La artista Tania Bruguera ha convocado a realizar un audaz performance
en la Plaza de la Revolución el próximo 30 de diciembre —"Yo también
exijo"— para que los ciudadanos cubanos puedan acudir allí a expresar
sus anhelos y exigencias. Es de agradecer esta iniciativa a la que me
sumo por vía digital, consciente de que en nuestro mundo global toda
acción local se expande en el ciberespacio.
Al hacerlo he estudiado y tomado en cuenta las demandas de amplios
sectores de la sociedad cubana, así como de la disidencia, la oposición y
el exilio. No hablo a nombre de nadie que no sea yo mismo y a partir de
ahora estas exigencias pertenecen a cualquiera que desee apoyarlas. A
quien las considere desmesuradas le recuerdo que son reclamos de
derechos universales e inalienables por los que hay que luchar, no
limosnas que respetuosamente se solicitan al poder que los viene
pisoteando desde hace medio siglo.
Como cubano veo la necesidad de abordar y contribuir a resolver la
esencia interna del conflicto que el Estado cubano ha desarrollado
contra los derechos de la nación por más de medio siglo. El bilateral
entre Cuba y Estados Unidos —en el que han participado otros actores
externos como la URSS y Venezuela— no es otra cosa que la
internacionalización de ese conflicto interno.
La normalización de relaciones entre La Habana y Washington no deja
resueltas las causas de nuestro gran diferendo nacional. Con relación a
esto último solo los cubanos podemos y tenemos derecho a definir
nuestras perspectivas, demandas y prioridades. Tendremos que luchar para
hacerlos realidad.
Entonces, en respuesta a la invitación de Tania Bruguera, hago
constar que yo, como ciudadano cubano, también exijo el fin de la
beligerancia del Estado contra la voluntad popular y que acepte la
inevitabilidad de avanzar hacia la normalización de relaciones del
Estado con la nación cubana. Para ello es imprescindible el
levantamiento de las medidas gubernamentales de su bloqueo interno al
ejercicio de derechos universales básicos y al libre desarrollo de la
creatividad y prosperidad general de la sociedad cubana.
Este listado de demandas representa lo que a mi juicio son las
condiciones mínimas necesarias para poder recuperar y ejercer la
soberanía nacional. Constituye una posible hoja de ruta para poder
llegar a elegir libremente a un nuevo gobierno. Una vez alcanzado ese
momento fundacional, Estado y nación podrán enfrentar juntos la herencia
que nos dejará el pasado y asumir el desafío de construir un nuevo
país: moderno, libre, soberano, equitativo, plural, tecnológicamente
avanzado y próspero. Ese proyecto, cuando sea factible, requerirá de una
nueva hoja de ruta.
En el contexto actual creo necesario exigir de inmediato, entre otras medidas, las siguientes:
1) Fin de la Ley Mordaza y de la criminalización de la libre
expresión personal, intelectual o artística. Derogar de inmediato la Ley
Mordaza, titulada Protección de la Independencia Nacional y la Economía
de Cuba (Ley 88), así como cualquier otra ley o regulación que coarte
el derecho de libre expresión. Ordenar el cese inmediato de todas las
actividades policiacas y parapoliciales contra las personas, académicos,
periodistas, intelectuales y artistas que ejercen su derecho a
acceder y diseminar información o a expresar pacíficamente —de forma
privada o pública, individual o colectiva— su opinión sobre cualquier
tema.
2) Fin de los actos de repudio. Paralizar y desautorizar públicamente
de inmediato los llamados "actos de repudio" contra cualquier ciudadano
o grupo de la sociedad civil que libremente haya expresado sus
criterios políticos, sociales o económicos en público o privado.
3) Amnistías. Liberar de inmediato a los presos políticos —incluyendo
a los que están bajo licencia extrapenal— y decretar también una
amnistía general a favor de todo el exilio político para que todos
puedan acceder con garantía suficiente de seguridad a la patria y, si lo
desean, residir en ella nuevamente. Una vez concluida la reforma del
Código Penal se procederá a decretar una amnistía general adicional para
todas las personas que fueron encarceladas por acciones que de ahora en
adelante se descriminalizarían.
4) Ratificación e implementación de pactos y convenios
internacionales de derechos. Ratificar de inmediato y sin reservas los
dos Pactos Internacionales de DDHH (Políticos y Civiles; Económicos,
Sociales y Culturales) y suscribir el Protocolo Adicional del Pacto
contra la Tortura permitiendo la constante supervisión de prisiones del
Relator Especial, y comenzar una reforma sustantiva del sistema
constitucional y jurídico (Código Penal y otros) para alinearlos con los
principios de estos instrumentos internacionales.
5) Libre sindicalización y contratación laboral. Cumplimiento
irrestricto e inmediato de los convenios de la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), de la que Cuba es miembro, sobre
derechos laborales y sindicales. Debe cesar de inmediato el monopolio
estatal de contratación de la fuerza de trabajo para servir a empresas y
gobiernos extranjeros y de ese modo evitar que el Estado se apodere de
la mayor parte de sus salarios y favorezca a los que desea privilegiar.
6) Libre acceso a internet. Autorizar de inmediato la conexión a
internet a cualquier ciudadano en precios adecuados al nivel salarial
del país y disponer también de inmediato el cese de toda persecución
contra aquellas personas que acceden a internet o a estaciones de radio y
TV extranjeras por medios propios.
7) Libertad de medios de comunicación. Decretar una nueva Ley de
Medios que comience a regir de inmediato y ofrezca garantías a la
libertad de expresión pública y privada, al derecho de acceder y
diseminar información como individuos o como institución, y a la cesión
de horarios de los medios de comunicación de TV y radio estatales a
diferentes, iglesias, instituciones y grupos ciudadanos no
gubernamentales.
8) Plebiscito sobre el actual sistema electoral. Se ha de celebrar un
plebiscito antes de cualquier nueva elección del Poder Popular para
reconocer el derecho soberano de la nación cubana de derogar el artículo
5 de la actual Constitución que otorga el poder supremo al Partido
Comunista de Cuba y exigir en su lugar la celebración de elecciones
libres, secretas, universales, plurales, directas e internacionalmente
supervisadas para elegir al próximo gobierno. El nuevo parlamento que
resulte electo se hará cargo de culminar la aprobación definitiva de la
reforma constitucional y legal que se requiere en acatamiento de los
Convenios y Pactos Internacionales ratificados.
9) Libertad de movimiento nacional e internacional de los cubanos.
Decretar de inmediato la plena libertad de movimiento tanto para fijar
residencia entre municipios y provincias como para entrar y salir de la
Isla en favor de todos los ciudadanos cubanos, sin que ello se requiera
de permisos estatales de ningún tipo. Reconocimiento de la doble
ciudadanía a aquellos cubanos que así lo soliciten.
10) Igualdad de derechos económicos de todos los cubanos. Decretar
una Ley para la Inversión, Producción, Comercio y Desarrollo Nacional
que equipare los derechos de los cubanos donde quiera que tengan su
residencia actual con los que se ofrecen hoy a los inversionistas
extranjeros. Entre esos derechos se ha de incluir la simplificación y
agilización de trámites para registrar legalmente y operar una empresa
privada nacional sea personal o cooperativa, el cese de la lista
restrictiva de actividades autorizadas, la autorización a los nacionales
para invertir y participar en cualquier área de la economía nacional,
el levantamiento de las restricciones a los profesionales para ejercer
sus especialidades de modo privado, el otorgamiento de privilegios y
facilidades fiscales en la etapa de amortización de la inversión inicial
y el derecho de contratación libre y directa de la mano de obra por
empresas extranjeras y nacionales por igual.
11) Cese del monopolio de comercio y producción estatal. Tanto en la
Ley para la Inversión Extranjera como en esta nueva Ley para la
Inversión, Producción, Comercio y Desarrollo Nacional se introducirán
cláusulas que reconozcan y den garantías a la propiedad privada y se
complementará con un código mercantil y un sistema moderno de arbitraje y
apelaciones. Dicha ley anularía el monopolio estatal sobre la
producción y servicios en cualquier sector económico, así como sobre el
ejercicio del comercio nacional y exterior, autorizando a partir de ese
momento la participación en todas esas actividades de empresas privadas
nacionales y extranjeras. Se derogarán de inmediato las últimas
disposiciones de la Aduana para la importación de diferentes medios
requeridos para el desarrollo personal y del sector privado.
12) Libertad de asociación. Decretar una nueva Ley de Asociaciones
que las libere del patronato estatal para ser registradas y no incluya
clausulas discriminatorias por razones de raza, género, orientación
sexual, creencias religiosas o políticas, así como que puedan tener sus
propios medios de comunicación y se les permita ser autosustentables por
iniciativas económicas propias, cotización de miembros o donaciones. La
nueva Ley de Asociaciones debe reconocer también el derecho de libre
sindicalización y las organizaciones de esa naturaleza que los
trabajadores puedan querer darse a sí mismos.
La mayor parte de estas demandas son escuchadas a diario en la Isla.
Muchas de ellas fueron formuladas por grupos disidentes u opositores en
sus programas e iniciativas. Su materialización no reclama la unidad de
todos en un solo partido u organización. Basta con que cada sector de la
nación se empeñe proactivamente en alcanzar aquellas reivindicaciones
que le son más cercanas para que se geste un movimiento general
emancipador.
Cuando se asiente el polvo de las desmedidas expectativas surgidas al
calor de los recientes acuerdos entre la Casa Blanca y el general
presidente Raúl Castro, cristalizará con mucha mayor nitidez una visión
genuinamente realista y pragmática. Las ansias de libertad y progreso
hay que asentarlas en las exigencias y movilización de los más amplios
sectores sociales y no en las dádivas que la elite de poder esté
dispuesta a conceder en algún congreso del PCC ni en las transacciones a
las que aquella llegue con los actores externos del conflicto cubano.
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