La Asamblea General de la ONU acaba de votar por vigésimo tercera vez
(ahora con 188 a favor, 2 en contra, 3 abstenciones), la Resolución
“Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero
impuesto por EEUU contra Cuba”. Importante para el régimen,
simpatizantes y los habituales sicarios virtuales de estos foros.
Para
el resto del mundo, esa resolución simbólica es tan trascendente como
la carabina de Ambrosio o un discurso de Machado Ventura, así que no
perdamos tiempo en eso, como quisieran quienes pretenden imponer los
temas a tratar a quienes escribimos libremente.
Así que pasemos a algo más importante y trascendente: los carteristas que aparecieron en el consejo de ministros de Raúl Castro.
“Carteristas”
no por quienes sustraen billeteras o carteras de bolsillos o brazos en
una guagua llena en La Habana, ni simpatizantes de Jimmy Carter, sino
los personajes que hace unos días expusieron sus brillantes ideas en el
último cónclave del consejo de ministros ampliado, para intentar
convencer de que el chicharrón de viento es carne.
El régimen
aprobó una “cartera de oportunidades para la inversión extranjera”,
donde ofrece, a los que ahora ya no son vistos como explotadores
capitalistas, 246 proyectos de inversión, en sectores como
agroalimentación, construcción, industria farmacéutica, biotecnología, o
energías renovables, pensados para ejecutarse en todas las provincias
cubanas, por un monto total de $8.710 millones.
Tarde, mal y
nunca, como de costumbre. Con un Mariel que todavía se recuerda más por
la fuga masiva de cubanos en 1980 que por ser un pretendido mega-puerto
de impacto internacional, donde el aburrimiento de sus grúas es el rey y
no acaban de aparecer las imprescindibles inversiones, la dictadura
hará que sus carteristas ofrezcan proyectos en la Feria de La Habana
(FIHAV 2014), del 2 al 8 de noviembre, con empresarios de más de 60
países, en lo que en estos momentos es la apuesta más desesperada del
régimen, porque ¡ahora sí que de verdad van a construir el socialismo!
¿O no?
La información ofrecida por la dictadura, demasiado
interesada en la inversión extranjera y desesperada porque EEUU afloje
las clavijas del embargo y vaya con sus capitales y turistas a Cuba, no
aclara si antes de FIHAV 2014 será derogada la Segunda Declaración de La
Habana, sobre todo los párrafos que dicen “…de América Latina fluye
hacia Estados Unidos un torrente continuo de dinero: unos 4,000 dólares
por minuto, 5 millones por día, 2,000 millones por año, 10,000 millones
cada cinco años. Por cada 1,000 dólares que se nos van, nos queda un
muerto. ¡Mil dólares por muerto: ese es el precio de lo que se llama
imperialismo! ¡Mil dólares por muerto, cuatro veces por minuto!”.
Tampoco se aclaró si durante FIHAV 2014 se celebraría el 7 de noviembre
un aniversario más de la Gran Revolución Socialista de Octubre en la
URSS.
De momento, todo queda en agua de borrajas. Una “cartera de
negocios” como la anunciada tiene en estos momentos tantos resultados
prácticos para los cubanos de a pie como los miles de toneladas de carne
de puerco o de quintales de plátanos que produce diariamente el
Noticiero Nacional de la televisión oficialista, que al apagarse el
televisor no se sabe donde están.
En enero de 2014 se inauguró el
súper puerto de El Mariel sin tener aprobada una ley de inversión
extranjera que diera sentido a aquel proyecto. Ahora, a finales de
octubre, se habla de una cartera de negocios pensando en Mariel y
territorios de todo el país, que será ofrecida en noviembre a los
empresarios participantes en la Feria de La Habana.
Para firmar
convenios ¿cuándo? Para comenzar la ejecución de los proyectos ¿cuándo?
Para que los primeros resultados se puedan comenzar a ver ¿cuándo? Para
que al fin se logre comenzar a acercarse a los $2.500 millones en
inversión extranjera que se necesitan cada año, que se lograrían
¿cuándo? Qué es lo que garantizaría un desarrollo sostenible y un
socialismo sustentable si el PIB crece anualmente un 5-7 % ¿cuándo?
Porque, hasta ahora, en el mejor de los casos, en 2014 crecería un 1,4
%, a menos que se produzca un milagro o una escandalosa manipulación
estadística.
De manera que pueden embullarse los que lo deseen,
ilusionarse los que crean en Los Reyes Magos, y desgastarse repitiendo
sandeces los alabarderos del régimen.
Porque no es nada optimista
el futuro de la economía cubana si los proyectos para la producción y el
desarrollo dependen de los carteristas del gobierno.
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