domingo, diciembre 28, 2014

Doce demandas para la movilización de amplios sectores sociales dentro de Cuba

Juan Antonio Blanco
La artista Tania Bruguera ha convocado a realizar un audaz performance en la Plaza de la Revolución el próximo 30 de diciembre —"Yo también exijo"— para que los ciudadanos cubanos puedan acudir allí a expresar sus anhelos y exigencias. Es de agradecer esta iniciativa a la que me sumo por vía digital, consciente de que en nuestro mundo global toda acción local se expande en el ciberespacio.
Al hacerlo he estudiado y tomado en cuenta las demandas de amplios sectores de la sociedad cubana, así como de la disidencia, la oposición y el exilio. No hablo a nombre de nadie que no sea yo mismo y a partir de ahora estas exigencias pertenecen a cualquiera que desee apoyarlas. A quien las considere desmesuradas le recuerdo que son reclamos de derechos universales e inalienables por los que hay que luchar, no limosnas que respetuosamente se solicitan al poder que los viene pisoteando desde hace medio siglo.    
Como cubano veo la necesidad de abordar y contribuir a resolver la esencia interna del conflicto que el Estado cubano ha desarrollado contra los derechos de la nación  por más de medio siglo. El bilateral entre Cuba y Estados Unidos —en el que han participado otros actores externos como la URSS y Venezuela— no es otra cosa que la internacionalización de ese conflicto interno.
La normalización de relaciones entre La Habana y Washington no deja resueltas las causas de nuestro gran diferendo nacional. Con relación a esto último solo los cubanos podemos y tenemos derecho a definir nuestras perspectivas, demandas y prioridades. Tendremos que luchar para hacerlos realidad.
Entonces, en respuesta a la invitación de Tania Bruguera, hago constar que yo, como ciudadano cubano, también exijo el fin de la beligerancia del Estado contra la voluntad popular y que acepte la inevitabilidad de avanzar hacia la normalización de relaciones del Estado con la nación cubana. Para ello es imprescindible el levantamiento de las medidas gubernamentales de su bloqueo interno al ejercicio de derechos universales básicos y al libre desarrollo de la creatividad y prosperidad general de la sociedad cubana.
Este listado de demandas representa lo que a mi juicio son las condiciones mínimas necesarias para poder recuperar y ejercer la soberanía nacional. Constituye una posible hoja de ruta para poder llegar a elegir libremente a un nuevo gobierno. Una vez alcanzado ese momento fundacional, Estado y nación podrán enfrentar juntos la herencia que nos dejará el pasado y asumir el desafío de construir un nuevo país: moderno, libre, soberano, equitativo, plural, tecnológicamente avanzado y próspero. Ese proyecto, cuando sea factible, requerirá de una nueva hoja de ruta.
En el contexto actual creo necesario exigir de inmediato, entre otras medidas,  las siguientes:
1) Fin de la Ley Mordaza y de la criminalización de la libre expresión personal, intelectual o artística. Derogar de inmediato la Ley Mordaza, titulada Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba (Ley 88), así como cualquier otra ley o regulación que coarte el derecho de libre expresión. Ordenar el cese inmediato de todas las actividades policiacas y parapoliciales contra las personas, académicos, periodistas,  intelectuales y artistas  que ejercen su derecho a acceder  y diseminar información o a expresar pacíficamente —de forma privada o pública, individual o colectiva— su opinión sobre cualquier tema.
2) Fin de los actos de repudio. Paralizar y desautorizar públicamente de inmediato los llamados "actos de repudio" contra cualquier ciudadano o grupo de la sociedad civil que libremente haya expresado sus criterios políticos, sociales o económicos en público o privado.
3) Amnistías. Liberar de inmediato a los presos políticos —incluyendo a los que están bajo licencia extrapenal— y decretar también una amnistía general a favor de todo el exilio político para que todos puedan acceder con garantía suficiente de seguridad a la patria y, si lo desean, residir en ella nuevamente. Una vez concluida la reforma del Código Penal se procederá a decretar una amnistía general adicional para todas las personas que fueron encarceladas por acciones que de ahora en adelante se descriminalizarían.
4) Ratificación e implementación de pactos y convenios internacionales de derechos. Ratificar de inmediato y sin reservas los dos Pactos Internacionales de DDHH (Políticos y Civiles; Económicos, Sociales y Culturales) y suscribir el Protocolo Adicional del Pacto contra la Tortura permitiendo la constante supervisión de prisiones del Relator Especial, y comenzar una reforma sustantiva del sistema constitucional y jurídico (Código Penal y otros) para alinearlos con los principios de estos instrumentos internacionales.
5) Libre sindicalización y contratación laboral. Cumplimiento irrestricto e inmediato de los convenios de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), de la que Cuba es miembro, sobre derechos laborales y sindicales. Debe cesar de inmediato el monopolio estatal de contratación de la fuerza de trabajo para servir a empresas y gobiernos extranjeros y de ese modo evitar que el Estado se apodere de la mayor parte de sus salarios y favorezca a los que desea privilegiar.
6) Libre acceso a internet. Autorizar de inmediato la conexión a internet a cualquier ciudadano en precios adecuados al nivel salarial del país y disponer también de inmediato el cese de toda persecución contra aquellas personas que acceden a internet o a estaciones de radio y TV extranjeras por medios propios.
7) Libertad de medios de comunicación. Decretar una nueva Ley de Medios que comience a regir de inmediato y ofrezca garantías a la libertad de expresión pública y privada, al derecho de acceder y diseminar información como individuos o como institución, y a la cesión de horarios de los medios de comunicación de TV y radio estatales a diferentes, iglesias, instituciones y grupos ciudadanos no gubernamentales.
8) Plebiscito sobre el actual sistema electoral. Se ha de celebrar un plebiscito antes de cualquier nueva elección del Poder Popular para reconocer el derecho soberano de la nación cubana de derogar el artículo 5 de la actual Constitución que otorga el poder supremo al Partido Comunista de Cuba y exigir en su lugar la celebración de elecciones libres, secretas, universales, plurales, directas e internacionalmente supervisadas para elegir al próximo gobierno. El nuevo parlamento que resulte electo se hará cargo de culminar la aprobación definitiva de la reforma constitucional y legal que se requiere en acatamiento de los Convenios y Pactos Internacionales ratificados.
9) Libertad de movimiento nacional e internacional de los cubanos. Decretar de inmediato la plena libertad de movimiento tanto para fijar residencia entre municipios y provincias como para entrar y salir de la Isla en favor de todos los ciudadanos cubanos, sin que ello se requiera de permisos estatales de ningún tipo. Reconocimiento de la doble ciudadanía a aquellos cubanos que así lo soliciten.
10) Igualdad de derechos económicos de todos los cubanos. Decretar una Ley para la Inversión, Producción, Comercio y Desarrollo Nacional que equipare los derechos de los cubanos donde quiera que tengan su residencia actual con los que se ofrecen hoy a los inversionistas extranjeros.  Entre esos derechos se ha de incluir la simplificación y agilización de trámites para registrar legalmente y operar una empresa privada nacional sea personal o cooperativa, el cese de la lista restrictiva de actividades autorizadas, la autorización a los nacionales para invertir y participar en cualquier área de la economía nacional, el levantamiento de las restricciones a los profesionales para ejercer sus especialidades de modo privado, el otorgamiento de privilegios y facilidades fiscales en la etapa de amortización de la inversión inicial y el derecho de contratación libre y directa de la mano de obra por empresas extranjeras y nacionales por igual.
11) Cese del monopolio de comercio y producción estatal. Tanto en la Ley para la Inversión Extranjera como en esta nueva Ley para la Inversión, Producción, Comercio y Desarrollo Nacional se introducirán cláusulas que reconozcan y den garantías a la propiedad privada y se complementará con un código mercantil y un sistema moderno de arbitraje y apelaciones. Dicha ley anularía el monopolio estatal sobre la producción y servicios en cualquier sector económico, así como sobre el ejercicio del comercio nacional y exterior, autorizando a partir de ese momento la participación en todas esas actividades de empresas privadas nacionales y extranjeras. Se derogarán de inmediato las últimas disposiciones de la Aduana para la importación de diferentes medios requeridos para el desarrollo personal y del sector privado.
12) Libertad de asociación.  Decretar una nueva Ley de Asociaciones que las libere del patronato estatal para ser registradas y no incluya clausulas discriminatorias por razones de raza, género, orientación sexual, creencias religiosas o políticas, así como que puedan tener sus propios medios de comunicación y se les permita ser autosustentables por iniciativas económicas propias, cotización de miembros o donaciones. La nueva Ley de Asociaciones debe reconocer también el derecho de libre sindicalización y las organizaciones de esa naturaleza que los trabajadores puedan querer darse a sí mismos.
La mayor parte de estas demandas son escuchadas a diario en la Isla. Muchas de ellas fueron formuladas por grupos disidentes u opositores en sus programas e iniciativas. Su materialización no reclama la unidad de todos en un solo partido u organización. Basta con que cada sector de la nación se empeñe proactivamente en alcanzar aquellas reivindicaciones que le son más cercanas para que se geste un movimiento general emancipador.
Cuando se asiente el polvo de las desmedidas expectativas surgidas al calor de los recientes acuerdos entre la Casa Blanca y el general presidente Raúl Castro, cristalizará  con mucha mayor nitidez una visión genuinamente realista y pragmática. Las ansias de libertad y progreso hay que asentarlas en las exigencias y movilización de los más amplios sectores sociales y no en las dádivas que la elite de poder esté dispuesta a conceder en algún congreso del PCC ni en las transacciones a las que aquella llegue con los actores externos del conflicto cubano. 

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