Decenas de cineastas cubanos han dirigido una carta al instituto
oficial de cine y al Ministerio de Cultura, en protesta por una nueva
disposición fantasma del Ministerio del Interior, en la que se les exige
presentar los guiones y el equipo técnico de sus proyectos como
condición para autorizar los permisos de rodaje.
La carta, que no se ha hecho pública, fue remitida la semana pasada y
firmada por reconocidas figuras del mundo cinematográfico en la Isla,
entre ellos varios Premios Nacionales de Cine, según trascendió en el
evento "Nuevos horizontes en el cine cubano contemporáneo: un diálogo
abierto", organizado por el Havana Film Festival en Nueva York.
El actor y director Jorge Perugorría aseguró que los cineastas van a
continuar "dando la batalla" y dijo que existe entre ellos "un
pensamiento común": ningún organismo que no sea el ICAIC o el Ministerio
de Cultura tiene que revisar las historias por filmar.
"Eso es una batalla constante. Yo creo que la dieron los que
comenzaron este cine en los 60 y les toca ahora a las nuevas
generaciones seguir dándola, por ganar respeto y espacio de libertad,
sobre todo creativa", señaló el actor.
Por su parte, el director Gerardo Chijona calificó la situación de
"terrible” y añadió que puede tener "un final de comedia si queremos".
"Hemos pasado por cosas peores que esas, porque, para refrescarnos la
memoria, esas son cosas cíclicas que pasan en Cuba. Yo no sé si ustedes
se acuerdan cuando Daniel [Díaz Torres], a quien el Festival le hace un
merecido homenaje, hizo Alicia [en el pueblo de maravillas],
un día después leímos en la prensa que el ICAIC no existía, por una
resolución del Consejo de Ministros. Y todos allá adentro dijimos: 'No,
no aceptamos esto'."
Entonces, la decisión de disolver el ICAIC no surtió efecto por la
protesta generalizada de los cineastas cubanos, aunque se valoró la
posibilidad de integrar el organismo como dependencia de las Fuerzas
Armadas o del Instituto Cubano de Radio y Televisión, donde la censura
es más férrea. La prohibición de la película de Díaz Torres, fallecido
en 2013, se mantuvo por mucho tiempo.
"Yo tengo en mi casa el memo oficial, echando para atrás la
resolución [de disolver el ICAIC]. O sea, siempre a un golpe, hay una
respuesta. Y esa va a ser siempre la pelea nuestra, porque no nos van a
regalar nada. El espíritu de todos los que estamos aquí, es que hay
cosas que no las vamos a aceptar, de ninguna manera, vengan de donde
vengan", dijo Chijona.
El MININT prohíbe ya
La nueva disposición del MININT ya ha dado los primeros frutos: dos
proyectos de largometrajes y un cortometraje de Producciones de la
Quinta Avenida, una casa productora independiente responsable de la
película Juan de los Muertos, ganadora de un Goya a la mejor
película iberoamericana, no recibieron el visto bueno de ese organismo
policial, que negó los permisos de rodaje.
La productora independiente Claudia Calviño señaló en el panel que
esas producciones no se han podido realizar "a pesar de contar con todo
su financiamiento”. Enumeró otros elementos que están frenando el
desarrollo del cine independiente en la Isla, como los altos costos para
obtener permisos de filmación en determinados puntos de la ciudad o el
propio embargo estadounidense, debido al cual el cineasta Miguel Coyula
ha visto cómo la campaña de crowdfunding lanzada en el sitio Indiegogo para su reciente película Blue Heart,
acabó con todos sus fondos congelados por parte de la Oficina de
Control de Bienes Extranjeros (OFAC, por sus siglas en inglés), agencia
que limita las transacciones monetarias y comerciales con Cuba.
La OFAC descongeló los fondos recaudados, unos 5.000 dólares estadounidenses, y los reintegró a los donantes.
Como otra limitante, Calviño dijo también que la Oficina del
Historiador de la Ciudad impone unas tasas de 500 CUC por hora de rodaje
en el Casco Histórico de La Habana Vieja.
Expertos consultados han asegurado que estas tasas son arbitrarias y
que no existe ninguna ley o disposición legal que las regule.
El cineasta Enrique Álvarez aclaró los términos rotundos de la nueva
declaración de los cineastas cubanos frente a "la pretensión del
Ministerio del Interior o de alguien del Ministerio del Interior, no es
algo que tengamos muy claro, de intentar controlar los permisos de
rodajes en Cuba".
"Hicimos una declaración y dijimos 'o esto se detiene, o vamos a parar nuestros proyectos y no vamos a rodar'", dijo.
"En esos términos se hizo la declaración, lo único que es una
declaración que no es pública, es una declaración que hemos hecho a
través de nuestras instituciones, porque nos interesaba que nuestras
instituciones fueran las que defendieran su espacio institucional de ser
quienes den o no este tipo de permiso, como ha sido hasta ahora. Y a
nosotros nos tocaría ya discutir con ellos y fajarnos con ellos cada vez
que den un permiso o no", añadió.
Más escándalos en el cine cubano
En los últimos meses varios escándalos han sacudido a todas las
instituciones cinematográficas en Cuba. A finales de 2012, se intentó
imponer a Susana Molina, una funcionaria del ICAIC, como nueva directora
general de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, ante la
inminente renuncia de Alquimia Peña, que sigue en el puesto. El propio
Alfredo Guevara se negó a la decisión, alegando que ese nombramiento
había que consultarlo con todos los miembros del Consejo Superior de ese
organismo.
En mayo de 2013, los cineastas cubanos protestaban ante las noticias de una inminente reestructuración
del obsoleto ICAIC y pedían al Gobierno participación en el proceso de
reforma del ente cinematográfico y una Ley de Cine que diera estatus
jurídico a las productoras independientes. Los cineastas se han venido
reuniendo desde entonces, sin que ninguna nueva disposición haya sido
aprobada.
En junio de 2013, la policía entró a la casa de Alfredo Guevara, el otrora padrino del cine cubano, fallecido en abril, para confiscar todos sus documentos y obras de arte, ante la sustracción de varias pinturas que forman parte del patrimonio cubano,
tráfico que supuestamente venía practicándose en vida de Guevara y que
permitió a sus herederos poder comprar una casa en Miami en agosto de
2012 por 200.000 dólares.
A los pocos días, los ministerios de Justicia, Interior, Salud
Pública y Cultura entraron a la Escuela Internacional de Cine y
Televisión (EICTV) de San Antonio de los Baños, destapándose varias
irregularidades financieras y administrativas que venían practicándose
desde hacía más de una década. El escándalo fue el detonante de la salida de Rafael Rosal como director general de la Escuela de Cine, y condicionó la no admisión de nuevos estudiantes en ese centro docente en el período lectivo 2013-2014.
En la EICTV se ahondó en la discriminación salarial: se le retiró el
mísero pago en moneda convertible a los trabajadores cubanos no
docentes.
A finales de agosto del año pasado, el Gobierno nombró al funcionario Roberto Smith,
con trayectoria de censor, al frente del instituto de cine. El saliente
presidente del ICAIC, Omar González, comenzó a ocupar una triste
oficina en el propio instituto.
El nombre de Susana Molina, vicepresidenta del organismo, volvió a
resonar, esta vez como posible candidata a la máxima dirección del
ICAIC.
En septiembre de 2013, el gobierno de Raúl Castro decretó el cierre de las pequeñas salas de cine 3D que habían proliferado en La Habana, y que no contaban con autorización oficial. Tal medida fue duramente criticada.
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