El reciente arresto a unos 30 disidentes cubanos que pretendían
protestar en la Plaza de la Revolución de La Habana, no ha socavado las
intenciones de Estados Unidos de mejorar sus relaciones con el gobierno
de Cuba.
El Departamento de Estado aseguró que la nueva política anunciada por
el presidente Barack Obama, permitirá dialogar precisamente sobre ese
tipo de restricciones con el gobierno de Raúl Castro.
“La situación en Cuba continúa siendo pobre. Hay límites a las
libertades fundamentales incluyendo la libertad de expresión,
asociación, y reuniones pacíficas. Ciertamente estos son puntos que
forman parte de este nuevo diálogo, pero (los recientes arrestos a
opositores) no ha afectado la próxima mesa de discusión”, dijo Jen
Psaki, portavoz del Departamento de Estado.
La funcionaria también advirtió que durante los primeros diálogos
entre Washington y La Habana, se le presentó a Cuba una lista con el
nombre de algunos presos políticos que deberían ser liberados, aunque
enfatizó que los nombres de estas personas no serán revelados, por el
momento.
“No vamos a mencionar los nombres específicos de esas personas. La
lista la compartimos con el gobierno de Cuba. Obviamente, es un tema que
continuaremos discutiendo con ellos, pero no vamos a dar a conocer esa
lista de forma pública”, sostuvo Psaki.
La vocera del Departamento de Estado, dijo que el restablecimiento de
las relaciones entre ambos gobiernos, luego de 60 años de congelamiento
diplomático, no pueden ocurrir de la noche a la mañana, y que hay un
gran número de pasos que “ambas partes deben realizar para continuar con
este proceso”.
“Una de las razones por las que creemos fuertemente en este cambio de
política, es porque las políticas viejas no solo han dejado de
funcionar, sino que también, hacían imposible para la sociedad civil
vivir con normalidad y comunicarse dentro de Cuba. Hay un gran número de
beneficios, no únicamente la liberación de prisioneros, que obviamente
vemos con mucho positivismo, y que continuaremos discutiendo, pero creo
que hay otros beneficios para los grupos, como las Damas de Blanco,
aunque tomará algún tiempo”, destacó Psaki.
Uno de esos primeros pasos será el nombramiento de un embajador
estadounidense en Cuba, una acción que podría encontrar fuerte oposición
dentro del Congresos estadounidense.
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