Mariela Castro vuelve, poco después de su falsa muerte en un
accidente de avión, a los titulares con que la prensa extranjera está
enterrando la poca lucidez que nos queda a los cubanos para entendernos a
nosotros mismos a través de un proceso centrípeto y gradual.
Como hay una sola noticia y hay que competir con el resto de la prensa anticastrista, Infobae se pasa con este titular: “Inédita ‘rebelión’ en Cuba: la hija de Raúl Castro votó en contra de un proyecto oficial”. Y remata en el subtítulo: “’Es
la primera vez’ que un legislador vota en contra de la dictadura,
aseguró el académico cubano Carlos Alzugaray. Mariela Castro se opuso al
nuevo Código de Trabajo, expuso sus razones y perdió 611 a 1”.
El intervalo de tiempo que medió entre este show sobre su “voto en
contra” en la Asamblea Nacional, y el del avión, es sensitivamente el
mismo que transcurrió entre la conga por la tolerancia y la “besada nacional“.
Las apariciones de Mariela Castro obedecen a un patrón de majadería y
malcriadez bien identificable; y es una prueba inequívoca de que se ha
vuelto adicta al exhibicionismo mediático.
Mariela Castro dirige un centro que pretende auxiliar a personas,
cuando quizás es ella misma quien debería solicitar ayuda por no poder
soportar la concentración y el recato que necesita alguien que pretende
hacer ciencia y legislar correctamente.
Otro que ya da lástima es Carlos Alzugaray; una persona que de
eminente profesor se ha convertido en un diletante,
igualmente manipulable por los intereses de las Agencias de Viajes, la
cuerda oficial o la cuerda “reformista”. Lo único que puede decir
Alzugaray del “voto legislativo” de Mariela Castro es que es (que él
recuerde) el “primero en contra” que se ha hecho en la historia de la
Asamblea Nacional Cubana.
Más que mostrar valor político o cívico lo que hace Mariela es abusar
de poder en su condición de hija de Raúl Castro y faltar el respeto a
sus colegas haciéndolos quedar como cómplices de una injusticia. Porque
seguramente entre los legisladores que votaron a favor del proyecto hay
gays y lesbianas que no viven de su condición sexual, y que es obvio que
no estaban buscando su propia discriminación.
Lo más natural en un país como Cuba cuando un legislador no quiere
avalar una ley que no le convence, es inventar una enfermedad, un
legrado, la extracción de un cordal o irse del país. El Estado de
Florida está lleno de ex legisladores cubanos. Incluso de ex diputados a
la Asamblea Nacional.
Lo de la “primera vez” es una tontera que pone en dudas la capacidad
intelectual de Alzugaray. Porque siempre habrá “primeras veces”: solo se
trata de sumar una variable. La misma Mariela tiene infinitas
posibilidades de volver a votar en contra por primera vez: Si lo hace
con ropa distinta, con un nuevo peinado, con nuevos lentes…
La idiotización que algunos académicos e intelectuales cubanos en
complicidad con la prensa extranjera le están imponiendo a la opinión
pública cubana, está a punto de merecer el calificativo de irreversible.
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