sábado, abril 19, 2014

Gabriel Garcia Marquez el superensartado de Fidel Castro

Murió el escritor García Márquez y aún dura el baboseo metafórico. Hasta la chica analfabeta pero novelista ha soltado su deposición. Y hoy he leído que el terremoto de anoche en México fue causado por la llegada de García Márquez “allá arriba”. El periodismo siempre puede caer más bajo y siempre puede ser un poco más estúpido. Por leer hasta he leído por ahí que si Cervantes y García Márquez; no sé que decir ante semejante idiotez.
A mí lo que siempre me ha interesado de García Márquez es por qué se prestó a ser el lameculos de Fidel Castro. Ya sé que el tipo de asesino de izquierdas alto, fornido, exuberante, despiadado y muy macho que es Fidel Castro, fascina. Pero eso no lo explica todo. Creo que hubo algo del síndrome del negrero. Llega el blanco rico y famoso (pero bajito) y de súbito está por encima de la ley gracias a su trato con el Amo de la finca, con el Macho Líder que lo instala en una mansión robada en la que vive a capricho como un negrero entre negros. Ha de ser una experiencia extraordinaria, supongo.
En la relación entre el Gran Macho Líder y el Premio Nobel, el escritor, a pesar de su poder su fama y riqueza, siempre fue la hembra. Ese es otro asunto interesante de la relación Castro-García Márquez que dejo aquí a los futuros historiadores.
Hay que añadir aún, que el Macho Líder llenó la casa robada que le regaló a García Márquez de micrófonos y cámaras y grabó sus quejidos más íntimos y filmó sus más comprometedoras posturas. Así fue la “amistad” con la que se llenan la boca hoy los cronistas de izquierdas, siempre tan canallas, pasando por alto la dimensión moral de la relación entre el escritor y el asesino. Y pasando por alto, naturalmente, a las víctimas.
Mientras García Márquez le olía el culo y le servía de recadero al castrismo y al dictador los cubanos eran torturados en las cárceles del dictador y eran fusilados y morían a miles en el mar intentando escapar del paraíso castrista que tan canallescamente defendió toda su vida el escritor García Márquez.
Mientras Reinaldo Arenas era torturado en las cárceles cubanas y mientras sus obras eran secuestradas y destruidas por la policía cubana, García Márquez le reía las gracias a Fidel Castro y vivía en su finca como el buen camaján oportunista y cómplice que era. Como el mayor cómplice intelectual de una de las dictaduras más siniestras de nuestro tiempo.
Lo digo aunque sea una obviedad porque si no lo digo yo, ¿quién va a decirlo?
En el primer panel de mi SUPERENSARTAJE, Garbriel García Márquez ocupa un tercer e importantísimo lugar. El primer lugar pertenece a Reinaldo Arenas, el único personaje del cuadro que no aparecerá ensartado (y que me perdone). Reinaldo ensartará a Fidel Castro y Fidel Castro ensartará a su vez, a García Márquez. El escritor colombiano se ha ganado ese puesto, emérito, podríamos decir, gracias a toda una vida de complicidad con la dictadura cubana y a toda una vida ejerciendo de lameculos intelectual oficial del castrismo.
Ha de hacerse justicia.

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