El plan de azúcar de 2014 no se cumplirá. La ineficiencia resultante
del proceso de estatización se manifestó en un retroceso sostenido de la
producción azucarera. En el año 2001 no se pudo rebasar los 3,5
millones de toneladas (inferior a la zafra de 1919). Como si la causa
del resultado estuviera en la organización y disciplina, se designó un
general al frente del Ministerio del Azúcar (MINAZ) y se implementaron
varias medidas, entre ellas una dirigida a lograr 54 toneladas de caña
por cada hectárea, cifra inferior a los indicadores de la FAO y la otra a
extraer 11 toneladas de azúcar por cada 100 de caña. El declive, cuya
causa está más allá de las órdenes militares, continuó su inexorable
marcha atrás. En 2010 retrocedió hasta 1,1 millón, cifra inferior a la
alcanzada en 1895.
Ante el fracaso, pero sin detenerse en las verdaderas causas, se
sustituyó al MINAZ y al general por el Grupo Empresarial de la
Agroindustria Azucarera (AZCUBA), el cual proyectó un crecimiento
productivo anual del 15 por ciento hasta el año 2016. La zafra de 2011
quedó por debajo de 1,3 millones de toneladas; la del 2012 se sembró
suficiente caña y se contó con la casi totalidad de los recursos
contratados, pero nuevamente ni se cumplió un plan de 1,45 millones de
toneladas ni se terminó en la fecha planificada; en la de 2013 AZCUBA se
planteó producir 1,7 millones de toneladas, pero no pudo rebasar 1,6
millones, una cantidad que se fabricó en 1957 con los centrales Morón,
Delicias y Manatí.
El cambios de dirigentes, la reestructuración de la industria
azucarera, la Tarea Álvaro Reynoso, el cierre de unas 100 fábricas de
azúcar, la redistribución para otros cultivos de un alto por ciento de
las plantaciones de caña, la sustitución del MINAZ por AZCUBA y un
abultado paquete de medidas económicas, no lograron elevar la cantidad
de caña por hectárea ni el rendimiento industrial. Al comenzar la zafra
de 2014, en el mes de noviembre, AZCUBA anunció que sería la mejor de
la última década. Según el pronóstico se produciría 1,8 millones de
toneladas, es decir, 200 mil por encima de la zafra anterior.
Ante el fantasma de los incumplimientos, el segundo secretario del
Partido Comunista, José Machado Ventura, apeló a los llamamientos.
Realizó varios recorridos por ingenios y provincias llamando a extender
el tiempo de molienda y a sembrar más caña, pues según sus palabras "la
principal limitación está en la caña insuficiente y los bajos
rendimientos agrícolas, pues es inconcebible que hoy se cosechen campos
de menos de 18 toneladas de caña por hectárea, lo cual es apreciable aún
en muchas entidades del ramo a lo largo del país".
A pesar del hermetismo de la prensa oficial se supo que a fines de
diciembre el central Ecuador, de Ciego de Ávila, estuvo parado 30 horas
por roturas en una de sus cuchillas; que los centrales tuneros
Majibacoa, Amancio Rodríguez y Antonio Guiteras reportaban atrasos y que
el Héctor Molina, de Mayabeque, a pesar de una costosa reparación
confrontaba los mismos problemas de zafras anteriores. El 17 de marzo,
Juan Varela Pérez publicó en Granma "La zafra aún está a tiempo",
donde, basado en el análisis de AZCUBA del día 10 de ese mes, dio a
conocer que el monto producido hasta esa fecha era inferior a lo
planificado.
El 23 de abril, el periodista Ortelio González, publicó en Granma "Deudas con el Primero…",
donde dio a conocer que el central Primero de Enero había sobrepasado
el plan en casi 4 mil toneladas. Y añadió: "Hoy sienten que cumplieron
el compromiso con el segundo secretario del Comité Central del Partido
quien, en uno de los recorridos, los conminó a producir la mayor
cantidad de azúcar posible". Es decir, el compromiso con el llamamiento
demostró su eficacia.
Sin embargo, tres después, el 26 de abril,
Juan Varela, basado en datos de AZCUBA, informó "que por lluvia,
roturas en los equipos de corte y la organización, el país no ha
alcanzado la cifra de azúcar planificada para la fecha". Y citó a las
provincias Artemisa, Granma, Holguín y Santiago de Cuba entre las
atrasadas.
Empleando la misma lógica de Ortelio González para el cumplimiento en
el central Primero de Enero, la mayoría de los trabajadores azucareros
no respondieron al llamamiento, por lo que el plan de 2014 también se
incumplirá y con fracaso del recurso del llamamiento, parece que todo se
agotó.
Una mirada hacia los múltiples obstáculos para el crecimiento de la
producción azucarera apunta como determinante el crónico bajo
rendimiento agrícola, un fenómeno que emergió desde 1961 desde la
eliminación del colonato. Surgido en la segunda mitad del siglo XIX como
resultado de la competencia entre ingenios, donde los más pequeños se
arruinaron, emergió la figura del colono, que desposeído de ingenio
propio entregaba su caña al ingenio vecino por una parte del dulce. De
ahí en lo adelante la caña para el gran central quedó garantizada por
los colonos, y de las contradicciones entre estos y los hacendados
emergió la necesidad de asociarse para su defensa.
La historia de las asociaciones de colonos, que tuvo su primer
episodio a fines del siglo XIX, desembocó en enero de 1934 en la
formación de la Asociación Nacional de Colonos de Cuba. Esta asociación
garantizó toda la caña necesaria para producir hasta más de 7 millones
de toneladas, como ocurrió en 1952, sin que ningún funcionario político o
administrativo tuviera que hacer llamamientos ni indicar a los
productores lo que tenían que hacer.
En diciembre de 1960, en una reunión en la que la Asociación de
Colonos se negó a participar, el líder de la revolución adelantó la idea
de crear una sola asociación nacional de agricultores: "Es necesario
que los pequeños agricultores, en vez de ser cañeros, tabacaleros, etc.,
sean sencillamente agricultores y organicemos una gran Asociación
Nacional de Agricultores Pequeños".
En enero de 1961 todas las organizaciones de empleadores y las
asociaciones campesinas fueron sustituidas en por la Asociación Nacional
de Colonos; la que en el mes de mayo de ese año pasó a denominarse
Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP). Pero el papel del
colonato en el abastecimiento de caña a los centrales nunca pudo ser
suplido por la ANAP, creada por y subordinada al partido gobernante, lo
que se refleja en los actuales rendimientos de caña por hectárea.
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