(Araceli Cantero).- Los obispos cubanos ha pedido a todos los católicos entrar en un camino de conversión personal y pastoral inspirada
en el pasaje bíblico de los discípulos de Emaús para, como ellos pasar
"del desánimo a la esperanza a través del encuentro con Jesucristo en su
Palabra y en la vida de la comunidad".
Esta petición es parte del nuevo Plan Pastoral que se dará a conocer
en las comunidades el lunes 8 de septiembre, fiesta de Nuestra Señora
de la Caridad de El Cobre Patrona de Cuba y que orientará la vida de las comunidades hasta 2020.
En él los obispos preguntan: "¿En qué medida nosotros nos sentimos
empujados hacia Emaús por el desencanto ante expectativas sociales
fallidas, comunidades que no han crecido al ritmo de nuestro deseo,
líderes comunitarios que han escogido otros destinos, o el desgaste
crónico asentado como el sedimento del alma? En Jesús contemplamos cómo Él se acerca al desencanto, cómo necesitamos dejarnos encontrar por Él, y cómo debemos salir nosotros a los caminos por donde tantas personas arrastran la vida".
Para animar la implementación del Plan se ha creado una canción que
recoge en sus versos los principales campos prioritarios y en su
estribillo repite la frase de los discípulos de Emaús: Quédate con
nosotros. La canción ha sido creada por el Hermano Héctor Ávalos Gil.
"Estamos iniciando una nueva etapa pastoral que requiere el
compromiso de todos", ha indicado en una carta el Presidente de la
Conferencia de Obispos Cubanos, Mons. Dionisio García Ibañez. "Debemos llenarnos de la fortaleza de espíritu que animaba a los discípulos de Emaús después de encontrarse con Jesús".
En su carta del 20 de mayo, para motivar el Plan, el arzobispo de
Santiago de Cuba indicaba que al igual que los planes anteriores, éste
tiene un marco de la realidad social y eclesial, un marco doctrinal,
esta vez centrado en la experiencia de los discípulos de Emaús y un
marco operativo siguiendo el método ver, juzgar y actuar que ofrece
propuestas de iluminación, conversión y acción para cada etapa.
Sus propuestas de acción sugieren, entre otras: potenciar la acogida, animar la dimensión misionera de todos,
hacerse presente en los espacios periféricos, acercarse a la
religiosidad popular, asegurar el acompañamiento en los procesos
catecumenales, fortalecer la identidad católica de discípulos
misioneros, motivar al testimonio cristiano dentro de la familia y crear
escuelas de padres, trabajar para que las comunidades sean verdaderos
hogares en la fe, ofrecer a los cubanos un testimonio de humanidad, de
valores cristianos y de discípulos de Jesús.
Este plan propone un camino procesual que se inicia por el anuncio de la Buena Noticia de Jesús,
que construye su identidad en la iniciación cristiana y la formación
para el discipulado, que se vive y fortalece en la familia y en la
comunidad -ámbitos de comunión, crecimiento y compromiso y que se
traduce en testimonio cristiano al ofrecer a la sociedad la expresión
social de la fe.
Con una población que pasa de once millones de habitantes, Cuba cuenta con 305 parroquias,
que crecen como comunidad de comunidades y tiene 357 sacerdotes; de los
cuales, 177, son religiosos, y 180 diocesanos; cuenta con 84 diáconos
permanentes y 776 religiosos; de los cuales 585 son mujeres, y 191
varones, pertenecientes a 96 comunidades religiosas: 70 femeninas y 26
masculinas.
Fruto del dinamismo misionero existen unas 2.300 casas de misión, el 62 por ciento ubicado en zonas rurales,
surgidas por la falta de templos en nuevos pueblos y barrios, con una
tendencia a su crecimiento debido a las iniciativas pastorales desde
que, en 1986, la Iglesia cubana celebrara el Encuentro Nacional Eclesial
Cubano, conocido como ENEC, evento que, después de veinticinco años de
experiencia de fe en una sociedad atea de corte marxista, invitó a los
católicos a salir de los templos y a ser Iglesia encarnada, orante y
misionera.
El Plan Pastoral, de 27 folios, lleva el titulo Por el camino de Emaús,
fue aprobado por la Asamblea de la Conferencia de Obispos Católicos
Cubanos (COCC) en el mes de febrero de 2014 y ha tenido en cuenta
algunos documentos de los obispos, como la Carta Pastoral de 2013 "La
Esperanza no defrauda", el "Documento Conclusivo" de Aparecida y la
Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium del Papa Francisco.
"Exhortamos a cada cristiano a convertirse a Jesucristo y anunciar la alegría de su Evangelio",
señala el Plan en su Objetivo General, "para que el testimonio
transformador de amor y esperanza de nuestras comunidades y familias
llegue a todos los hombres y mujeres de nuestra Patria".
Es fruto de la consulta nacional hecha a las comunidades durante 2013
y los aportes de los obispos y agentes diocesanos y presenta datos
sobre la actual realidad eclesial, política y social cubana. Su marco de
realidad ofrece una mirada hacia la sociedad y otra hacia la Iglesia.
Su mirada hacia la sociedad repite afirmaciones hechas por los
obispos en su carta pastoral de 2013 y señala logros y carencias en el
ámbito demográfico, económico, social, político, internacional, cultural
y religioso.
En su mirada a la Iglesia enumera los recientes acontecimientos
nacionales: Año Jubilar Mariano y visita de Benedicto XVI y señala los
logros y los retos que aún enfrentan las comunidades.
En Cuba la participación en la misa dominical no llega al dos por ciento de la población, pero el Plan afirma que: "alrededor de un sesenta por ciento han sido bautizados y viven valores cristianos
que configuran nuestra cultura, todos esperan nuestra evangelización".
También reconoce ¨múltiples y variadas expresiones de religiosidad",
diversidad que manifiesta que en "nuestra gente está viva la sed de Dios
y la búsqueda de un sentido para la vida".
El Plan indica que: "ninguna comunidad debe excusarse de entrar
decididamente, con todas sus fuerzas, en el camino de conversión
pastoral que aquí se propone, y de abandonar las estructuras caducas que
lo entorpezcan y que no favorecen el anuncio de la fe".
Los obispos encomiendan el cumplimiento del Plan a la Virgen de la Caridad y le imploran con palabras del papa Francisco:
Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados
para llevar a todos el Evangelio de la vida que vence a la muerte.
Danos la santa audacia de buscar nuevos caminos
para que llegue a todos el don de la belleza que no se apaga
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