Murió el escritor García Márquez y aún dura el baboseo metafórico.
Hasta la chica analfabeta pero novelista ha soltado su deposición. Y hoy
he leído que el terremoto de anoche en México fue causado
por la llegada de García Márquez “allá arriba”. El periodismo siempre
puede caer más bajo y siempre puede ser un poco más estúpido. Por leer
hasta he leído por ahí que si Cervantes y García Márquez; no sé que
decir ante semejante idiotez.
A mí lo que siempre me ha interesado de García Márquez es por qué se
prestó a ser el lameculos de Fidel Castro. Ya sé que el tipo de asesino
de izquierdas alto, fornido, exuberante, despiadado y muy macho que es
Fidel Castro, fascina. Pero eso no lo explica todo. Creo que hubo algo
del síndrome del negrero. Llega el blanco rico y famoso (pero bajito) y
de súbito está por encima de la ley gracias a su trato con el Amo de la
finca, con el Macho Líder que lo instala en una mansión robada en la que
vive a capricho como un negrero entre negros. Ha de ser una experiencia
extraordinaria, supongo.
En la relación entre el Gran Macho Líder y el Premio Nobel, el
escritor, a pesar de su poder su fama y riqueza, siempre fue la hembra.
Ese es otro asunto interesante de la relación Castro-García Márquez que
dejo aquí a los futuros historiadores.
Hay que añadir aún, que el Macho Líder llenó la casa robada que le regaló a García Márquez de micrófonos y cámaras
y grabó sus quejidos más íntimos y filmó sus más comprometedoras
posturas. Así fue la “amistad” con la que se llenan la boca hoy los
cronistas de izquierdas, siempre tan canallas, pasando por alto la
dimensión moral de la relación entre el escritor y el asesino. Y pasando
por alto, naturalmente, a las víctimas.
Mientras García Márquez le olía el culo y le servía de recadero al
castrismo y al dictador los cubanos eran torturados en las cárceles del
dictador y eran fusilados y morían a miles en el mar intentando escapar
del paraíso castrista que tan canallescamente defendió toda su vida el
escritor García Márquez.
Mientras Reinaldo Arenas era torturado en las cárceles cubanas y
mientras sus obras eran secuestradas y destruidas por la policía cubana,
García Márquez le reía las gracias a Fidel Castro y vivía en su finca
como el buen camaján oportunista y cómplice que era. Como el mayor
cómplice intelectual de una de las dictaduras más siniestras de nuestro
tiempo.
Lo digo aunque sea una obviedad porque si no lo digo yo, ¿quién va a decirlo?
En el primer panel de mi SUPERENSARTAJE,
Garbriel García Márquez ocupa un tercer e importantísimo lugar. El
primer lugar pertenece a Reinaldo Arenas, el único personaje del cuadro
que no aparecerá ensartado (y que me perdone). Reinaldo ensartará a
Fidel Castro y Fidel Castro ensartará a su vez, a García Márquez. El
escritor colombiano se ha ganado ese puesto, emérito, podríamos decir,
gracias a toda una vida de complicidad con la dictadura cubana y a toda
una vida ejerciendo de lameculos intelectual oficial del castrismo.
Ha de hacerse justicia.
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