El lanzador pinero Yoan López |
Por Eric Reynoso
El lanzador pinero Yoan López acaba de firmar un contrato con los
Diamondbacks de Arizona por una cifra récord para un jugador
internacional con menos de cinco temporadas jugadas en la pelota de su
país: $8.27 millones.
La bonificación de López, de 21 años, fue confirmada por el gerente
general de la franquicia, Dave Stewart, quien dijo que el contrato solo
espera por un examen físico al atleta. Es el mayor acuerdo financiero
con un pelotero cubano bajo las nuevas directrices para contratación de
figuras internacionales.
Los Diamondbacks ganaron en la porfía entre otros cuatro equipos que
buscaban los servicios de López, una de las gemas en bruto de la pelota
cubana. Los Yankees, los Dodgers, los Padres y los Rojos entraron en la
carrera final por el lanzador cubano, que escapó rumbo a Haití y se
radicó en República Dominicana el pasado año. Una ruta ya más que
conocida por sus compatriotas del béisbol y las fugas.
El Convenio Colectivo de Trabajo de Grandes Ligas estipula que cada
equipo tiene $700,000 dólares y un bono basado en el registro del equipo
durante la temporada anterior, que de rebasarlo está sujeto a un
impuesto del 100 por ciento.
Una transición suave
Sin embargo, todo indica que López rechazó un bono de $9 millones con
los Yankees, considerando que Arizona sería un mejor lugar para hacer
su transición más sosegada, con menos presiones y exigencias.
Al parecer fueron decisivas las gestiones de Stewart y de Tony La
Russa, jefe de los asesores técnicos del equipo de Arizona. Los D-balcks
han contratado al entrenador y ex lanzador cubano Ariel Prieto para
ayudar en la preparación y los ajustes de López, que estará en el
entramiento de primavera con la opción de ganarse un puesto en la
nómina.
Para los D-backs se trataba de asegurar el negocio, pues están
urgidos a toda costa de lanzadores para la venidera temporada,
considerando que dos de sus astros de la lomita, Patrick Corbin y el
semicubano Bronson Arroyo están en rehabilitación con cirugía del codo
desde el pasado verano y sus respectivos regresos al equipo están bajo
una incógnita.
Es como tener dos selecciones de primera ronda en el mismo año”, dijo
Stewart, en referencia a la anterior inversión cubana de los
Diamondbacks, que firmaron al toletero Yasmani Tomás por $68.5 millones a
fines del 2014.
López, un espigado pitcher de 6.4 pies, tira una recta cortada y un
buen cambio, tiene una curva muy efectiva y domina un slider que debe
perfeccionar todavía, pero su mejor recurso es una bola rápida de 95 a
100 millas.
Caldo cubano en ebullición
El caldo cubano en Grandes Ligas sigue en ebullición. La pasada
semana los Angelinos de Los Angeles confirmaron la entrega de un bono de
$8 millones a Roberto Baldoquín, un prometedor jugador de 20 años que
jugó tres temporadas con Las Tunas pero que tiene todavía todo por
demostrar en la pelota de altos quilates. Y a finales de diciembre, el
jardinero villaclareño Dian Toscano, de 25, recibió un contrato de $6
millones por cuatro años con los Bravos de Atlanta, con la opción de
extenderlo a cinco años por $1.5 millones más.
Son buenas noticias para sus coterráneos de Isla de la Juventud, el
segunda base Andy Ibánez, de 21 años, y el lanzador Jorge Despaigne, de
23, que aguardan aún por firmar con un equipo después de ser declarados
agentes libres. También para el cienfueguero Yoan Moncada, de 19, tal
vez el prospecto más codiciado entre todos en el mercado.
Lo cierto es que los cazatalentos están urgando a fondo en la pelota
cubana, pero centrados no tanto en las figuras establecidas de la
selección nacional como en los novísimos que puedan representar
jugadores de éxito a mediano y largo plazos.
Unos 70 jugadores cubanos aguardan aún con el permiso de la Oficina
de Control de Bienes Extranjeros (OFAC) del Departamentov del Tesoro, o
esperan por su otorgamiento para entrar al ruedo de las Grandes Ligas.
Ya vienen llegando
A estos habrá que sumar pronto al lanzador Yunieski García Viera, de
23 años, quien escapó recientemente de la isla, dejando colgada su
participación con Artemisa en la actual 54 Serie Nacional. Y los
también ex miembros de la preselección nacional, el lanzador Julio
Alfredo Martínez, de 23, y el catcher Lorenzo Quintana, de 25, quienes
fueron sancionados por pedir la baja del equipo Pinar del Río en medio
de la contienda por el campeonato.
Martínez y Quintana están sujetos a restricciones migratorias, pero
se cae de la mata que abandonarán la isla en la primera oportunidad,
igual que el matancero Guillermo Heredia, a quien la Comisión Nacional
de Béisbol lo ha suspendido por cuatro años. Heredia, de 23, es uno de
los 15 mejores prospectos residentes en Cuba que han fichado los
cazatalentos estadounidenses y su aparición en la pelota estadounidense
parece ser solo una cuestión de tomar el camino recorrido por los demás.
La pasada semana, el flamante Comisionado de Béisbol, Heriberto
Suárez acaba de afirmar en efectivamente el “fenómeno migratorio” ha
golpeado a la pelota cubana, pero que los campeonatos nacionales no
dejarán de tener brillo. La tarea, señor Suárez, será cuesta arriba y no
creo que haya mucho que hacer para componer una batea que hace agua
hace rato.
Hoy 14 de enero, hace 53 años, se estaban inaugurando las series
nacionales, con Fidel Castro bate en mano, prometiendo el fin del
profesionalismo y tejiendo un sueño que se ha convertido en pesadilla
para la dirigencia deportiva y pasado imperfecto para las jóvenes
generaciones de jugadores.
Son las leyes del mercado y del sentido común. Si no, pregúntele a Yoan López.
No hay comentarios:
Publicar un comentario