Cada fin de semana numerosos jóvenes cubanos provistos de smartphones y tabletas
se congregan alrededor de hoteles, embajadas y centros de negocios de
La Habana para intentar captar señales de Internet y superar el estricto
control de las autoridades.
"Hay unos que ya tienen los códigos por amigos
que trabajan aquí, pero sé que otros logran 'crackear' códigos con
algunos softwares", explica bajo anonimato un joven informático en el
frontis de un edificio de negocios del oeste de La Habana.
En una callejuela al costado de un hotel vecino, otra estratagema está en marcha. Unos jóvenes digitan afanosamente en sus aparatos: están en línea gracias a la conexión compartida por el computador de un camarada instalado en la recepción.
En Cuba las señales "wifi" son muy codiciadas, debido a que Internet es objeto de un estricto control y está reservado a empresas, universidades e instituciones. Solo unos cuantos privilegiados, principalmente periodistas, artistas y médicos, tienen derecho a poseer una conexión domiciliaria.
En 2013, sólo 3,4% de los hogares cubanos estaban conectados, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), que ubica al país entre los menos "conectados" del mundo.
Tarifas prohibitivas de conexión
Sin embargo, en junio de 2013 el régimen comunista de la isla abrió una pequeña brecha con la creación de un centenar de salas públicas. Pero a 4,5 dólares la hora, sus tarifas son prohibitivas en un país donde el salario mensual bordea los 20 dólares en promedio.
Anteriormente, solo los hoteles podían proveer Internet al público, con una mayor barrera tarifaria que sólo los visitantes extranjeros podían franquear (hasta 10 dólares la hora).
La compañía Etecsa, que tiene el monopolio estatal sobre los móviles, no ofrece Internet móvil a sus clientes, a pesar de que la tecnología 3G funciona en una buena parte del territorio cubano, aunque su desempeño deja que desear.
Ante la presión de la demanda local, Etecsa permite desde hace algunos meses a sus abonados consultar su correo en sus smartphones. Pero esta oferta está restringida al dominio local @nauta.cu.
Más recientemente, la compañía abrió también un servicio a precio módico que permite enviar fotos desde un teléfono a cualquier dirección de correo electrónico.
Estas
pequeñas concesiones no satisfacen a los partidarios de un Internet
abierto a todos, mientras los smartphones llegados del extranjero son
cada vez más visibles en Cuba.
"Cuba es uno de los países más restrictivos del mundo en términos de libertad en Internet", destaca a la AFP Sanja Tatic Kelly, encargada de proyectos de la ONG estadounidense Freedom House, que publica cada año un informe sobre la "libertad de acceso a la red".
"Más que recurrir a las sofisticadas tecnologías de filtro y bloqueo usadas por otros regímenes represivos, el gobierno cubano limita a los usuarios el acceso a la información mediante la carencia de tecnología y precios prohibitivos", explica la experta.
Las autoridades censuran de todos modos ciertos sitios (prensa y blogs anticastristas, pornografía, Skype),
pero Tatic Kelly reconoce que "el número total de sitios bloqueados es
relativamente bajo en comparación con lo que se practica en China, Irán o
Arabia Saudita".
Del otro lado, los internautas locales también
han encontrado la fórmula. Ellos recurren a programas fácilmente
descargables que permiten ocultar la dirección IP de
sus aparatos. En un santiamén aparecen identificados como si estuvieran
situados en Europa o Estados Unidos, y pueden navegar a su antojo.
Los
menos vivaces siempre pueden arreglarse con el "paquete", descargable a
cambio de unos cuantos pesos. Actualizado cada semana, lo forman cientos de gigas de programas de TV, películas, software, juegos y antivirus pirateados que hacen furor en Cuba.
Ante las críticas, las autoridades aseguran que tienen control sobre Internet para proteger al país de ataques en línea.
Según el viceministro de Comunicaciones, Wilfredo Gonzalez, en el
último año y medio la isla ha sido victima de "ataques cibernéticos
(...) desde miles de direcciones informáticas registradas en más de 150
naciones".
Un argumento insuficiente para Tatic Kelly, quien
afirma que Cuba está muy lejos de ser uno de los países más afectados.
Según un estudio del instituto Kaspersky, la nación sometida a más
ataques es Rusia, muy adelante de Cuba, ubicada en el lugar 199.
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