sábado, mayo 17, 2014

55 Anos de Reforma Agraria Castrista: Del latifundio particular al estatal

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Infinidad de tierras baldías: A 55 años de la Ley de Reforma Agraria.
PUERTO PADRE, Cuba.- Este sábado17 de mayo se cumplen 55 años de la muerte de la empresa agrícola privada en Cuba, concluida por la Ley de Reforma Agraria, promulgada por Fidel Castro y su Consejo de Ministros en 1959, en La Plata, otrora cuartel general del Ejército Rebelde en la Sierra Maestra.
A los efectos de aquella Ley decía su segundo Por Cuanto: “A esos fines la Revolución se ha propuesto dictar las normas que darán resguardo y estímulo a la industria, y que impulsarán la iniciativa privada mediantes los necesarios incentivos, la protección arancelaria, la política fiscal y la acertada manipulación del crédito publico, el privado y todas las otras formas de fenómeno industrial, a la vez que encaminan al agro por los rumbos del indispensable desarrollo.”
Y sobre lo que la nación cubana podía esperar de tal ley, Fidel Castro dijo aquel día a través de Radio Rebelde: “Lo que puedo decir de manera concreta es que cuando la Reforma Agraria se haya realizado, un número aproximado de dos millones de personas aumentarán considerablemente sus ingresos y constituirán el aporte que en el mercado doméstico sirva para hacer el desarrollo industrial y con ello, a través de la agricultura y a través de las industrias y del comercio, se resuelva el problema económico en Cuba.”
Según fuentes oficiales, 600 000 cubanos están empleados en el campo, pero de éstos, sólo 300 000 están vinculados a labores propiamente agrícolas.
“Para algunos, la Ley de Reforma Agraria tiene su antecedente en el Artículo 90 de la constitución de 1940, pero eso está muy lejos de ser cierto. La Carta Magna del 40 proscribió el latifundio como freno de la producción agropecuaria y como medio de revertir la tierra del propietario extranjero al propietario cubano, pero nunca para transformar el latifundio particular en latifundio de Estado”, dijo un especialista en Derecho Constitucional entrevistado para este reportaje.
“Es cierto: algunos de nosotros éramos propietarios de miles de hectáreas. Pero las manteníamos en producción, con caña, ganado, frutos menores o cubiertas de bosques; pero nunca como ahora en Cuba se dejó de producir y hay tanta tierra perdida”, dijo este último viernes un anciano de 89 años, expropietario de colonias cañeras ahora transformadas en tierras ociosas.
Según cifras del Centro nacional de Tierras, en 2008 en Cuba había 1 200 000 hectáreas de tierras ociosas. Dos años después, según un balance de actualización, la propia fuente mencionaba la cifra de 1 868 000 hectáreas ociosas, más 525 000 que se le sumaron al concluir el año 2011, esto es, 2 393 000 hectáreas de suelo labrantío que no producen absolutamente nada.
Compárese esta cifra de tierras ociosas, repito: 2 393 000 que no producen absolutamente nada, con las tierras que hasta la puesta en vigor de la Ley de Reforma Agraria en 1959, sólo empresas estadounidenses, sin contar las cubanas, mantenían operando 36 centrales azucareros: 1 100 000.
Bastan estas cifras para afirmar que un día como este sábado, hace 55 años, con la llamada “Ley de Reforma Agraria”, que transformó el latifundio particular en latifundio de Estado, propinaron al suelo cubano una herida mortal que todavía hoy sangra.

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