucionales, comenzando por la Comisión Nacional Electoral (CNE),
que aunque se autodefine de imparcial es todo lo contrario, pues todos
sus miembros, de una manera u otra, incumben al Partido Comunista, y
favorecen la política oficial. Así lo hicimos saber en enero pasado
presentando una impugnación en el Tribunal Provincia de La Habana en
contra del CNE.
¿Es el CNE el enemigo número uno?
El problema mayor de la crisis institucional cubana yo lo veo en la
gran burocracia que impide el desarrollo de cualquier reforma,
burocracia que no encuentra dónde ubicarse en una transformación. El CNE
forma parte de esa burocracia.
Hay un desánimo generalizado entre tus colegas, los
activistas prodemocráticos, que no hacer causa común con la propuesta de
Candidatos por el Cambio. ¿A qué lo atribuyes?
En mi opinión la mayoría de los líderes internos persisten en la
vieja mentalidad de difundirse hacia el exterior y no de enfocarse en
promover los cambios desde dentro.
Pararse en una tribuna, frente a una multitud convocada por
el oficialismo, y desde ahí ordenar un discurso coherente, requiere una
dosis extra de inteligencia y ecuanimidad. Desde la primera vez que te
postulaste a la de ahora, ¿has notado cambios favorables al proyecto en
un contexto nacional?
Por supuesto que se han producido un cambio de mentalidad indetenible
a nivel supra estructural del país y en los ciudadanos. Este, como
todos los regímenes totalitarios, les arranca la Fe a los individuos.
Ahora, más que miedo, lo que percibo es una fuerte inercia social, que a
pesar de todo se va rompiendo.
¿Has notado acciones desinformativas o coercitivas en tu contra?
Excepcionalmente no, aunque sí se que los comunistas se preparan en
sus núcleos zonales para organizar un frente común y combatir cualquier
candidato independiente que se auto proponga.
¿Y qué de la plataforma programática del proyecto?
Tiene una proyección nacional, con ideología democrática y no
representa a ningún partido. Solo busca establecer plataformas donde los
demócratas y los comunistas comiencen a participar en igualdad de
condiciones, donde se concreten las aspiraciones de los ciudadanos, y
con ella la eficiencia comunitaria. Nuestra matriz es: Desarrollar la
comunidad amparando los pequeños y medianos negocios; y brindar a la
juventud nuevas opciones de prosperidad. Nuestro eslogan es “Candidato
por el Cambio: una acción ciudadana”.
¿Cómo se capacitan los activistas de Candidatos por el Cambio?
Contamos con un nivel tecnológico primitivo, sin derechos ni acceso
al internet, y ningún medio de comunicación social a nuestra
disposición.
¿Qué provecho conseguiría el movimiento pro democracia en caso de integrarse al proyecto?
Para los líderes con valores democráticos, presentarse a este nivel
político entraña ir a la base social, ver e interpretar con mayor
claridad las dificultades del ciudadano(a) común y corriente.
En cuanto al gobierno, de aceptar este juego, ¿llevaría las de perder?
Nos basamos en la legalidad, prefiero especular que ganaría en
legitimidad, que muchos más cubanos estarían involucrados de manera
consiente en la solución de problemas. Los gobernantes saben que si no
hay cambios en las perspectivas políticas no habrá desarrollo económico.
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