El
establishment (casta, elite, jet set, claque, etc.) de la
disidencia/oposición cubana “exige” al gobierno norteamericano que le
“escuche” antes de seguir adelante con la implementación de los
lineamientos de su política hacia Cuba.
El
pedido es correcto, porque no hay que ser muy exquisito para comprender
que “escuchar” es un verbo un poco más exigente que “oír”. Sobre un deseo o una elección, “oír” indica una exposición ocasionalmente involuntaria. Es algo orgánico y no pocas veces hasta invasivo.
Como
todo el mundo sabe (ellos en primer lugar) los miembros de la casta
opositora, endogámica como el castrismo y con sus reses sagradas (valga
la redundancia), han sido suficientemente “oídos” por representantes de
las instituciones legislativas y ejecutivas norteamericanas. Lo que
ruegan y exigen ahora (son sinónimos en su jerga) es que los “escuchen”.
Pero,
¿qué es lo que puede decir la disidencia/oposición cubana que los
norteamericanos necesiten “escuchar”? O lo que es lo mismo: ¿qué
desconocen los norteamericanos que, para saberlo, tengan que preguntar y
por tanto “escuchar” a la disidencia/oposición cubana?
Un
dato esencial, el mismo de siempre; aquel por el que los
norteamericanos preguntaron en 1961 a los pioneros y adelantados
anticastristas de Miami y a los antifidelistas de la isla: Si decidimos hacer algo fuerte, algo drástico contra la dictadura: ¿Los cubanos de a pie nos van a apoyar, se nos van a sumar?
Con seguridad, la respuesta que la disidencia/oposición cubana daría hoy es la misma de 1961: Adelante, que en Cuba todo el mundo se la pasa hablando mal del gobierno en privado y el apoyo público es un paripé.
En
1961 los norteamericanos no solo “oyeron”, no solo “escucharon”, sino
que además “atendieron” a los disidentes/opositores de las dos orillas.
Ya se sabe el resultado: En contra de su voluntad miles de cubanos
aplaudieron el socialismo; bajo presión miles de cubanos ingresaron en
las milicias y millones de cubanos hicieron el paripé de que apoyaban el
canje de 1 (centenar de prisioneros) por 5 (millares de cajas de
compota).
“Atender”
indica un sistema de acciones que implica “asistir”, “estar”,
“participar”. En este referente, “oír” y “escuchar” se presuponen.
Por
demás es normal que la gente hable bien de los gobiernos en el espacio
público “fingiendo”, desdoblándose; cuando está bajo algún tipo de
presión, compulsión o coacción. Hablar voluntariamente bien de los
gobernantes en el ámbito de lo privado es perturbador; y en la esfera de
lo íntimo, enfermizo.
Aunque
“oigan”, los oficiales del gobierno de Obama no “escuchan” ni “prestan
atención” a la disidencia/oposición cubana porque tienen conocimiento de
la historia y de la lógica. Y porque tienen a la CIA y la Agencia
Nacional de Seguridad, que son fuentes más confiables para que el
Presidente de EEUU esté correctamente informado de lo que pasa en Cuba y
en la cama de tu casa.
-IMAGEN: We Demand / Nosotros exigimos: Por firuzkutal, en ToonPool
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