Yesme Cortés
Torreón y Costa Rica son dos lugares de los que tiene buenos
recuerdos el pitcher cubano Amauri Sanit. Tras salir de su natal Cuba en
el 2004, ha jugado beisbol en por lo menos cinco naciones. En su
recorrido se encuentra una parada en New York, pues él tuvo una breve
estancia con la franquicia de Yankees.
Saint, de 35 años, comentó que Torreón fue el primer lugar que pisó
después de salir de su natal Cuba, “me gustó mucho la ciudad. Pero la
sonrisa mayor está en Costa Rica, ahí viví cinco años y todo fue bonito
para mí. Fue donde conocí la realidad de cómo se podía vivir fuera de
Cuba”.
Salir de su país no fue una decisión sencilla y el beisbolista
relató: “Salirme de Cuba es algo de lo que nunca me voy a arrepentir”,
es una persona que nunca se lamenta de lo que hace, “si lo hice mal,
sólo trato de no volverlo hacer”.
Su camino siguió hasta llegar a República Dominicana, donde logró
captar la atención de Yankees y primero estuvo en las ligas menores,
donde permaneció del 2008 al 2010; el último año no fue sencillo para
Amauri debido a un dolor en el codo que no le permitía jugar de la mejor
forma.
Además, estuvo suspendido por 50 partidos al dar positivo por dopaje,
al respecto el pitcher comentó: “No sé qué pasó, porque yo no tomo
droga y reclamé”, pero no se pudo salvar de la sanción.
El llamado a Grandes Ligas llegó y Amauri debutó el 12 de mayo del
2011. Participó en cuatro duelos, lanzó siete entradas, permitió 10
carreras, ponchó a cuatro jugadores, su efectividad fue de 12.86. Las
molestias en el codo continuaban y el cubano tuvo que ser operado.
Yankees lo dejó libre. La siguiente parada para el lanzador era, una
vez más, México, su destino fue Tigres de Quintana Roo en la Liga
Mexicana de Beisbol en el 2012, equipo con el que se coronó en el 2013;
él participó en el primer y último encuentro de la serie final contra
Monterrey, en ambos juegos se quedó con la victoria. La temporada
regular la concluyó con un marca de 12-4; además, fue denominado como el
pitcher del año.
Para ese concurso el cubano se preparó con el objetivo de lograr lo
mismo o superarlo. “Lo quería hacer y se me dio. Tengo tres años aquí,
ya conozco la Liga y a los bateadores “, indicó el lanzador de Tigres.
Aunque reconoce que la LMB se le dificulta, por la altura en la que
se localizan algunas de las plazas de las franquicias de la zona norte, a
pesar de ello el cubano tiene una marca de un juego en contra por 11 a
favor, su efectividad es de 2.0, es decir, está entre los mejores 10
lanzadores de la Liga. Indicó que le ha sido más fácil adaptarse a la
Liga del Pacífico, pues ha jugado con Tomateros de Culiacán.
En Culiacán contó que su afición lo respeta mucho, el estadio siempre
está lleno, la afición de Tigres también lo ha tratado bien, “con
Yankees no entendía mucho de lo que hablaban los aficionados, no sé si
me gritaron algo feo. Pero en Cuba, los fanáticos son muy
irrespetuosos”.
* * *
Su camino por el deporte comenzó en los encordados, en donde mostró
su talento al ganar torneos nacionales en su natal Cuba. Pero al ser
mayores las oportunidades dentro del beisbol, Amauri Sanit dejó los
guantes de un día para otro y se convirtió en pitcher. Él sabía lanzar
bolas rápidas.
“Fue la decisión más bonita que tome, porque es un deporte más
fácil”, indicó Sanit, quien en su primer año en el diamante fue novato
del año.
Amauri argumentó que en su país hay más oportunidades en el beisbol,
“el boxeo en Cuba es un deporte muy fuerte, hay muchos rivales”.
Él es un lanzador que se describe como una persona medio enojona, a
quien, quizá, le falta por recorrer más naciones, por el momento,
seguirá trabajando para poder buscar ir a jugar a Japón o Corea.
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