(Bloomberg).-
La decisión de Barack Obama de poner fin a medio siglo de enemistad con Cuba
alienta la perspectiva de que operadores hoteleros y desarrolladores
estadounidenses puedan ingresar al mercado turístico de la isla.
Poco después del anuncio de
la normalización de las relaciones entre los Estados Unidos y Cuba, el
jefe de adquisiciones de Fortune International Realty, que tiene sede en
Miami,
le envió un correo electrónico al máximo responsable ejecutivo, Edgardo
Defortuna, con planes de investigar todo cambio sobre propiedad de
bienes raíces en la isla.
“Aún falta mucho para que compañías estadounidenses puedan hacer
desarrollo inmobiliario”, dijo en una entrevista Defortuna, cuya
compañía construye condominios y hoteles en el sur de Florida.
“Sin embargo, la belleza natural de la zona, el excelente clima, el
sabor latino y el hecho de que no ha habido ningún desarrollo
inmobiliario de importancia durante más de 50 años justifican que se
analicen las posibilidades”.
La decisión del presidente estadounidense Barack Obama
de poner fin a medio siglo de enemistad con Cuba alienta la perspectiva
de que operadores hoteleros y desarrolladores estadounidenses, entre
ellos Marriott International Inc. y Hilton Worldwide Holdings Inc.,
puedan ingresar al mercado turístico que está a apenas 145 kilómetros
(90 millas) de la costa de Florida.
Para hacerlo, deberán abordar un largo camino de reconocimiento de
un zona con leyes de propiedad poco claras y control gubernamental, lo
que indica que se moverán con cautela.
Leyes transparentes
Hace falta una mayor transparencia en cuanto a leyes sobre bienes raíces, así como infraestructura bancaria y un sistema de seguros de títulos antes de que los inversores estadounidenses se sientan atraídos por Cuba, dijo Gregory Rumpel, un director gerente en Miami del grupo de hoteles de Jones Lang LaSalle Inc.
Hace falta una mayor transparencia en cuanto a leyes sobre bienes raíces, así como infraestructura bancaria y un sistema de seguros de títulos antes de que los inversores estadounidenses se sientan atraídos por Cuba, dijo Gregory Rumpel, un director gerente en Miami del grupo de hoteles de Jones Lang LaSalle Inc.
Por otro lado, el hecho de que la isla esté tan cerca de los Estados
Unidos, uno de los mayores mercados de consumo del mundo, será un imán,
dijo.
“Cuando se levanten las restricciones a los viajes, el flujo será
enorme”, dijo Rumpel. “Es un país que tiene una gran historia colonial,
pero también tiene montañas, ríos, infraestructura”.
El ingreso de turistas a Cuba creció casi 12% interanual en octubre,
a 187.311 visitantes, según la Oficina Nacional de Estadísticas de
Cuba. Alrededor de 2.9 millones de turistas visitaron la isla en 2013,
según la oficina. Casi la tercera parte procedió de Canadá.
Cuba, el Segundo país caribeño más visitado después de República
Dominicana, según un análisis de mediados de año de la región, tiene en
la actualidad unos 200 hoteles con un total de entre 35,000 y 38,000
habitaciones, dijo Rumpel.
Canadienses y europeos dominan la inversión extranjera, agregó, y
entre los principales operadores se cuentan los españoles Meliá Hotels
International SA, Barceló Hotels Resorts y Novotel Hotels.
Los operadores hoteleros de los Estados Unidos están en mejor
situación para ingresar al mercado que los desarrolladores que buscan
construir, dijo Eddy Arriola, presidente de Apollo Bank, una entidad
crediticia para proyectos inmobiliarios que tiene sede en Miami.
“Las compañías que ya están ahí son los operadores de hoteles”,
dijo. “A los desarrolladores estadounidenses les resultará mucho más
difícil porque el principal propietario de la tierra es el gobierno
cubano”.
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